Aún recuerdo aquella mañana, aquel encuentro donde decidimos que ese lugar era nuestro, "el lugar de siempre" solíamos llamarlo.
No habia tantas personas al rededor, solo éramos la naturaleza, tú y yo.
Era un lunes por la mañana, tú tan inquieta y sonriente; preguntaste si en realidad te quería, solo sonreí por miedo, caminaste al borde del río, buscabas algo y yo sin saber, solo recuerdo que gritaste "encontré un trébol, un trébol de cuadro hojas", y pense "vaya, está de suerte", di la vuelta y la con un brillo en los ojos que quizá antes no había notado.
Agarro mi mano y yo sin poder respirar, sentía mi corazón salirse, caminé hasta el banco, vi unas cuantas personas pasar y sonreí; juraría que ese día era extraño, no lo sé, así lo sentí.
Ya era tarde, hablamos de todo un poco, otras veces era silencio, sin embargo amaba estar allí sin decir nada, por lo menos para mi, era aquel silencio que no incomodaba, me sentía bien.
Al despedirnos mencionaste que ibas a guardar aquel trébol como algo especial, pensé ¿Qué significado tiene para ti un trébol?, sonreimos y sin decir más cada una tomó un camino diferente.
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Si me llamas no habrá excusa
RomanceOlvidar es difícil cuando quieres de verdad. ¿En realidad existen las almas gemelas?