Podrías empezar a tildarme de tonta por dejarme pisotear de este modo, podrías decirme que debí escapar antes, pero permite que te de mi versión de esta historia.
Muchas y muchos sueñan con ese amor perfecto, que los valore, apoye y ayude a crecer aún más. Yo creí encontrar a ese alguien en un sujeto del cual no quiero recordar su nombre. Me empezó a conquistar usando palabras bonitas en un principio. Cada día parecía esforzarse un poco más por agradarme, al principio del noviazgo... Podría decirse que todo iba bien no me daba notivos para desconfiar, me halagaba, respetaba y no me trataba como si fuese desechable, pero al paso de unos cuantos meses hubo un cambio radical en él. Ya no me sonreía, pasaba horas frente a la pantalla del celular hablando con una chica distinta cada día. Las comparaciones con ellas no se hicieron esperar, claramente en cada comparación ellas salían ganando, fuera por lo pronunciado de sus curvas, el modo de pensar en extremo opuesto al mío, entre una infinidad de cosas y antes de que preguntes "¿porque no me fui en ese momento?" Te diré que no lo sé, tal vez escuchar esas frases me hizo pensar que realmente nadie me querría ni interna ni externamente. Llegué a sentir que me hacía un "favor" al estar conmigo habiendo montones de mujeres mucho más bellas, listas y seguras.
Pero siempre existe ese punto en el que alzas la voz y dices "¡Hasta aquí!" Justo cuando se le ocurrió terminar conmigo marque ese alto que tanto necesitaba, el quería mantener contacto aún cuando coqueteaba con otras y a la par coquetear conmigo, ¡no más! Marque ese alto, no quería ser parte de ese juego, curiosamente al decir que no empezó a buscarme, a tratar de conquistarme nuevamente, pero la lección había sido aprendida y no le permitiría jugar conmigo otra vez.
Nadie tenía derecho a hacerme sentir como la basura por no cumplir con el concepto físico de lo que él consideraba atractivo.
Nadie puede tratar de decirme cómo debería pensar, vestir o actuar.
No existe ni existirá quien me aleje de mis amistades sólo porque no le agradan.
Nadie es mejor que yo, ni yo soy mejor nadie, porque cada una es distinta de las otras.
Fue un error estar con él, pero al mismo tiempo fue un acierto enorme. Ahora sé que una mala relación puede empezar cómo un cuento de hadas. Hoy sé que si yo no me amo y respeto, no encontraré a alguien que me vea de un modo distinto a como él lo hizo.
Hoy me amo, hoy estoy segura de mi misma, hoy... Nadie me hace dudar de mí potencial, ni de mi
