Capítulo 4 "Clases improvisadas"

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Capítulo 4 "Clases improvisadas"

Camino por los pasillos del colegio intentando no toparme con Christian. Después de vomitar, el me ayudó a limpiarme, busco a Nick y nos acompañó hasta que mi mamá llegara por nosotros, a mi no me importó nada en el momento volver a vomitado un par de veces más, y ahora me arrepiento de tomar tanto, sin duda alguna no lo vuelvo a hacer. Nunca fui una borracha en las fiestas, desde que empecé a salir, que fue a inicio de mis diecisiete, mi plan al llegar nunca era terminar como el viernes en la noche, si que me arrepiento.

Es medio día, se que mi próxima hora la tengo libre, así que la necesito para leer los apuntes que tengo pendientes de la clase de biología, no me puedo dar el lujo de desperdiciar mi hora libre cuando necesito mis puntos para acreditar a la universidad. Aunque tengo buenas notas, no me gustaría bajar de promedio, me preocupa más de lo que debería pero la razón es que me cuesta mucho trabajo concentrarme y enfocarme en biología, sin duda no es para mi esa materia.

Abro mi casillero y tomo mi libro de la clase de biología, al cerrar mi taquilla el rostro de Christian se encuentra recargado viendo con fijeza, doy un brinco por el susto y después siento mis mejillas arder de la pena.

Ay no, Justo lo que no quería vivir, el verle la cara a Christian.

—Yo... lo siento—bajo la cabeza y comienzo a caminar.

¿Cuando Lea iba a tartamudear frente a alguien? Nunca tartamudeo con nadie, ni cuando Joe me ponía nerviosa con sus miradas seductoras, jamás he sido así y no quiero ser así. Intento calmar mis nervios y continuó caminando por el pasillo que da a las canchas de fútbol. Cuando de pronto escucho mi nombre.

—¡Lea! Espera.

Intento caminar más rápido pero Christian me alcanza.

—Oh, no te escuche, voy un poco tarde la verdad así que nos vemos luego...

—¿No tienes hora libre?—pregunta pasando su mano por sus rizos—. Nick me dijo y yo también tengo la hora libre, mi profesor no llego.

Nick es un chismoso de primera.

—Si, si tengo. Voy tarde para estudiar, me gusta usar mi tiempo libre para estudiar, ya sabes, con lo de la universidad y todo eso. Se me hace tarde.

Sigo mis pasos acelerados cuando de nuevo me vuelve a alcanzar.

—¿Te puedo acompañar?

Okey, no es que no quería ser su amiga, después de todo me trato muy bien en la fiesta y en las pláticas esporádicas que he tenido con el en clases es muy amable conmigo, pero... la vergüenza no me deja atrás.

—Si, digo... supongo que si, o sea si si tú quieres... si.

Mierda Lea.

—Si quiero—responde con una sonrisa—, ¿donde sueles estudiar?

—En las gradas de la cancha, me gusta el aire fresco.

Siempre me ha gustado más que la biblioteca, me gusta escuchar los pájaros y el aire fresco, en la biblioteca es verdad que me concentro más, pero prefiero mil veces estudiar afuera.

Comienzo a caminar con rumbo a las gradas, al salir del edificio Christian abre la puerta y me deja pasar primero mientras con su mano me abre al paso, le doy una sonrisa y comienzo a caminar más rápido.

Malditos nervios, ¿por qué rayos me tenía que ver vomitar?

—¿Siempre caminas rápido?

—¿Qué?—no logró escucharlo por lo perdida que estoy pensando en mi vomito del viernes.

Solo somos tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora