Parte 1

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-Tres hamburguesas King, dos canastas especiales de papas y una bebida grande de Arándano. Son $20 dólares.

-Oye, reclamare la demora. Y tu chico, no esperes propina.- la puerta del departamento se cerro de un golpe después de pagar el importe de la venta.

Jimin estaba acostumbrado a la gente como este cliente, no era de extrañarse que la gente no le diera propina, solo tenían quejas. Ya hacia unos cuantos años que hacia este trabajo y lo odiaba con todo su ser. La gente solía ser desagradable y mucho tenía que ver sus rasgos Coreanos.

Subió a la Vespa amarilla que tanto cuidaba y regreso por mas envíos al restorán.

-Mini, aquí tienes un par mas- lo recibió Yoon Ha, su compañera y amiga, con una gran sonrisa- ya casi terminamos el turno ¿Vamos por unas Pintas?

-Lo siento Yoon Ha, debo ponerme a estudiar. Sabes que llegan los finales y no puedo darme el lujo de reprobar.

-Ya amigo, consíguete un novio que ayude con los gastos y tendrás mas tiempo para estudiar.

-Como si fuera fácil- rió a su comentario.

-Oh vamos Mini, con ese precioso rostro......- Yoon Ha frunció sus labios en gesto tierno- Sabes que Yoongi está interesado, dale una oportunidad- Yoongi era uno de los ayudantes de la cocina. Era un chico apuesto pero Jimin no podía darse el gusto de tener citas en este momento.

-Lo pensare- dijo colocándose el casco una vez más y saliendo a la calle en la colorida moto.

                                                                                                   ♥♥♥

La música se escuchaba por todo la mansión. La piscina estaba cubierta de latas vacías y el lugar era un desastre de botellas y platos rotos.

-Bien chicas ¿quien me hará un masaje?- pregunto Jungkook desde una de las reposeras, a las bellas mujeres que se desesperaban por hacerlo- tranquilas nenas, todas pueden hacerlo.

Una bellísima rubia con exuberantes pechos y una micro bikini roja acariciaba sus pies, mientras que una morena infartante con un trasero de en sueños masajeaba sus muslos. Un par de gemelas pelirrojas, fetiche de cualquier hombre, en unos diminutos shorts y top blanco masajeaban sus hombros.

Todas ellas querían tener sexo con él, el lo sabía y...¿porque negárselos?.

-Jungkook, amigo, puedes compartir sabes.- Taehyung uno de los pocos amigos que tenia Jungkook atravesaba el ventanal de la lujosa casa. Apuesto y fortificado igual Jungkook, solían competir por quien hacia mas flexiones colgados sobre las barandas del balcón.

-Sabes que no comparto. Pero puedes tomar a esta. – dijo empujando a la morena y golpeado sus nalgas.- tengo algo contra la gente mestiza.- Jungkook hizo un gesto de desagrado y la morena viendo tal denigrante acto bufo y salió del lugar.

-Gracias – dijo Taehyung mirando como la hermosa morena se hacía paso hacia la salida- sabes que tengo a Lisa.

-Para que quieres a una si puedes tener a todas- respondió el arrogante hombre de ojos oscuros.

-Cuando la tengas sabrás de lo que hablo- respondió Taehyung mirando sus manos.

-Oh vamos vas a decirme que estas enamorado, estás loco, eso no existe- rio burlon Jungkook

-Ok, como digas. Solo quería recordarte que este fin de semana es mi cumpleaños. Lo festejaremos en el Royal II, planta alta. No me falles amigo.

-Ahí estaré, ahora déjame por favor. Las chicas necesitan seguir con sus cuidados- Jungkook tomo a una de las pelirrojas y la atrajo para besarla, mientras con la mano libre presionaba el trasero de la otra.

Taehyung se sonrió y se dirigió a la salida. Algunas veces se preguntaba porque eran amigos. Jungkook podía ser un verdadero hijo de puta a veces y un muy maldito cretino siempre.

La mayoría de sus amistades no lo soportaban y su novia lo odiaba por ser un misógino.

La verdad era que muchas veces sentía pena por él. Porque detrás de toda esa mierda, había un pobre y solitario chico.

                                                                                                        ♥♥♥

-Iras al Royal II mañana, hay una fiesta de cumpleaños y no hay suficiente personal para cubrir- el jefe de Jimin le informaba el viernes por la noche.

Jimin nunca se había negado a los traslados y esta no era la excepción , si su jefe lo quería en el Royal II o III debía ir al lugar.

Le gustaban los eventos de la gente rica. Siempre podía ver algún apuesto millonario que nunca podría tener pero si serviría para una cuantas fantasías mojadas.

Era muy respetuoso del trabajo, así que tampoco coqueteaba en el trabajo. Pero se conformaba con soñar.

Además de eso, su jefe le dejaba traer sobras a casa cuando había en abundancia y siempre ocurría en esos eventos, así que tenía una semana de deliciosa comida gourmet, caviar, salmón, carnes y postres de todo tipo.

Jimin tenía muy buena relación con su jefe y nunca había tenido quejas de su desempeño, ya tenía varios años trabajando para la cadena de Royal, la paga era bastante buena y los clientes exigentes como tal.

-Si señor estaré ahí a la hora de siempre- dijo Jimin entusiasmado.

-Sé que no debería decirlo hijo - dijo el hombre posando una mano cansada sobre el hombro de Jimin- pero se cuidadoso, en la fiesta habrá mas de aristócrata y no queremos que se lleven una mala impresión de nuestro servicio.- el jefe parecía más preocupado de lo normal.

-Lo tendre señor, sabe que mi segundo nombre es cuidadoso.- dijo Jimin sonriendo.

-Gracias Chico- dijo el hombre presionando un poco el agarre-nos vemos haya entonces.

Jimin regreso a su casa, bastante feliz por su trabajo de mañana. Y demasiado cansado para pensarlo.

Se dio una cálida ducha y alimento a América que se acurruco a su lado. No tardo en dormirse profundamente y soñar con una hermosa playa iluminada por el sol del Caribe un apuesto hombre a su lado le sonreía de forma dulce y sincera.

Jimin presiono fuerte su almohada. Al menos en sueños podía encontrarse su hombre ideal.

Cruel VengazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora