|| D-Day || O.S. SooKai

D-Day: Único

1...2...3...

La alarma de Soobin sonó por tercera vez, aunque ahora si le hace caso.

La despedida de soltero lo dejo agotado, pero si no se apuraba no podría ver los últimos detalles.

Este día debía ser perfecto.

Al salir de la ducha, se puso rápidamente el traje negro y cubrió su cara con un poco de maquillaje. Se veía muy bien y eso le hizo sonreír.

Ya en el auto, sintiendo que había algo que faltaba, el reloj le hizo cambiar de opinión. Se supone que debía estar dos horas antes de las once y eran las nueve y media.

Sin más arranco el auto, rogando porque no hubiese demasiado tráfico, su mente solo pensaba en llegar lo más rápido posible. Probablemente Lea quiera arrancarle el cuello por la demora.

Eso le hizo reír un rato.

—Soobin, ¡hasta que al fin llegas! - dijo Lea en dirección a él. Treinta minutos antes de las once.

Mientras se adentraba en el local, se encargó de dar una rápida revisada de que todo estuviese en orden. A lo lejos, Taehyun y Beomgyu se asomaban a la escultura de chocolate. Rápidamente se interpuso.

—Ni se les ocurra tocarla, todo lo que cae en sus manos corre peligro. No me arriesgaré a que algo así pase... No hoy.

—Disculpe, señor perfecto— dijo Tae levantando las manos— Tu boda no se arruinará por nuestra culpa.

Una ola de sensaciones le recorrieron en ese instante, pero el altavoz anunciando que en unos minutos la ceremonia empezaría lo hizo reaccionar.

—Y Yeonjun? - preguntó algo desesperado.

—No lo sé Soo, creo que-

—¡CHOI SOOBIN!— llegó Lea apurada— Ve a buscarlo.

Soobin asintió y fue donde se supone que él estaría, detrás del pequeño arco cubierto de diversas flores.

Concéntrate...

—Hyung!-su voz.

Ante sus ojos un ángel hizo presencia, haciendo el tiempo parar y se olvidara de lo demás. Su corazón latía tan fuerte que pensó que Kai podría oírlo.

—¿Y bien? - dijo, sonriente como siempre.

—Estas...

—Soo... Kai...

Ambos voltearon en dirección a esa voz. Desde la puerta, Lea los miraba indicándoles que debían salir ya.

Dándole una última sonrisa le ofreció su brazo al menor, quien gustoso lo tomó. En cuanto se hicieron presentes las personas volearon a verles con una sonrisa. Soobin odiaba las miradas en él, pero no le importaban.

Junto a él nada importaba.

El camino al altar fue muy corto según él. Una vez más, Kai le miro sonrientemente y se soltó de él, yéndose a su respectivo lugar.

Mientras la ceremonia iniciaba, la cabeza de Soobin empezaba a ser un tormento. Las voces revoloteaban dentro de él provocándole una discusión interna.

—Nos encontramos reunidos para unir hoy en santo matrimonio a...

Por su felicidad...

—El señor Huening Kai con...

Puedo hacerlo...

—El señor Choi Yeonjun.

No.