Entró en el coche, encendió el motor y pisó el acelerador. Iba muy rápido, huyendo de su peor pesadilla, el hospital del norte. Pisó el acelerador más fuerte, los dedos se tornaron a un blanco mientras con rabia apretaba el volante, más fuerte. Como si así pudiera librarse de los monstruos y fantasmas, de las palabras que acababa de escuchar "Está en coma" "Está muy grave" "Es muy difícil que despierte".
El cielo parecía un lienzo con pinceladas cálidas y el sol estaba desapareciendo en el mar del horizonte. Si no hubiera sido uno de los peores días de su vida, se hubiera parado a ver el atardecer, como era costumbre. Sacaría dos cigarros y disfrutaría del silencio junto a Volkov...
Volkov...
Conway no podía asimilar las anteriores horas. Disparos. Sangre. Hospital. Pogo... Sin darse cuenta ya estaba en el aparcamiento de su apartamento. La noche se hizo presente. De repente, el mundo se le cayó encima. No tenía fuerzas para abrir la puerta del coche, ni si quiera para caminar. La imagen del ruso tendido en la camilla no salía de su cabeza. Lo había perdido... Había perdido a su compañero de vida, a la persona que le enseñó a querer de nuevo... Apoyó su cabeza en el volante, cerró los ojos y suspiró muy fuerte. Salió del coche y entró en su apartamento.
En el salón había dos vasos y una botella de vodka vacía. En el tocadiscos todavía estaba el disco de que tanto les gustaba escuchar. Por suerte (para Conway) había parado, la música no sonaba. La escena de la noche anterior se hizo presente como una escena de crimen:
El ambiente era tranquilo. De fondo, Sinatra cantaba Fly me the moon mientras Volkov la tarareaba. Este estaba sentado en el sillón individual, enfrente del americano. Sirvió el cuarto vaso de vodka. Notó a Conway intranquilo, silencioso, perdido en sus pensamientos. Lo conocía demasiado bien. Cogió el vaso y se sentó su lado.
- Conway, lo que tenemos entre manos nos viene grande. Pero aquí estaré, a su lado, siempre.
- Volkov, tienes una puta diana en la cabeza que te has puesto tú solito.- Dio un sorbo a su Vodka- Les has demostrado que eres importante para mí. ¡Joder! ¿No lo ves? Van a ir a por ti.
- Perdone Conway, no lo hice con mala intención. Solo quería demostrar...-
- ¿Demostrar el qué? ¡Me cago en todo, Volkov! No estoy preparado para enterrarte, para que estés 7 metros bajo tierra, y todo por haber demostrado mierda delante de un grupo de gilipollas.
Viktor puso su mano en la pierna del contrario. - Jack, mirame- La mirada profunda y sincera del ruso chocó con la del contrario, llena pesadillas, inseguridades y miedos.- Saldremos vivos, tú y yo juntos. Nadie va a tener que enterrar a nadie.
-¿Lo prometes? -Conway sonó vulnerable, diminuto. Pocas veces sucedía, pero solo abría sus sentimientos con él.
- Te lo prometo. - El americano apoyó su mano en la del otro, acariciándola con suavidad. Se quedaron en silencio, pero un silencio muy cómodo. Ahora sonaba My Way.
"Aquí estaré, a su lado, siempre" "Saldremos vivos, tú y yo juntos" "Te lo prometo". Agarró la botella vacía de vodka y la tiró con rabia al suelo. Haciéndose una profundo corte en la mano.
- ¡ME CAGO EN LA PUTA! ¡JODER! -Gritó lleno de dolor. No podía ver, la vista se le había nublado. Cayó al suelo apoyando su espalda en la pared y escondiendo su cara entre las piernas. Un vacío muy grande había innundado su pecho. Comenzó a llorar por primera vez en todo el día. Sintió que le faltaba el aire y empezó a temblar. "Iría yo personalmente a donde va este hombre siempre"- ¿Y donde estás ahora Volkov? ¿Por qué no estás aquí conmigo?- Su voz sonó rota.
La herida de la mano empezó a escocerle. Había dejado un pequeño charco de sangre en el suelo, justo debajo de su mano herida. Después de un rato, cuando encontró la poca fuerza, se levantó y fue hacia el baño. Abrió el estante, cogió una venda y el alcohol. Justo detrás encontró un bote de pastillas que le había acompañado durante tantos años, tras la muerte de su familia. Le había costado mucho tiempo dejar los antidepresivos, y si lo consiguió fue gracias a Volkov...
Cogió el bote y después de vendarse la herida, fue hacia la cocina. Abrió la vitrina y sacó la última botella de wisky. Se la sirvió en un vaso y volvió a coger el bote de pastillas. Dejó caer tres en su mano y se las tomó junto a un largo sorbo de la bebida. Sabía que eran demasiado fuerte y que se había tomado demasiadas, pero daba igual, cuanto antes dejara de sentir, mejor. Se sentó en el sillón, miró todo el desorden a su alrededor, los cristales rotos y el pequeño charco de sangre. Se bebió otro vaso. Cerro los ojos, la imagen de Horacio sosteniendo el cuerpo inconsciente de Volkov ensangrentado, paseo de nuevo por su mente. Se bebió otro vaso, el dolor no cesaba, se bebió otro más. Otro y otro más. Hasta que no quedó ni una gota en la botella. *Ringgg * Rringgg* El ruido del teléfono consiguió traerlo de vuelta a la tierra.
- Joder Jack, por fin consigo conactarte.
- ¿Qué... qué coño quieres Evans? - Habló intentando disimular su borrachera
- Estoy de camino a mi apartamento con Freddy, Horacio ya se ha ido a descansar a casa. ¿Quieres algo? ¿Estás bien?
- Sí... sí quiiero alggo. Lo quiero, lo quiero a él y quiero que essté aquí conmiggo, vivo. Y sí, stoy de putsima madre. ¿Sabes... tú acaso sabes.. lo qué es perder a las dos... DOS... únicas personas a las que has amado nunca, NUNCA? Si es que... ssoy gilipollas, GILIPOLLAS. Me cago en la putsima madre de jesucristo y su santisimo y eclesiastico dios. No apprendo a la primera.- No pudo disimular los litros de alcohol que llevaba encima. Conway se sinceró, le echaría la culpa al alcohol, pero realmente lo necesitaba.
- ¿De qué estás hablando ahora? ¿Estás borracho? ¿Amar a quién? Espera...- El americano colgó para evitar todas las preguntas que se le venían encima.
Intentó volver a dormir un rato, pero no pudo. Apoyándose en las paredes y muebles llegó a la ducha. Se desnudó mientras el agua calentaba. Se metió en la ducha y dejó las gotas caer por su pelo, espalda y rostro. El alcohol poco a poco dejó de hacerle efecto. En ese momento recordó la primera vez con Viktor:
Era ya muy tarde, no había nadie en comisaría, los vestíbulos estaban vacíos. Solo quedaban ellos. Conway en la ducha y Volkov cambiándose. Esa tarde, después de un atraco en la licorería, se habían estado besando en un callejón. El ruso se había quedado con ganas demás. Lo pensó varias veces y su instinto le ganó. Terminó de desvestirse y se metió en la ducha del contrario. Jack lo miró sorprendido de arriba abajo, llevaba tanto tiempo deseando eso... Lo aceptó con un tímido beso, agarró sus mejillas mientras el agua caía entre los dos. Poco a poco el ambiente se turnó fogoso, hambriento, caliente. Poco a poco se fueron desenvolviendo. Se descubrieron físicamente el uno al otro. Esa noche, Volkov pudo besar cada lunar de Jack y Jack pudo acariciar cada cicatriz de Volkov.
"Usted es mi familia conway" Volvió de nuevo a la vida real. El peso en su pecho apareció de nuevo. Cerró el agua de la ducha y se vistió con unos pantalones de chandal y una sudadera negra, había empezado el frío. Fue al salón y empezó a recoger el desorden digno de una película de terror. Barrió los cristales, y de alguna forma se sintió reflejado. Estaba roto. Nunca había estado bien del todo, pero no estaba tan mal como ahora. Todo esto le venía muy grande. Tenía esperanza de que se despertara, claro que sí. Pero como le dijeron los médicos, debía ser realista. Le llegó un mensaje al móvil: "Espero que estés mejor. Ya hablaremos tranquilamente. Ahora cena algo por favor. Evans". Le dejó en visto, realmente no quería hablar con nadie, nunca. Pero le hizo caso, fue a la cocina y encontró pan de sandwich, seguramente caducado, y solo le quedaba una loncha de queso. Comió y fue a su habitación.
Se dejó caer en la cama, muy agotado. Soltó un largo suspiro. Recordó esas noches, cuando después del trabajo, se acostaban juntos en ese mismo lugar. Hablaban de todo y nada, habían muchas caricias y besos. Nunca les gustaron las etiquetas, no llegaron a llamarse pareja. Tampoco la gente lo sabía, les gustaba la intimidad y eran muy discretos. No se llegaron a decir las dos palabras de amor, aunque con la mirada ya expresaban todo. Pero ahora mismo Jack Conway gritaría a todo el mundo lo mucho que ama a Viktor Volkov.
"Incluso no dudaría en dar mi propia vida por usted." Y cumplió su juramento. Siempre tenía que ser tan putamente leal.
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ᴇᴠᴇʀʏᴛʜɪɴɢ ʀᴇᴍɪɴᴅꜱ ᴍᴇ ᴏꜰ ʏᴏᴜ - Volkway AU
RomanceVolkway sad and soft No contiene +18 Muchísimo texto Lee y disfruta <3