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El no tenía que ser adivino, tres años de relación eran más que suficientes para que sin hablar, Jeno ya supiera todo lo que le pasaba a su novio.
Era cierto que ninguno —el mundo— contaba con que una pandemia arrasaría en aquel año haciendo que tantos planes como actividades fueran cancelados y que muchos quedaran privados de la libertad y la manera de vivir a gusto.

Algunas personas no tenían suerte como el y no vivían con su pareja o incluso sin sus padres y Jeno pensaba que era muy triste pero también debía admitir que las cosas no es como si estuvieran de color pastel. Renjun, su novio, era una persona organizada y los cambios le chocaban de forma bastante drástica, así que cuando tuvo que mover todo para estudiar y trabajar en casa estuvo enojado, estresado e inquieto, y tal vez cualquiera debe pensar que aquello debía haberse superado, eran meses de estar en aquella situación.

Pues no.

Renjun seguía odiando las clases virtuales, todas las noches cuando tenía tiempo para abrazarlo lo único que hacía era quejarse de la forma en la que los maestros estaban impartiendo las clases, mucha pero sin ningún fin, y otros que se olvidaban que era virtual y le hacían la vida imposible. Todo era un problema, a veces no hablaban con suficiente fuerza o en ocasiones Jeno tenía clases a la misma hora y el ruido del maestro del menor le molestaba o como en otras, donde tenía un maestro que usaba una pizarra en vez de una diapositiva y Renjun no podía ver porque tenía problemas en la vista y hacía más de tres meses que debía haber cambiado sus lentes pero su oculista aún no abría.

El asunto estaba en que Renjun los últimos dos meses estaba que tiraba fuego y siendo Jeno el único ser humano cerca de el era el único afectado al final del día. Escuchando sus maldiciones y viéndolo tirar las cosas para luego volver a recogerlas.

Pero había otra cosa y eso definitivamente también estaba volviendo loco a Jeno. Renjun trabajaba en una pequeña galería de arte y aunque fuera increíble de pensar, considerando la gran crisis económica que había en el mundo, la gente seguía pidiendo y pidiendo cuadros cada día más, entonces él Chino estaba abastado de trabajo porque dos de sus compañeros habían sido despedidos para "reducción de personal" más bien, reducción de gastos, y Renjun no podía darse el lujo de ser despedido cuando con su empleo pagaba sus estudios. Jeno no se quedaba atrás, aunque no se quejaba tanto como su novio lo cierto era que si tenía mucha presión estudiando música de forma virtual y es que sus maestros no aceptaban ni una sola excusa, ninguno de ellos. En cuanto a su trabajo, lo hacía para su padre y eso no significaba nada, ni un poco de preferencia, debía hacerlo todo como le ordenaran, "sin llegar tarde" y si necesitaba el día libre para hacer cualquier otra cosa era 100% probable que le fuera descontado.

Jeno también estaba frustrado pero sentía que si dejaba todo salir a flote su departamento se convertiría en el mismo infierno. Una vez, antes de que empezara la pandemia y fueran una linda pareja, junto a Renjun habían ido a una feria y la señora de las cartas les dijo que debían evitar discutir por algo de sus signos y que sus personalidades eran muy fuertes.

Ambos hicieron caso con una sonrisa porque todo era perfecto pero ahora las cosas no eran así y ambos estaban hartos.

-¿No te dije que recogieras esto ayer?

Jeno no giró, la conferencia había terminado hacía media hora pero honestamente no tenía ganas de discutir con Renjun así que hizo como si aún escuchara algo mientras escribía el último informe que haría ese día.

-Jeno...-el Chino se colocó a su lado así que lo miro.-Estoy hablando contigo.

-Estoy ocupado.-susurró ofreciéndole una sonrisa muy pequeña.

Renjun rodó los ojos antes de girarse y desaparecer, en el proceso golpeándolo con la sudadera que tenía en su mano y por la cual estaba de esa manera, o al menos eso quería aparentar. Se estiró en la silla y soltó un suspiro, el informe que hacía era para aquel fin de semana pero quería adelantar las cosas porque para ese día sin importar nada más, tenía un plan.

quarentine [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora