Parte única

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Miro el paquete de cigarros sobre la mesita que se encontraba junto a su cama. Se preguntaba a si mismo por qué había decidido gastar su dinero en algo tan absurdo como eso, aun sabiendo de las implicaciones que le traería.

Debido al deterioro de sus pulmones, los doctores le habían prohibido volver a probar el tabaco, o cualquier hierba que se fumase. Al principio, la tarea se le hizo casi imposible. Pero con el pasar de los años, su anhelo por tener ese humo tan dañino dentro de su cuerpo habia disminuido casi por completo.
Parecia ser que al aumentar su salud, disminuia su deseo de fumar.

Y todo iba perfectamente, hasta que se topó con Jack Conway.

Jack Conway, el ex-Súper Intendente del Cuerpo Nacional de Policía de Los Santos, el director de las Black Ops del Centro Nacional de Inteligencia, su mentor, su jefe, su antiguo compañero de armas.
Jack Conway, el hombre del que estuvo enamorado por años.

Durante todos esos años, mentiría si dijese que no habia imaginado un reencuentro con su ex-jefe. Pero ningun escenario ficticio podría haberlo preparado para lo inesperado que fue ese encuentro.

De todas las palabras que intercambiaron, lo que mas le llamó la atención fue algo que le dijo Conway:

"Deja de fumar, hombre. Que hay que aguantar un poco mas en este mundo"

Esa simple frase había llenado de preguntas su ya confundida mente. ¿Desde cuando Jack Conway, el hombre que ansiaba su muerte por sobre todas las cosas, que le pidio... le rogó que lo matase, quería "aguantar más en este mundo"? ¿Qué o quién habia logrado que este hombre tan destruido por la vida quisiese estar vivo? ¿Quien pudo obtener tan inalcanzable logro? ¿Por qué no pudo obtenerlo él?

Volkov se tumbó sobre las sabanas y cerró sus cansados ojos, intentando recordar ese olor a tabaco que solía desprender su amado hace tantos años. Ese aroma con el que se embriagaba a la distancia, pero que ya no le acompañaba.

Tantas ideas, tantas dudas y tantos pesnamientos finalmente le dieron la respuesta a la pregunta que habia iniciado ese tormento que él mismo habia creado en su cabeza. ¿Por qué había comprado los cigarrilos si sabía perfectamente que no podía fumarlos?

La respuesta se encontraba a simple vista, solo que no lo admitiría ni a si mismo: extrañana el olor de Conway. Añoraba tener ese aroma amargo cerca de él, que lo convertía en ciego pero que a la vez le hacía ver el mundo con más colores de los que tenían nombre.

Y ese día cuando lo vio en el hospital, con uniforme de minero, sintió un revuelo en su estómago. Sintió miedo, miedo de que no lo reconociera, de quebse enfadara con él. Pero apenasnlo escuchó gritándole a unos civiles insultándolos, supo que no debía preocuparse. Esa punzada en su estómago no parecía querer irse, pero a ésta se le sumaron los colores, aquellos que no había visto desde que despertó solo en un hospital.

Se levantó sin ganas y agarró la cajetilla de cigarros. Sacó uno y, casi sin mirar, sacó un cigarrillo y lo encendió. Pero no dio ninguna calada, solo lo dejó consumirse bajo si atenta mirada. Aspiró el humo, colmando sus pulmones del amargo olor y sintiéndose... lleno.

No fumó ese cigarrillo, ni ninguno de los siguientes que encendió. Porque sabía que por más cerca que tuviese al objeto de su felicidad, jamás lo tendría para si mismo.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2020 ⏰

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 .•'¯'•.𝗖𝗶𝗴𝗮𝗿𝗿𝗶𝗹𝗹𝗼𝘀.•'¯'•.  volkwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora