one.

449 37 22
                                    

AU CAFETERÍA.

donde naegi trabaja en una cafetería y cada día aumenta su crush en una cabellera rubia que compra habitualmente ahí.

minúsculas apropósito, cualquier falta ortográfica pueden comentarla y se corrige.

la campanilla que indicaba un nuevo cliente entrando lo sacó de sus pensamientos, era el turno de la mañana, 7:00 am para ser exactos, por lo cuál no había una cantidad considerable de gente en el local, tal vez solo unas cuatro personas, en mesas alejadas.
se asomó al mostrador, junto a la caja dónde tenía que estar, hoy le tocaba atender y tomar órdenes, mientras su amiga y compañera de trabajo, celestia, se encargaría de preparar las órdenes y entregarlas en las mesas. es una carismática persona, pero seguía teniendo unas actitudes particulares, aún siendo extravagante, naegi le tenía un gran cariño ya que ella tuvo la suficiente paciencia para explicarle y enseñarle todo acerca del lugar en sus primeros días de trabajo, ella aún lo considera un novato e incluso libera su lado "mamá luchona" por él.

ese día contaba con un ligero sueño gracias a que durmió tarde, prefiriendo quedarse despierto un poco más para continuar el videojuego nuevo que compró, pero intentaba mantener todas sus energías por el resto de la jornada trabajando.
- buenos días, quisiera ordenar un espresso mediano, por favor.- una chica pelirroja y pecosa le estaba hablando, y recién notaba su presencia, se notaba apurada así que no quiso tardar más en tomar su orden. - claro, un café negro mediano...- este revisaba en la computadora el precio. - serían 320 yenes, en un momento te lo entregarán en su mesa.- le dirigió una mirada amable junto con una pequeña sonrisa, la chica frente a el pagó lo que corresponde y de paso deja unas monedas en el frasco que se encontraba en el mostrador, este era un frasco normal con un papel pegado con cinta que decía "propinas".
- oh... ¡muchas gracias señorita!- ahora tenía una sonrisa más encantadora además de un leve tono rosa en sus mejillas, una sonrisa contagiosa seguramente, ya que la pelirroja ahora también tenía una sonrisa antes de irse a su mesa y esperar su café.
- te llevas todas las propinas siendo adorable ¿verdad?- allí estaba hablando celestia que salió de la nada, causando que naegi diera un pequeño respingo del susto. - ¡c-celes! no me asustes así... a-además, ¿quién dijo que soy adorable y por eso me llevo las propinas?- el menor comenzaba a tartamudear y ponerse nervioso, no era algo bonito que lo etiqueten de "adorable" o "tierno" todo el tiempo, simplemente hacía su trabajo. - lo eres naegi, incluso si no lo quieres admitir... - la pelinegra hablaba con un tono sumamente tranquilo, educado y quería continuar pero su amigo la interrumpió rápidamente antes de que siga con su personalidad pasiva-agresiva. - hay una nueva orden...- naegi volteó para ocultar su sonrojo e intentaba disimularlo lo mejor posible. - está esperando, un espresso y...- justo en ese momento la campanilla en la puerta otra vez sonó, avisando un nuevo cliente en la cafetería. el castaño se quedó en silencio, embobado, en frente a el, acababa de entrar un chico demasiado atractivo, casi irreal, era de figura alta y delgada, usaba gafas, un traje negro con una camisa blanca, pantalones y zapatos negros. "ropa definitivamente más cara que la propia cafetería" pensó, lo cuál no era algo tan errado, pelo rubio y tras esos lentes era portador de unos hermosos ojos azules, quedarse mirándolos fijamente podía sentirse como perderse en medio de un gran mar azul, o eso pensaba el barista, parecía en un trance y no tardaría en babear si continuaba mirando de forma... bueno, no normal, naegi definitivamente estaba embobado con el chico que tenía frente a él. recorrió con su mirada otra vez todo el esquema del ojiazul, parecía de unos diecinueve, alto, sublime ante los ojos de cualquiera. ¿cuánto más tiempo va a comérselo con la mirada?
- hey, naegi, ¿espresso y?- celestia mira lo escena y cree entender lo que sucede, pero solo cree, porque en realidad no sabe que está pasando, solo puede ver a su compañero totalmente en trance con quién parece ser el típico rico egocéntrico. - oookay...- la chica alarga la "o" probando suerte y tal vez el de pelo castaño vuelve a la realidad. siguió mirando ahí, estática, esperando quién hablaría primero.
- ¿disculpa? ¿vas a hacer bien tu trabajo o continuar mirándome como un inmundo plebeyo?- y ganó el rubio frente a ellos, hablando con una voz hostil y despectiva hacía el menor. - trabajo... trabaj- ¿uh? ¡AH, TRABAJO, LO SIENTO TANTO! b-buenos días, bienvenido a royal tea... ¿q-que va a llevar?- el pobre chico era un manojo de nervios y transpiraba demasiado, no quería imaginarse con una expresión tan avergonzada pero por el calor en sus cachetes, podía deducir que estaba sonrojado como un tomate. ¿cómo pudo dejarse llevar por un cliente? es decir, está bien, se lleva todos los sinónimos de "hermoso" pero sin dudas quedó como un acosador pervertido. la cabellera rubia frente a el no hace más que mirarlo de arriba abajo con desagrado antes de volver hablar. - huh... como sea, quiero un macchiato, sin azúcar, rápido. - tenía un tono demandante y sinceramente, daba algo de miedo.
naegi se encrespó, parece que hasta su voz era totalmente atractiva ¿eso es normal? carraspeó nervioso, esta era una situación horriblemente incómoda, él no quería quedar expuesto como el desastre bisexual que es frente a cualquier chico bonito que aparece para comprar un simple café.
- s-si, enseguida, son... 455 yenes.- tenía las manos sudorosas y cuándo el rubio acercó su mano para pagar se puso aún más nervioso.
luego de eso, el mayor se dirigió a una mesa individual, cerca del mostrador dónde se encontraba naegi y celestia trabajando. el castaño no pudo hacer más que soltar un pequeño murmuro diciendo "uff" y dirigirse a su amiga que lo miraba de una forma cautelosa, con la ceja levantada, y sus ojos carmesí fijos en él. — ¿podrías decirme que fue todo eso dramático y como si se tratara de una novela?— ahora además de esa mirada intensa, estaba con los brazos cruzados frente a naegi esperando respuestas como si se tratara de un interrogatorio, él, en respuesta, dió otro pequeño respingo normal si es una situación con celestia, tenía algo de intimidante la pelinegra, incluso si normalmente se la ve como una chica serena y amable, si algo no iba como ella quería, su personalidad daba un giro de 300° grados y llegaba ser alguien de verdad temerario.
— ¿u-uh? jeje... ¿d-de que hablas celes?— naegi sonreía ingenuamente, rascando su nuca nerviosamente, sabía bien que no iba a escaparse de las preguntas de celestia, ella no era para nada tonta, era lo contrario a eso. — ¿de que hablo? hablo de que no te quedas babeando por cada cliente que entra a la cafetería... no sabía de esas... orientaciones tuyas naegi.— dice con un tono coqueto haciendo enrojecer a su pobre amigo que lucía como un tomate. — ¡n-no! ¡no tengo e-esas orientaciones! o eso creo... n-no lo sé, ¡y yo no babeaba! — naegi negaba las insinuaciones de su amiga como si fuera un niño pequeño, incluso ni él sabía cuál era su orientación sexual, el cree que desde siempre estuvo bien con sentirse atraído con las mujeres pero en otras ocasiones como éstas, dudaba de eso apenas un chico atractivo cruzaba por su campo de visión.
su compañera soltó una pequeña risa burlona al ver a su amigo tan alterado y nervioso como es característico en él.
— está bien, como tu digas naegi, pero si quieres, puedo pedir su número.— habló tranquilamente
— su... ¿su número? ehm... ¿está bien?
digo, ¿debería?— el chico hablaba de manera ansiosa, tenía cero experiencia con las chicas, sobre coquetear e invitarlas con salir, mucho menos con chicos, y además este se notaba desde lejos lo intimidante que era, no tenía oportunidad con él, podría ser totalmente heterosexual, era imposible que tenga un mínimo interés en naegi, incluso contará con varias pretendientes mucho mejor que él, es decir ¿quién no es mejor que naegi?

entonces ahí estaba el castaño pensando mil millones de situaciones que no lo ayudaban en nada y terminaba más inseguro que antes, debería mejorar en ello, pero incluso alguien tan optimista no puede permitirse ser feliz siempre, últimamente la ansiedad era continua y sus propios pensamientos lo tenían preocupado. — ¿naegi?— celestia ahora lo miraba preocupada, de un momento a otro, ahora el chico tenía una expresión vacía y su mirada estaba clavada en el suelo. — ¿sucede algo?— volvió a preguntar la pelinegra al no recibir ninguna respuesta por parte de su amigo, estira su mano hacia el hombro del chico para llamar su atención pero el movimiento queda como un simple amago en el aire, antes de que ella pueda hacer algo naegi se recompone, vuelve a como estaba anteriormente y con una sonrisa, queda entendido, nada pasó.

— hehe, lo siento, celes, me quedé pensando en algo.— rasca su cabeza nerviosamente. — creo que... deberías llevar esas ordenes y.— carraspea intentando tener un tono más seguro sobre si mismo.— yo iré a pedirle su número.— adopta una posición firme, como si fuera un soldado haciendo escapar una carcajada sonora de parte de su amiga, parecía tener lagrimas acumuladas en sus ojos mientras continuaba riendo. — espera, espera.— toma una pausa para reír otra vez— tú...— otra pausa, ¿cuál es la gracia? solo su gran amigo naegi totalmente tímido con nula experiencia en coquetear, quién probablemente lo arruine por la vergüenza y nervios que le causa el simple hecho de acercarse al rubio... oh, se entiende ahora. es algo cómico de ver sin dudas

— tú, makoto naegi, ¿pedirás su número? es decir, ir, y... hablar, ya sabes ¿no?— la pelinegra había terminado de carcajear ante su amigo al fin.

— bueno... ¿si..? ¿hay algún problema? puedo hacerlo.— el chico hablaba de manera determinada, asombrando un poco a su amiga pero a la vez ella se entretiene del valor adquirido espontáneamente que viene de naegi, ahora la chica contaba con un gran interés en como iba a terminar todo, no podía perderse tal cosa.

— pues, suerte con eso naegi, prepararé las ordenes y veré atentamente como te va con el cliente ojiazul.— lleva su mano a hacia su boca educadamente, acción como si se tratara de una baronesa y suelta una pequeña risa para después dirigirse a la cocina y preparar las ordenes asignadas.


_________________________________________________________


cada vez que pienso en celestia, la canción ''killer queen'' viene a mi mente, definitivamente está escrita para ella.

gracias por leer.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 22, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

royal tea ;; naegamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora