Había trabajado todo el día y ahora todos se dirigían a un bar no muy conocido a unas calles, los jefes que iban eran, Jeff, Benjamin, John y Erica junto algunos directores lo cuales ya estaban en el bar, disfrutando, el grupo de secretarias estaba llegando, Beth y Hunter fueron las que entraron primero, Camila les siguió y Inés fue la última en pasar.
-No creo que tengas dos hijas... -Inés la miraba.- Tienes una muy buena figura.
-Siempre me ha gustado cuidarme, tú también tienes buena figura Inés.- Ellas seguían conversando mientras tomaban, habían pasado casi dos horas cuando Benjamin la distinguió desde el fondo de la mesa, esa mujer era deseable, era demasiado hermosa, algo decidido se acercó y les saludo.
-Buenas noches, me alegra que vinieras.- Prácticamente ignoro a Inés la cual río un poco y lo saludo, pero el siguió con Camila.- ¿La estas pasando bien?
-Recién llegamos, pero por el momento estoy pasándola genial, gracias Benjamin.- Ella le tomo la mano y volvió a su bebida cuando su teléfono sonó, lo observo era su hermana.
-¿Ester? ¿Todo bien?.- Ester estaba alterada.- ¡¿Que dices ?! Iré para allá , no, no estaba en un bar, voy para allá.- Después de explicar y pedirle a Benjamin que la llevara al norte de la ciudad, su hermana bajo desde su departamento con un perro en manos, Benjamin no había negado llevarla pero no se imagino que se trataba de un animal, ella entró al auto saludando y le tendió el animal a Camila-. Lulú, estarás bien..- Ella le acarició la cabeza y pidió al chofer que la llevara a un veterinario, ella bajó y entró corriendo al lugar con Lulú en manos.
-Buenas.- El doctor la miro.- Hola Lulú.
-Está en labor de parto doctor.- El asintió dejando sus cosas y se dirigieron a una sala, esperando estaba su hermana y Benjamin, pasaron dos horas antes de que Camila saliera de la habitación sonriendo.
-¿Ya soy abuela?
-¡Ya somos abuelas!- ella rió abrasando a su hermana y miro a Benjamin, Ester los dejo para entrar a ver a Lulú.
-¿Todo bien?- el le sonrió.
-Gracias por habernos traído, Lulú es como nuestra hija, fue un regalo de mi abuelo, cuando supimos que estaba preñada esperamos los dos meses ansiosas para que este día, disculpa sonare como una loca.- Ella rió un poco y Benjamin le sonrió tendiéndole un abrigo.
-puedo llevarte a tu casa si quieres.- Camila lo miro, ella no quería ir a casa, miro su reloj, con trabajo eran las once de la noche, su hermano estaba con sus hijas y hace mucho tiempo que no salía de noche.
-Oh ella no irá a casa.- La vox de su hermana interrumpió la sala y se le acercó tomándola de los hombros.- Tu señorita, saldrás esta noche a divertirte, yo me encargaré de todo aquí y sabes que Daniel está con tus niñas ahora sal de aquí.
-No tengo animo de regresar al bar, creo que tome suficiente.- Miro a Benjamin.- Creo que iré por comida China.
-Entonces te acompaño .- Ellos salieron del lugar siguiendo las instrucciones de Camila por donde ir para llegara al restaurante, cuando llegaron Camila bajo del auto y entro para comprar la comida China, salió en cuanto le sirvieron y regresó al auto, dirigió a Benjamin por la ciudad hasta llegar a una barranca desde donde se veía el lado medio-bajo de la ciudad.
Comenzaron a comer en silencio, observando las viviendas, cuando por fin cruzaron palabras ambos sonreían.
-Te vez muy guapa hoy Camila.- Ella no pudo evitar soltar una leve risa y lo miro sonriendo, hacía mucho no se sentía tan cómoda con un hombre a su lado.
-Gracias Benjamin, tú también te vez muy bien.
-¿Que ocurrió con tu matrimonio?- ella lo miró dejando su platillo, sentía que podía confiar en él así que le contó la historia de su desilusión de matrimonio.
