Hoy sería el día. Hoy después de años de amistad, años reprimiendo estos sentimientos, lo iba a hacer. Hoy le diría a mejor amigo lo que siento por él: estoy enamorada.
Me levante de mi cama, me sentía valiente. Llevaba ya un par de semanas intentando sentirme 100% segura de la decisión que estoy por tomar y aunque aún no este 100% segura, tengo el presentimiento de que debo hacerlo. Quizás ustedes piensen: "¿Y si esto sale mal? ¿Y si la amistad ya no vuelve a ser la misma?". Déjenme contestarles que mi amistad con Matt va muchísimo mas allá de cualquier amistad que ustedes tengan con sus mejores amigos. Además, Matt es un chico muy maduro. Sé que lograremos hacer como si nada... O quizás no. Pero debo intentarlo.
"-Debes dejar de pensar tanto las cosas, Al. Sólo, hazlo-". Esas fueron sus palabras esa noche en su casa, mientras ambos estábamos recostados en su terraza mirando las estrellas. Esas palabras fueron suficientes para que yo tomara la iniciativa y le diera un beso. Nuestro primer beso. Él me lo correspondió, puedo asegurar que el mito de los fuegos artificiales es real. Yo los sentí, y estoy casi segura que Matt también los sintió. No nos separamos hasta que escuchamos que Maddie, su hermana, nos llamaba ya para cenar. Nos quedamos obvservandonos el uno al otro por unos segundos, hasta que él se levantó y bajamos. Desde ese día nunca volvimos a hablar sobre el tema.
Seguiré su consejo, así como lo hice esa noche.
Saco esos pensamientos de mi cabeza y me dispongo a ir a la cocina para desayunar. Mi estómago se contraía pero no sabía si era por los nervios o por hambre.
-Buenos días, princesa- Saludó mi padrastro mientras colocaba una taza de café frente a mi.
-Buenos días, Marcus- le sonreí. De inmediato supe que eso había sido una muy mala decisión ya que no es habitual verme sonreír.
Marcus se me quedó mirando unos instante, analizándome. Él esperaba que lo diga. Evité el contacto visual pero lo hice: -Si. Hoy se lo diré-
-¡Si! Esa es mi leona-Gritó sacudiendo la espátula con la cuál hace unos segundos estaba cocinando.-Sabía que algún día tomarías el valor para decirle a Matt lo que sientes- Continuó cocinando pancakes. En ese mismo instante mi padre entro por la puerta de la cocina.
Si. Antes que empiecen con las hipótesis. Tengo dos padres. Marcus y papá llevan 6 años casados, son una pareja gay. Luego de la muerte de mamá, papá comenzó a asistir a un grupo de ayuda porque se encontraba demasiado depresivo. Ahí fue en donde se conocieron ambos, Marcus era el consejero. Ellos dicen que fue "amor a primera vista", están muy enamorados y eso me pone feliz porque los amo y quiero su felicidad.
-¿Qué les sucede que gritan tanto?- Preguntó mi padre y luego depositó un beso en los labios de Marcus.
Miré a mi padrastro con cara amenazadora, esperando que este no diga nada. Pero no había caso, Marcus amaba ponerme incomoda y nerviosa: -Alex se le declarara a Matt- chilló.
-¡Al fin, hija!- mi padre soltó el abrazo que hace unos segundo le propinaba a mi otro padre para ahora dármelo a mi.
-¡No es la gran cosa!- dije separándome de él. Tomé mi mochila y comencé a dirigirme a la puerta de la casa: -¡Los amo! nos vemos a la vuelta.- les grité cerrando la puerta detrás de mi. Logré escuchar los gritos de felicidad de Marcus. Ese hombre es un ser de luz.
En el camino a la escuela, seguía preguntándome si lo que estaba por hacer estaba bien o no.
Una vez en las puertas del instituto, lo primero que hice al pasar por el estacionamiento fue ver si el auto de Matt se encontraba ahí. Al ver el auto azul oscuro tan característico de él mis nervios aumentaron en nivel. Tomé las mangas de mi mochila para darme algún tipo de fuerza y obligándome a ir a la parte de las fuentes que es en donde Matt siempre me espera para entrar.
