La sombra de lo que soy...
Prana
a los 6 años
Estaba sentada en mi habitación esperando a que mis padres vinieran a buscarme para ir al médico.
-Enana-desvié la vista a hacia la puerta al escuchar aquella voz familiar.
-D- dije en un susurro-sabes que no puedes estar cerca de mí, lo tengo prohibido.
-No entiendo porque tienes que seguir todas esas estúpidas reglas-dijo en voz baja pero notablemente enojado.
-No tenemos que entender, solo cumplirlas, tengo que hacerlo o sabes que pasara- dije afligida-solo vete, tengo que estar tranquila para ir al médico.
-Porque te llevan al médico, ni siquiera estas enferma.
-Ya te dije que…
-Lo sé no hay que entender solo cumplir-me interrumpió fastidiado-no sé cómo logras ser la copia perfecta de lo que te dicen que seas-se dio la vuelta y salió de mi habitación.
Me acosté en la cama observando el sobrio techo beich, aunque en realidad toda la habitación era así. No había más colores que ese, tampoco juguetes o nada parecido, solo una cama individual, una silla de madera sobre la cual estaba el libro que mama me leía todas las noches, y un pequeño armario.
-Prana-me levante rápidamente al escuchar la voz de mi madre, que se encontraba en la puerta-es hora de irnos tu padre está en auto.
Asentí con la cabeza y me pare frente a ella. Saco una venda de su bolso y cubrió mis ojos.
-Conoces las reglas cierto Prana-claro que las conocía me las repetía cada noche, así que solo asentí- bien vamos.
Mamá tomo mi mano y me guió, puesto que no veía.
Cuando la puerta de la casa se abrió sentí el frescor del clima en mi piel, tenía la sensación de haber vivido eso antes pero no podía recordarlo.
En cuento bajamos pude sentir el olor a humedad y el horrible sonido del metal al abrir una puerta pesada.
-La pequeña Praiana aquí de nuevo-escuche decir a una voz aterradoramente conocida, no comprendía porque todo me era tan familiar.
-Te he dicho que se llama Prana-esta vez hablo papá y se escuchaba molesto-puedes ayudarnos, volvió a pasar y si queremos hacerlo necesitamos que sea perfecta.
-Sí, puedo hacerlo, pero ya les dije que hacer esto tantas veces puede traer consecuencias a largo plazo.
-No me importa, para entonces ya estará hecho y no será nuestra responsabilidad-respondió papá y yo aun no lograba entender porque estaba aquí.
-Bien, vamos.
Caminamos una distancia corta y entramos a un sitio cuya temperatura demasiado fría, no podía parar de temblar.
-De acuerdo pequeña-dijo el mismo hombre de antes pero esta vez me hablaba a mí-intenta estar lo más relajada posible mientras más te resistas peor será para ti.
Sentí mi corazón acelerarse, estaba realmente asustada.
Me sentaron en una silla y amarraron mis muñecas y tobillos con unas correas. Untaron mi sien con un líquido frio y espeso, luego sentí una punzada en el mismo sitio.
No me atrevía a gritar, temía lo que podría pasar si lo hacía.
Escuche voces ajenas, pero yo solo podía concentrarme en el inmenso pánico que tenía.
Segundos después sentí una intensa corriente recorrerme y luego de eso todo fue oscuridad…
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Se que el capítulo no es muy extenso, pero es muy importante en la historia.
Espero que les guste.<3
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Suppress
Mystery / ThrillerMiedo, el freno que no nos deja vivir o nos puede salvar de nosotros mismos.