Final

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Lunes, 30 de noviembre de 2020.

Desde hace exactamente una semana comenzaron a llegarme cartas dirigidas hacia mí, una de cada día de la semana, siendo en total siete. Nunca me imaginé que alguien me envíe cartas de ese tipo, las únicas que he recibido en toda mi vida son la de los impuestos y las deudas, de mi audición y de la tarjeta del banco, pero jamás una de amor. Me tomó por sorpresa, nunca nadie me había dicho algo como eso y aún no sé cómo reaccionar, ni siquiera sé que hacer en estos momentos y no quiero hacerte sentir mal, al contrario, quisiera darte un poco de alegría.
Recuerdo muy bien ese día lunes, el trabajo consistía en la historia de Corea, aún si ya sabía la mayoría de los acontecimientos pasados, pude saber más a fondo sobre todo lo sucedido y estaba más que alegre al realizar las consignas.
Muchas gracias por darme suerte, creo que gracias a tí fue que pasé el exámen de este bimestre, tal vez si no me deseabas suerte lo reprobaría, así que muchísimas gracias de nuevo.
Tal vez no lo sabías pero, pude escuchar a la profesora llamándote la atención, me dió un poco de pena luego de que supe que fue por mi causa, pero me consuelo a mi mismo diciendo que todo habrá valido la pena en unos días y se me pasa.
Recuerdo el día martes, ah, como odié ese día en especial. Los acordes no me salían para nada bien, estuve presionando mal una cuerda y gracias a eso el acorde sonaba mal. Me hubiese gustado que alguien me haya ayudado, lo esperaba con ansias, pero nunca nadie se me acercó. Tal vez si yo fuera más amigable con mis propios compañeros de curso tú hubieses tenido la confianza en acercarte a mí y no en alejarte de mí por miedo a ser avergonzado. Oh, no me malinterpretes a mi tampoco, no quiero decirte miedoso, para nada. Sólo soy tan arisco y gruñón que nadie me quiere. Bueno, hay alguien que sí, y esa personita debe de estar muy loca como para querer a alguien como yo. Soy genial, lo admito, pero no soy para nada cariñoso ni amigable, aún no entiendo como puedes gustar de mí.
En el día miércoles pude divisarte, estaba tomando agua y tú estabas ahí sentado, escribiendo. Colocabas el lápiz en tu labios pensantivo, al parecer buscabas las palabras correctas para escribir, saltabas leve de alegría cuando encontrabas la manera de expresarte correctamente, así estuviste todo el rato en la hora de gimnasia. También eh podido pillarte viéndome jugar, tal vez sea callado pero eso no significa que sea tonto, pude verte y también noté tu sonrisa. No te voy a mentir, yo también sonreí.
El día jueves fue un poco más calmado, recuerdo que estabas con la cabeza gacha leyendo, quise acercarme a tí para hablar pero no quería invadir tu espacio y acabar con tu tranquilidad. Dejaste el libro a un lado y comenzaste a escribir, me quedé viéndote un rato, pero enseguida noté como girabas a verme y desvíe mi mirada rápidamente, luego de unos segundos voltee a mirarte de nuevo y te colocaste la capucha, seguidamente apoyaste tus brazos en la mesa y te escondiste en éstos. HueningKai se acercó a tí y te preguntó si estabas bien, pero sólo lo ignoraste y te quedaste en esa posición el resto de la clase. Me sentí muy avergonzado, el que siempre pillaba al otro era yo, pero esa vez fue al revés.
El viernes había sido un día muy frustrante para mí. No lograba comprender a lo que se referían las consignas por lo que me cansé y decidí no hacer nada. Estaba aburrido, tenía malhumor y ya quería irme, pero entonces dirigí mi mirada hacia el otro lado del salón. Estabas tan tranquilo realizando el trabajo, contento porque era la asignatura que más te gustaba y al parecer el libro del que trataba era tu favorito. Inconscientemente mi expresión suavizó, sonreí leve y permanecí viéndote por un tiempo, la profesora llamó mi atención y tuve que fingir terminar con el trabajo práctico, aunque en realidad no hice nada. Luego te ví de nuevo y divisé que estabas guardando un papelito. No te voy a mentir, me puse muy feliz porque probablemente ese papelito era la carta para mí, no sé en qué momento la escribiste pero, te veías muy concentrado en guardar el papel con la mayor cautela, sin que nadie te vea. Pero realmente fallaste, siendo que yo te ví. Levantaste la mirada hacia donde yo me encontraba, chocamos miradas y ésta vez no quise parecer cobarde, decidí sonreírte y tú solo desviaste la mirada avergonzado.
El sábado llegó, y la carta también. Estaba durmiendo en el sofá cuando sentí que mi gato rascuñaba la puerta. Enojado me levanté y pude ver la carta debajo de la puerta, un poco atorada ya que YoonGi la dobló toda con sus garritas, tiré con sumo cuidado de la carta y noté que era tuya. Estaba sorprendido, no pensé que el sábado me darías una carta también, así que un poco feliz abrí el sobre, saqué la carta de el y comencé a leerla. Me sorprendí mucho, no sabía que eramos vecinos, apenas salgo a la calle y casi nunca hablo con los vecinos. Bueno, sólo con JungKook cuando viene a pedirme la tarea. Lamento mucho lo de tus padres, mi madre murió hace algunos años y realmente me duele, mi padre casi nunca está en casa pero aún así siempre trata de pasar tiempo conmigo, aunque YoonGi-Chi me hace compañía la mayoría de mi tiempo, así no me siento tan solo. Me sorprendió mucho la manera en la que descubriste tus sentimientos hacia mí. Te doy una disculpa gigante, realmente quería ser tu amigo pero fuí un tonto, porque no podía acercarme a la persona que me gusta sin quedarme mudo. Porque sí, me gustas. Muchas gracias por preocuparte por mí, me gustaría que tú también te cuidaras y alimentes correctamente, además de hidratarte y descansar. Yo estoy bien, así que no te preocupes.
El día de ayer (domingo), fue un poco triste para mí. Estaba desayunando y sentí como algo pasaba por debajo de la puerta, supe que eras tú y fuí corriendo a buscar la carta. Miré por la ventana para saber si seguías afuera o hacia donde ibas, pero cuando ví ya no había nadie. Con alegría abrí el sobre, saqué la carta y comencé a leerla. Sentí una punzada en mi pecho al leer que ya no me enviarías más cartas, creo que al igual que tú comencé a acostumbrarme, y de alguna manera me hizo sentir un poco triste. Sobretodo cuando dices que eres una molestia, al contrario; tus cartas no me molestan, tus palabras y sentimientos hacia mí no me molestan, tu preciosa existencia no me molesta, me agrada que estés vivo y que tenga la oportunidad de respirar el mismo aire que tú.
Tú me has dicho cómo fue que descubriste tus sentimientos hacia mí, así que yo también lo haré.
Recuerdo ese día en el que fuí a hablar con TaeHyung, no pensé que tú también estuvieras ahí, de hecho ni siquiera sabía que eran hermanos. Yo solía verte y apreciar tu belleza desde hace un tiempo atrás, prácticamente desde el último año de preparatoria. Siempre había observado y aceptado la belleza que posees, y no sólo eso; también tienes una personalidad increíble. Eres alguien positivo pero a la vez puedes darte por vencido, odias hacer tarea pero amas escribir, odias el silencio pero amas la tranquilidad, eres una persona un poco callada pero al entrar en confianza eres muy parlanchín, y tienes una personalidad un poco bipolar pero aún así eso te hace ser tú. Tal vez no sean unas descripciones totalmente acertadas o razonables, pero es lo que pude notar en estos años.
El día en el que me dí cuenta de mis sentimientos fue cuando compartimos pupitre. Ese día YeonJun había faltado y tú llegaste tarde, el único lugar que quedaba era el que estaba junto a mí y para colmo tuvimos exámen. Recuerdo que al verte cerca mío fuí un manojo de nervios, al principio pensaba que era por el exámen, pero en el momento en el que te acercaste a mí para aclarar una duda sobre el tema, cuando me susurraste y miraste mis ojos, me dí cuenta de que era por tí. Mi corazón latía a mil y apenas podía formular las palabras correctas para explicarte la pregunta número 6. Aún así sólo reíste y te reincorporaste a tu lugar, la profesora casi te pilla y para evitar problemas dejaste eso de lado, continuando con el exámen aún si no lo comprendías del todo.
Desde ese día cada vez que te miraba mi estómago tenía mariposas revoloteando por todos lados. Muchas veces pensaba acercarme a tí y comenzar una amistad, pero sabía que me trabaría con las palabras o simplemente me quedaría mudo, por lo que no lo hice.
Pasamos a la Universidad y me enteré de que también estarías en el mismo salón que yo. Ese día me alegré mucho, aunque me había prometido a mi mismo nunca intentar hablarte porque lo estropearía.
Siempre me mantuve alejado o al margen de tí, hasta el día en el que hablé con TaeHyung.
No sabía que hacer pero no quería ser un maleducado, te saludé y tu también, luego te sonreí un poco tímido y tú solo te quedaste ahí, quieto, mirándome. Eso me puso un poco nervioso por lo que me despedí de TaeHyung y me fuí rápidamente. Estaba seguro de que nunca más pasaría por una situación así contigo, hasta que a la profesora Kim se le ocurrió juntarnos en un mismo grupo para hacer la maqueta de Geografía.
Noté que al parecer nunca me hablarías para acordar detalles para hacer la maqueta, por lo que decidí dirigirte la palabra. Un "BeomGyu, ¿En la casa de quién haremos el trabajo? Salió de mi boca sin problemas, soy muy bueno cuando se trata de ocultar cosas y ese día no fue la excepción. Ví como te pusiste nervioso, por lo que decidí invitarte a mi casa. Tú aceptaste y te fuiste, una sonrisa disimulada se mostró en mis labios, aún así JungKook lo notó por lo que comenzó a molestarme luego. Al haber terminado el trabajo en pareja, me dispuse a entablar una conversación ajena a la Universidad contigo. Pensaba que todo podía ir bien al día siguiente pero en el momento en el que te acercaste a mí para hablar, mis nervios me jugaron en contra por lo que sólo sonreí y me fuí, YeonJun me dijo que fuí un tonto pero no pude controlar mi cuerpo en ese momento. Luego pasaban los días y no tenía la cara para verte sabiendo que te avergoncé, por lo que nunca más te hablé y decidí dejar las cosas como estaban. Aún así quería que sepas que no me caías mal, que me agradas y me gustaría ser tu amigo, (o tal vez algo más) por lo que te sonreía cada vez que me veías.
Quiero pedirte disculpas, nunca te hubiese dicho eso si hubiera sabido que mis nervios no me permitirían acercarme a tí y hablarte normalmente, mi intención nunca fue herirte o ilusionarte.
También quiero decirte que... Sí, sé quién eres. Si no te he nombrado hasta ahora fue porque quería hacerlo un poco especial. Además, eres el único Choi BeomGyu en el salón, eres el único que se la pasa escribiendo y leyendo, eres el único que me mira no tan disimuladamente en algunas ocasiones. Aún así, quiero hacer esto especial... Yo siento algo por tí, tú sientes algo por mí, pero, Choi BeomGyu, ¿Podemos ser amigos? Tal vez no es lo que esperabas, pero los dos sabemos que no nos conocemos del todo, tal vez si sabemos más del otro podremos darnos cuenta si lo que sentimos es sólo pasajero o es verdadero. Así que... ¿Quisieras enseñarme más de tí así como yo estoy dispuesto a hacerlo? Yo lo estoy, porque me gustaría que en algún futuro nos enamoremos más del otro y podamos ser una pareja. Choi BeomGyu, ¿Aceptas mi propuesta? Espero tu respuesta ♥
Muchas gracias por decirme todo lo que sentías, aún si no fue en persona, me alegra saberlo, porque tal vez así nunca hubiésemos sabido sobre los sentimientos del otro, y (si es la oportunidad) conocernos mejor y poder llegar a tener un lazo único y hermoso.
Esto es raro, nunca había escrito este tipo de cosas. Pero para todo hay una primera vez, ¿Cierto? Creo que los dos sabemos eso a la perfección. Esperaré tu respuesta, ya sea con otra carta o en persona, la esperaré. Y sólo quiero decirte... Me gustas, BeomGyu, me gustas demasiado.
Te quiero mucho, cuídate.

-C.S.B

»Seven Days, Seven Cards« [SooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora