Capítulo único.

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«¡Métela más rápido, ya no me siento las piernas!»

Law mira casi con recelo a su nueva tripulante. En su brazo, con una letra precisa y redondeada, presume sus palabras al resto de la tripulación. Shachi está radiante a su lado. Sus propias palabras, ocultas bajo su mono de una pieza, fueron pronunciadas solo horas antes.

Si bien no es extraño que un capitán acepte en su tripulación al alma gemela de otro camarada, la chica carece físicamente de cualquier requisito necesario para ser pirata. Es delgada y pálida, su melena rubia suelta le llega hasta la cintura y su vestido celeste con volantes indica una posición social elevada.

Suspira una vez más al ver a su emocionado amigo darle un recorrido por la nave a la chica más joven que a su vez tira del brazo de un Bepo muy avergonzado. Penguin se acerca a él con una sonrisa torcida.

"Casi puedo oír lo que estás pensando, Cap."

Sintiendo la necesidad de justificarse, Law dice: "Es demasiado peligroso llevarla con nosotros. Ahora está bien pero estamos a punto de llegar a Sabaody. Una vez allí no habrá vuelta atrás."

"Lo sé", se apoya en la barandilla de la cubierta con los brazos cruzados. "Pero es comprensible, capitán, lo entenderás cuando encuentres a tu persona especial", su voz se suaviza cuando añade. "Shachi tiene suerte de tener un alma gemela tan dispuesta, dejemos que disfrute."

El alma gemela de Penguin, un amigo de casi toda la vida, se quedó en el North Blue. La despedida de ambos involucró muchos gritos y una gran discusión. Aunque ambos se separaron con el corazón partido, el pirata siempre habla de él con esperanzas y una promesa silenciosa de que volverá a verlo algún día.

Solo por eso, Law nunca se permite hablar mucho sobre el tema de las almas gemelas. Todos a su alrededor no son más que románticos empedernidos, siempre hablando de una persona especial, destinada, como si fuera justo que el mundo decida por ti con quién debes pasar el resto de tu vida.

Su opinión sobre el tema es bastante contrario al resto. No es culpa suya, ha odiado sus palabras desde que tuvo la edad suficiente para entender.

Y es que por regla general, la mayoría de frases son bastante positivas. Desde las palabras de Penguin "Hola, ¿quieres ser mi amigo?", hasta las de Shachi "Gracias por ayudarme, eres muy dulce", incluso la fascinante frase de tinta negra escrita sobre el pelaje blanco de Bepo "¡Eres tan suave!", todas ellas son dignas de cuentos románticos.

Law se habría conformado incluso con algo simple como el típico "Ah, eres tú", o un "Hola, ¿qué tal?", que muchos consideran como una maldición por lo comunes que son. En cambio, su suerte decidió jugarle la peor de las bromas.

En la parte baja de su espalda se encuentra la frase que tanto odia, escrita con letra agitada y desordenada. "¡Métela más rápido, ya no me siento las piernas!"

En Flevance, había ganado fama de pervertido entre otros niños. También una incómoda charla con sus padres y, más tarde, muchas muchas burlas de parte de la familia Donquixote.

Cora-san una vez le recriminó su odio hacia su alma gemela. El hombre había señalado lo obvio, que las palabras tan solo eran reacción a las acciones de ambos, por lo que él también era 'culpable'.

Sin embargo, Law sabe qué tipo de hombre es y se enorgullece de decir que al menos hablaría con alguien antes de llevarlo a la cama. ¿Qué tipo de seducción silenciosa podría haber provocado su alma gemela para que sus primeras palabras fueran unas tan precisas?

Por lo tanto, él no es la persona más indicada para conversar sobre el tema. Entiende la emoción de Shachi pero también le parece ridículo su creciente apego a una persona a la que acaba de conocer y con quien lo único que comparte son unas palabras del destino.

Tinta sobre piel | LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora