Harry me despertó con besos.
-Pequeña... Hay que ir a desayunar.
Yo me senté en la cama.
-No me beses en las mañanas
- ¿Por qué?
- ¿Acaso te gustan las chicas con mal aliento?
- Bueno, no... Pero sí.
- Ok, como quieras. Igual me encanta.
Me levanté de la cama y vi unas bolsas en el suelo.
- ¿Y esto?
- Ah, mira. Te gustará.
El sacó un vestido estampado de flores con la espalda descubierta.
- No sé muy bien tus estilos. Pero éste se ajusta en la cintura y tus hombros parecen mas pequeños.
También compré otro de color negro - él sacó el vestido - es lo mismo pero la espalda tiene forma de corazón, y es más discreto.
-No puedo creer lo que hiciste. - dije, parecía tan normal para el hacer eso - Es mucho para mí, no se como devolverte esto, como pagartelo..
- A mí me gusta hacer esto porque te gustan las cosas simples, creeme. He regalado casas y autos y su expresión fué menor a la tuya. Te estoy dando un vestido y parece que vas a llorar.
Sonreí, el tiene razón. Harry se siente bien haciendo esto, y con todo el dinero que tiene no le molesta, y a mí me encanta. Nadie sale perdiendo realmente.
-Me cambiaré.
- No, no. Toma. -me entregó otras bolsas- Bañate.
- ¿Me compraste ropa interior?
- Sí, traje de varias tallas.
- Ah.
- ¿Eres noventa o noventa y cinco?
- Noventa.
Me fui a bañar rápido porque llegábamos tarde al desayuno.
Cuando salí de la ducha abrí las bolsas.
-Harry ¿Esto es una broma?
-¿Que pasa?
- ¿Me compraste ropa interior de Victoria's Secret?
Su voz sonó mas fuerte, parece que se acerco a la puerta.
- Sí, ¿No te gusta?
- Me encanta, pero esto sí que es caro.
- No es nada. Si lo usas y piensas en mí entonces no es nada.
Yo sonreí: -Te amo.
- Yo también.
- Pero no pienses que soy interesada, por favor.
-Tranquila, yo sé como eres.
Me vestí y salí del baño con la toalla en la cabeza.
Harry estaba sentado en la cama poniéndose unos zapatos raros.
Nada bonitos para mi gusto.
- En el segundo cajón del baño hay un cepillo y gomitas para el pelo. -dijo él sin voltearse
Yo volvi al baño a peinarme.
- Ven que yo te peino.
Me asomé por la puerta del baño y le fruncí el ceño.
- Dios mio, también hay algodón y desmaquillante en el segundo cajón.
Tome las cosas y volví.
- Sientate- dijo Harry, y lo hice.
-Cierra los ojos.
Sentí una crema fría en los párpados y el me masajeaba suavemente para quitarme el maquillaje.
- Ya está. Ahora date vuelta.
Yo asentí y me puse de espaldas a él.
— ¿Que peinado te hago?
— Sólo átalo.
Harry me pasó las manos por el cabello y empezó a peinarme.
—Listo, vamos.
Bajamos a desayunar y luego subimos a la habitación.
—Te prometí algo — dijo Harry enganchando las llaves en la cerradura.
Abrió la puerta del cuarto y entramos.
—¿Qué cosa?
—La cita.
— ¿Adonde quieres ir?
— Extraño mucho ir de compras con chicas. Tienen una vista muy diferente.
— Esta bien, pero.. ¿puedo ser honesta?
—Claro.
—Odio tus zapatos.
— ¡Lo sabía! —dijo el señalándome.
— Es que.. Son de gay.
— Lo sé, lo sé. Pero a mi me gustan.— dijo modelando sus pies.
— Bueno, esta bien. No te enojes.
— No me enojo, es que eres muy, obvia. Se nota que no te gustan.
— Lo siento. —dije tocándome la cara.
— Esta bien, ¿me das un beso?
— Te doy cinco.
Me acerqué y lo tomé por el cuello trayéndolo a mí. Le di un beso infinito. «Te irás» pensé «Encontrarás a otra chica» Lo seguí besando, daba la impresión de que Harry tampoco se quería separar de mí. Pero se iría, y nadie lo puede cambiar.
La cita que tuvimos fue como una graciosa y larga despedida. Él me dejó aquí, en casa. Y mi único remedio fué decirle adiós.
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Hey, you •Harry Styles• •Mini novela•
SonstigesYa no importan las veces que me dí por vencida; las veces que dije que es imposible; o la frustración de amar algo que nunca podría tener, porque ahora lo tengo..