Fall (Volkacio)

Parte Única

Fall.

Horacio sonrió en su reflejo, se había delineado los ojos y puesto algo de sombra, también pintó sus labios con un color rosado oscuro, esperó a que Gustabo lo fuera a buscar y juntos se encaminaron rumbo a la universidad.

— ¿Cómo dormiste? ¿En tus sueños el ruso se dejó besar o tampoco en tus sueños logras enamorarlo? — el comentario provocó que un gran sonrojo se apoderara del rostro del menor.

— ¿Qué tonterías dices? — suelta acompañado de una risita nerviosa. Hubieran seguido discutiendo sobre el crush de su amigo con el ruso, pero unos murmullos llamaron su atención.

—Es tan guapo.

— ¿Tendrá novia?

Esos y más fueron los murmullos que escucharon al llegar a la Facultad de Criminología, algo dentro del chico de cresta se inquietó, esos murmullos no significaban nada bueno para él.

—Comienzan los problemas...— susurró su amigo cerca de su oreja en cuanto vieron a un gran cumulo de chicas rodeando a alguien. Horacio suspiró.

Con disimulo se acercó a la gran pizarra donde todo el montón estaba y esquivando a las chicas leyó la hoja donde aparecía su grupo y la gente con la que estaría, para su suerte, García Gustabo era la primera persona que reconoció en la lista, justo donde estaba él, y siguió bajando hasta llegar a la V, con miedo leyó los apellidos bajando a donde con suerte –o desgracia– ponía Volkov Viktor. Otro año aguantando como las chicas coqueteaban con su segundo mejor amigo.

Vikor y Horacio se conocieron en secundaria, el ruso era conocido por no dejar que nadie se acercara a él, pero Horacio era especial, y congenió con el ruso en un santiamén, a los días de hablar y convivir le presentó a Gustabo, su mejor amigo en el mundo, no se agradaron lo suficiente como para considerarse un trío de mejores amigos, pero al menos Gustabo y Viktor se soportaban lo suficiente como para convivir los tres en armonía. Todo sea por Horacio, pensaron ambos.

Así que una vez checada la lista, el moreno se giró e ignoró al ruso, yendo donde Gustabo lo esperaba con los brazos cruzados, dejando al ignorado con un rostro ligeramente confundido y el ceño fruncido.

—Wow, Horacio, ¿crees perdonarte el haber ignorado así al ruso borracho?

—Estoy cansado, Gustabo. Llevo enamorado de Viktor 5 años y él no me ha dado ninguna señal— se recargó en el hombro de su mejor amigo, con mirada afligida suspira. Viktor seguía mirando a su mejor amigo, y su ceño se frunció más al verlo recostado sobre Gustabo.

—Disculpen...— dijo alejando a las molestas chicas y caminó a paso firme hasta el chico. Iba con la intención de regañarlo, echarle en cara el haberle ignorado y golpearlo, o lo ultimo quizás no. Pero todo se fue al caño cuando su fría mirada se encontró con la mirada de cachorro de su amigo, y cuando lo vio con un tierno puchero olvidó a qué había ido, sus ojos analizaron al ahora pelirrojo, tenía los ojos delineados y sombreados, cosa que le daba un aire sensual a su mirada que contrastaba con su tierna personalidad.

Cuando el chico le sacó la lengua de forma juguetona, un nuevo pirsin fue lo que Viktor captó y un deseo secreto de besar a Horacio para comprobar si esa perforación iba a ser molesta le surgió, pero la reprimió en cuanto Gustabo carraspeó.

—Ya veo que estas marcando tendencia ahora en la facultad, eh Viktor. — el tono sugerente que usó no le gustó para nada, menos cuando Horacio se pegó más al rubio. Le miró con molestia.

—Estamos los tres juntos, ¿se dieron cuenta? ¿Pudiste comprobarlo o tu grupo de seguidoras no te dejó? —Gustabo silbó después de escuchar los reproches de su mejor amigo al ruso.