La magia de la vida

Primer capitulo

Desperté y no entendí porque al abrir mis ojos Sara no se encontraba a mi lado, grite su nombre pero nada pasó, entre al baño y no estaban sus lociones ni su maquillaje, nunca entendí porque usaba todo eso si ella no podía lucir más hermosa que cuando se levantaba en las mañanas, con su cabello desordenado, sus ojos naturalmente cafés y su boca color rosado.

-Cállate  José , el único que ha arruinado mi vida aquí eres tú

De repente vinieron a mi mente las palabras que había dicho Sara ayer durante una de las tantas peleas que habíamos tenido, bueno que esperaba yo que me dijera cuando le dije que me arrepentí de haberme enamorado de ella.
Me sentí tan mal al recordar eso y pensar que después de decirlo solo me acosté a dormir sin siquiera disculparme, Sara tiene razón al estar enojada.
Después de darme una rápida ducha un dolor se esparce por todo mi pecho al abrir el closet y no encontrar más que mi ropa dentro de él, como había sucedido eso, como nuestra gran historia de amor había terminado así realmente yo no entendía nada. Me puse lo primero que encontré y salí rápido del apartamento para poder encontrar a Sara y hablar con ella.
Me monté en mi moto y anduve lo más rápido posible hasta llegar a la universidad donde Sara y yo estudiábamos, no sé si eran ideas mías o habían muchas cosas raras incluso yo me sentía raro pero suponía que era por lo que estaba pasando con mi relación. Enseguida recordé que Sara tenía una importante exposición hoy en el auditorio y me dirigí a él, pero cuando entré  este se encontraba totalmente vacío, no entendía que estaba pasando, donde estaba Sara.
Me sorprendí al verla pintando en el parque que queda detrás de los edificios de medicina donde tomó mis clases y también el lugar donde hablamos por primera ves, nervioso me acerqué a ella y toque su hombro ella me miró y sonrió para luego decir
-Hola, puedo ayudarte en algo?
Confundido la mire y solo pude responder. Soy yo José

-mucho gusto soy Sara

Respondió ella Para luego estirar su mano hacia mí como si fuéramos dos extraños viéndose por primera vez.