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Una mañana de sol en Manchester, una niña de no más de ocho años corre escalera arriba con un librito de cuero entre las manos. Lo encontró por accidente en el sótano, cuando buscaba su disfraz de Cenicienta entre las decenas de caja de ropa que había allá abajo. Cerró la puerta de madera y atravesó el pasillo como un rayo humano, distrayéndose por el exquisito olor del almuerzo, entonces supo que su tío estaba en la cocina.

-¡Tío Liam! ¡Tío Liam!

La niña se abrazó a la pierna del ojimiel con una sonrisa y el libro en su mano derecha.

-Darcy, cariño ¿Qué ocurre? – abandonó la tarea de cocinar la pasta y se puso de cuclillas, a la altura perfecta para verle sus hermosos ojos azules.

-Encontré esto allá abajo. – le enseñó la libreta.

Liam abrió los ojos con sorpresa y le arrebató suavemente de las manos ese cuadernito especial que guardó entre las cosas viejas para no tener la necesidad de leerlo nunca más. No quería leerlo por décima vez, no quería recordar a su mejor amigo. Le dolía mucho ver el trazo tan delicado de esas hojas amarillentas y medio estropeadas por los años.

-Era de…

-De un tal Harry. Mira, ahí lo dice. – la niña señaló el nombre escrito torpemente sobre las tapas de cuero castañas. -¿Quién era ese?

-Bueno… es una larga historia. Era un amigo de tu papi, Darcy. Un gran y buen amigo.

-¿Y por qué papi Louis nunca me habló de él?

-Tu papi sufre mucho cuando habla de él, ¿Sabes?

-Oh, - miró el libro entre las manos de su tío. -¿Y qué tiene ese libro?

Liam sonrió a medias y delineó la tapa dura de enfrente con nostalgia, decidido a compartirlo con la pequeña Darcy. Luego tendría tiempo de explicarle a Louis que todo lo que hizo fue por su propio bien, hasta se atrevía a pensar que su amigo estaría agradecido por ahorrarle tal dolor.

-Hay una hermosa historia aquí dentro.

-¡¿En serio?! – preguntó con aire de emoción.

-Sí. ¿Quieres que te la lea?

-¡Sí, sí, sí! – saltó en su lugar, mientras aplaudía efusivamente.

-Está bien, pero luego del almuerzo. A tu padre no le gustará saber que no has comido nada, creerá que soy un mal niñero.

La niña refunfuñó, pero aceptó el trato.

***

Sentados en el jardín trasero, bajo el sol de un atardecer simplemente hermoso y mágico, sobre el húmedo césped verde y fresco, abrieron el libro de tapa dura. Darcy se acomodó frente a su tío Liam, quien sintió un vacío interior al ver esos trazos en tinta oscura. Sus ojos picaron por un momento, más no lloró, y no porque no tuviera las ganas, sino porque la niña de ojos azules frente a él esperaba impaciente.

-Bien… - suspiró y se obligó a sonreír. – comencemos.

-¡Sí!

Liam sabía que una tarde no alcanzaría para leer todo lo que contenía y algunas cosas, por supuesto, eran muy privadas. Así que sólo se concentraría en leer algunas de las fechas del diario, sólo las cosas importantes.

4/ 3/ 2012

Hoy fue un día interesante, en verdad, lo fue. No todos los días sufres un desmayo repentino y una hemorragia nasal, ¿O sí? Bueno, el punto es, que mamá me encontró, (según lo que me contó), en ese estado deplorable en la sala de estar de nuestra casa. No recuerdo mucho, así que contaré desde que desperté en el hospital. Mi mamá lloraba a mi lado y yo no entendía mucho, un hombre en bata leía un informe que traía en sus manos, hasta que se dio cuenta de que había despertado. Me miró con perdón y se fue, dejándome a solas con mi madre. No alargaré esto aún más, así que diré que todo es extraño suceso se debió a que estoy enfermo.

《El diario de Harry 》 [OS larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora