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Nayeon POV

"Jihyo, mi teclado no volverá a funcionar!" Grito por encima de la pared gris opaca del cubículo que me separa de mi amiga, escribiendo en mi teclado y golpeando repetidamente con el dedo la tecla 't'.

Frustrada, me alejo de la computadora. Jihyo asoma la cabeza por la esquina, su cabello castaño oscuro recogido en una cola de caballo. Se levanta de su silla y entra en mi cubículo. Alcanzando el teclado, lo coge rápidamente y comienza a golpearlo violentamente contra el escritorio. No puedo evitar reírme mientras la veo actuar como una psicópata.

"Bueno, mierda, Nayeon... simplemente no lo sé." Dice imitando la voz de nuestro compañero de mantenimiento y poniéndose las manos en la cintura. Se inclina hacia adelante para mirar la computadora, fingiendo subirse sus gafas imaginarias por la nariz.

"¿Intentaste apagarlo y encenderlo de nuevo?" Me burlé con voz de hombre, poniendo mis manos en mis caderas también. Siempre disfrutaba de nuestras pequeñas bromas a expensas de otras personas. Era agradable tener a alguien con quien bromear durante momentos estresantes en la oficina.

"No pensé en eso... tal vez simplemente apague mi teclado ahora mismo, señor. ¡No es como que haya muerto porque es más viejo que la empresa!" Giró sobre sus talones como si fuera a salir del cubículo. Ambas estallamos en un ataque de risa mientras el resto de nuestros compañeros de trabajo nos miraban con desprecio.

"En serio, tal vez deberías comprarte uno nuevo para Navidad". Ella desapareció por un momento para agarrar su silla y sentarse en ella. Puse los ojos en blanco pensando en lo inútil que era nuestro departamento de mantenimiento. Si algo dejaba de funcionar era mejor comprarlo nuevo que esperar a que ellos lo arreglaran. 

"Faltan doce días para Navidad, probablemente todos los buenos teclados ya no están". Digo con voz quejumbrosa.

Un irritante "¡SHHH!" de repente se escuchó a la vuelta de la esquina. Jihyo se asomó por encima de los cubículos.

"Cálmate, Jinyoung... estoy tratando de trabajar." Jihyo dijo de manera odiosa. Quería golpearla por ser tan grosera, pero tengo que admitir que Jinyoung era un miserable. Él siempre estaba tratando de matar nuestra diversión.

Me reí un poco, en voz baja, pensando en la pelea sin sentido de Jihyo y Jinyoung.

Volví mi atención a mi computadora, mirando el montón de cables que Jihyo dejó allí. Mi escritorio estaba hecho un desastre. Comencé a conectar las piezas de nuevo y a probar la máquina después haberla reiniciado. ¡La tecla 't' todavía no funcionaba!

"Está bien, ya terminé con esto, voy a salir, ¿vienes?" Pregunta Jihyo.

No me di cuenta de lo frustrada que estaba con mi teclado hasta que tuve la opción de irme. Asentí con la cabeza antes de levantarme de mi asiento y seguirla hasta el vestíbulo. Hice lo mejor que pude para seguirle el ritmo, pero seguir a Jihyo era como una carrera entre un Bugatti y un Mini Cooper. Desafortunadamente, yo era el Mini Cooper.

La nieve caía con gracia mientras el aire invernal besaba mi piel. Jihyo y yo tomamos nuestro lugar habitual contra la pared de ladrillos junto a la puerta principal de nuestro edificio. Rápidamente, mi amiga sacó un cigarrillo y lo colocó entre sus labios. Nunca estuve de acuerdo con sus hábitos, pero no me importaba escabullirme con ella para escapar cuando estallaba el caos en el trabajo.

La gente corría por las concurridas calles de Seúl mientras los taxistas tocaban sus bocinas en vano. Los peatones experimentados ni siquiera se inmutaban ante el ruido ensordecedor en marcado contraste con los turistas que se asustaban. Era fácil distinguirlos. Sonreí con satisfacción cuando un hombre lanzó su mano al aire mientras gritaba malas palabras en el taxi anaranjado.

"Diciembre es siempre la peor época del año", murmuré retóricamente. Vi a unos padres salir de la juguetería al otro lado de la calle. Bolsas apiladas sobre más bolsas. Derrochaban el dinero en cualquier tienda que hubiera para hacer felices a sus hijos. Yo, por otro lado, no tenía a nadie para comprarle algo, excepto el Secret Santa. Arrastré incómodamente los pies contra el suelo. Solo pensar en el Secret Santa me cansaba. No me gustaba la idea de que un extraño buscara en las tiendas un regalo para mí.

"Tú lo dijiste." Jihyo dio una larga calada a su cigarrillo, liberando el humo maligno en el aire. Apartó la colilla, dejando que las cenizas cayeran sobre la nieve blanca y esponjosa y la pisoteó. Tosió un par de veces antes de que comenzáramos nuestra caminata sin emociones de regreso a la oficina.

"¿Sabes cuándo tenemos que sacar los nombres para el Secret Santa de este año?" Pregunté jadeando por la larga escalera. Maldito el ascensor por estar siempre roto... especialmente en esta época del año.

***

Me senté junto a Jihyo y miré dentro de su cubículo. "Psst ... ¿a quién te tocó?" Traté de decir con mi voz más baja. Mi amiga puso los ojos en blanco antes de mostrarme su papel. Apenas llegamos de regreso a la oficina nos hicieron pasar al centro para sacar a nuestro Secret Santa.

"Chica, estás jodida", murmuré mientras leía el nombre de nuestro jefe escrito en tinta verde. Le mostré el mío y ella se encogió de hombros.

"Lo superaré". Jihyo dijo. Asentí con la cabeza, volviendo a mi escritorio.

Fue entonces cuando noté un pequeño trozo de papel doblado cuidadosamente debajo de la esquina de mi teclado roto. Rápidamente lo tomé para abrirlo. Dentro había una nota, escrita con hermosas letras.

Tus ojos son hermosamente brillantes, como un árbol de Navidad

Tu cabello tan impresionante como una capa de nieve en la mañana de Navidad.

Tu sonrisa me recuerda al chocolate caliente en el día más frío de Diciembre

Tu presencia es como la alegría del regalo perfecto,

Mi sonrisa nunca se irá si tú estás aquí.

-Tu admiradora secreta

Busqué por la oficina tratando de averiguar quién había dejado la nota en mi escritorio. Había hermosos dibujos de muérdago en cada esquina del papel, parecía que tomó horas dibujarlo. No pude evitar sonreír mientras mi mano con gracia torcía un mechón de mi cabello.

Tenía que ser alguien en esta oficina. Jihyo y yo trabajamos en un pequeño bufete de abogados. Somos pocos, solo ocho para ser exactos. Miré alrededor de la habitación una vez más en busca de pistas. Estaba bastante segura de que la nota no la había dejado ninguno de los chicos. Ya que decía "admiradora". Eso dejaba solo a 3 sospechosas, Jeongyeon, Momo y Mina. Una de ellas tenía que ser responsable de esto.

"Nayeon, te acabo de enviar un correo electrónico de un nuevo cliente". Jihyo me sacó de mis pensamientos, trayéndome de regreso. Asentí con la cabeza e intenté ponerme en modo de trabajo. Revisé mis correos electrónicos, pero no podía dejar de pensar en la nota, mirándola muy a menudo.

¿Quién podrá ser?

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Bueno, bienvenidos a la historia navideña de este año!!!

Si todo sale bien estaré subiendo un capitulo por día de aquí al 25 de diciembre. 

La historia es sencilla, pero de seguro la van a disfrutar.

Espero que les guste!

Secret Santa- MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora