Una santa adoptada

[Capítulo 4]

El presentimiento de Darwin resultó ser cierto. El aire en la sala de estar se congeló ante la petición absurda de Judy.

—¿¡!?

La comisura de los labios del duque se movió nerviosamente.

—... ¿Qué quieres decir?

Desde el creciente silencio, una ola escalofríos recorrió las espaldas de todos.

—Hermana, literalmente. Hans y Sebastian tiene hermanas, pero ¡Nosotros no!

Judy murmuro mientras hacia un puchero. Darwin se llevó los dedos en la frente y respiro hondo.

—¿Solo por eso?

«No ha pasado ni dos días desde la última broma de Judy, sin embargo, esta broma va más allá del límite».

—Eso es ridículo, ¿Cuándo se te ocurrió esta idea? ¿De verdad estás pensando en hacerle una broma a tu padre?

La voz enojada de Darwin se hizo presente en la habitación. Sus ojos verdes oscuro se oscurecieron aún más, cualquiera que se atreviera a verlo, temblaría.

Estas leyendo una Santa que fue adoptada por el gran duque con Ayase18 & Sleepwolf18.

Judy se volvió, y una sonrisa de disgusto se posó en sus labios.

—Sabes qué, no, gracias. No necesito nada. Sabía que no me escucharías, aunque te lo contará. De todos modos, solo amas a Dennis.

—¿Qué? ¿De que estas hablando?

Judy se rio suavemente, agitó su mano levemente en señal de despedida a su padre.

Conmovido por las palabras de Judy, Darwin respiro profundo.

«Judy suele ser travieso, pero es un niño inteligente». Al darse cuenta de esto, el Duque Dahzin se puso pálido, como si acabará de darse cuenta de que una disculpa no ayudaría en absoluto.

«Sin embargo, las palabras de Judy son bastante extrañas... incluyendo su expresión...» los pensamientos de Darwin eran confusos.

«Pero ¿Por qué necesita una hermana de repente? Todos los días se divierte jugando... no entiendo...»

[Tos] El duque calmó su voz.

—Judy, si necesitas un sirviente, te concederé tu deseo, pero no una hermana.

«Estoy dispuesto a darte todo lo que quieras, pero una hermana es demasiado».

—¿Por qué?

—No hay una madre.

La esposa de Darwin, la madre de los gemelos murió poco después de dar a luz. Darwin, que la amaba con todo su corazón, no se volvió a casar después de su muerte, nadie podía remplazar a su amada.

—¿Y qué? Nosotros tampoco tenemos una madre, ¿verdad?

Judy negó con la cabeza para demostrar que no entendía el punto de lo que hablaba su padre.

«Esto es un dolor de cabeza...»

Darwin respiro hondo. Le alarmaba que la situación no fuera lo suficientemente adecuada para explicar el proceso de la concepción. Por lo tanto, el Duque, atrapado en un dilema, dirigió su mirada hacia Dennis.

—Dennis, ¿Entiendes por qué no puedes tener una hermana?

Dennis, que siempre estuvo leyendo libros, era un niño muy inteligente, con mucho conocimiento adquirido. Darwin creía que su hijo debía saber el proceso de la concepción de un bebé.