*Inserte meme de "¿usted no aprende, verdad?"*, pero no hay modo de detenerme xD así que me voy a llenarme de fics multi cap, esperemos que pueda terminarlos algún día jajaja con este fic no creo que sea muy largo, porque es algo muy concreto y que la verdad se podría haber quedado en un oneshot muy largo. Pero como necesito motivación, ¿qué mejor que saber que hay gente esperando por poder leer más?
En fin, como advertencias, esto es un fic que consideraría +16 por el contenido semi explícito y los temas a abordar, también debo de decir que no soy experta en el omegaverse, no me he leído más que un puñado de fics que considero genuinamente buenos y sanos (y quiero cumplir al menos la segunda parte, así que este fic no va a incluir la parte "pútrida" del omegaverse).
Explicación innecesariamente larga: No me gusta usar el término "rut", esto porque como que me desencanta usar palabras en inglés. Así que hice una breve investigación (porque "celo" no es precisamente el término más indicado para describir lo que pasan los alfas, porque el celo es definido como la época en que las hembras (en este caso omegas) son sexualmente receptivas, pero realmente no es un proceso por el que pasen los machos) y llegué a la conclusión que el término más correcto en español sería brama/berrea, que es el proceso por el que ciertos mamíferos macho tienen un aumento de producción de testosterona, el dimorfismo sexual se ve acentuado y hay una mayor agresión a otros machos equivalente a su interés por las hembras. Algunos pueden marcarse con barro, sufrir cambios fisiológicos o realizar exhibiciones características para hacerse más atractivos visualmente para las hembras. Los machos también usan el olfato para atraer a las hembras a aparearse usando secreciones de las glándulas y sumergiéndose en su propia orina. Así que creo que es la definición más cercana a "rut" o el "celo de un alfa".
Créditos a @wo_ka_sh de twitter por el arte original, y a @nery_arreche de Instagram por hacerme de nuevo una portada preciosa para este nuevo fic, ¡la amo!
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En un mundo en donde no solo hay demonios, la vida todavía puede ser más complicada, y por eso los seres humanos, al llegar a la pubertad, no sólo tienen los clásicos cambios, sino que además se les asigna un sexo secundario: Alfa, beta y omega.
Los alfas son fuertes, los que están en la cima de la jerarquía, aquellos que son los primeros en acudir a la batalla, lo que todos los padres esperaban que fueran sus hijos varones.
Los omega, aunque son apreciados por su delicadeza y aptitudes para la maternidad, tienen enormes desventajas en este sistema que los deja hasta el fondo al no verles otra utilidad más que la de parir, siendo los más vulnerados. Ser un omega era para algunos incluso una sentencia de muerte.
Y bueno, los betas son betas. No tienen nada en especial y quizá por eso son los que tienen vidas más sencillas.
Aoi agradece que después de pasar la tragedia de perder a su familia, alguna deidad decidiera darle la bendición de permitirle ser una beta.
La verdad es que había tenido muchas bendiciones. No solo era una beta y no tenía que lidiar con ninguno de los fastidiosas manifestaciones del sexo secundario, sino que además sobrevivió a esa estúpida decisión de sobrevivir a la selección final.
Quizá si fuera una alfa hubiera encontrado el valor de volver a tomar la espada para luchar contra los demonios, pero la verdad es que lo más seguro es que seguiría siendo igual de cobarde. Ella quería vivir, así fuera de manera deshonrosa.
La Finca Mariposa es sin duda un lugar seguro, todos los días agradece que Shinobu la haya tomado bajo su protección. No era precisamente sencillo, había muchos libros que leer, las manchas de sangre que lavar eran infinitas, había aún más platillos que preparar y sinceramente la parte más difícil era tener que enfrentar casi a diario cazadores con graves heridas -heridas que ella debería de recibir- y tener que hacer de tripas corazón para cumplir con lo único que debe hacer.

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Tardío florecer [InoAoi]
Fanfiction[OMEGAVERSE] En un mundo en donde no solo hay demonios, la vida todavía puede ser más complicada, y por eso los seres humanos, al llegar a la pubertad, no sólo tienen los clásicos cambios, sino que además se les asigna un sexo secundario: Alfa, beta...