❛the heart wants what it wants❜──₪ vmin

Tercera parte.

Esa noche Jimin se despidió con un beso en la mejilla de Taehyung, quien lo había acompañado hasta el automóvil en un gesto cortés. Se observaron con una última sonrisa cada uno antes de darse la vuelta. Taehyung volvió a la casa y Jimin dio unos cortos pasos hasta adentrarse en el coche, avisándole a Christopher que ya podía arrancar. Él simplemente asintió y se puso en marcha, haciendo vista gorda a todo aquello que había presenciado silenciosamente, puesto que no era de su incumbencia y no estaba dispuesto a perder un trabajo tan bien pagado como lo era ese solo por meter sus narices donde no debía.

Cuando Jimin llegó a casa y cerró la puerta principal, la pequeña sonrisa que tenía en los labios desapareció en cuestión de un suspiro, derrumbándose en el suelo con el corazón en la mano. Se permitió llorar cual bebé en busca de consuelo, no lo tenía muy claro pero se sentía tan confuso, frustrado, como si no estiviera tomando las mejores desiciones y eso se sentía completamente horrible. Negó con ambas palmas sobre la cabeza y de rodillas al suelo. Las lágrimas se sentían pesadas mientras bajaban por sus pómulos, hasta caer de manera silenciosa por su barbilla.

━¿Joven Jimin? ¿Qué...?

━¿Qué hace aquí? Su turno terminó hace media hora, señorita Hye━preguntó cortante, levantándose y volteando el rostro para que no lo vieran en tan vulnerable estado, en vano, pues solo con su irregular respiración se delataba.

━Lo lamento, es solo que me preocupé por usted ya que no llegó a las horas acostumbrada-

━Mi paradero no es de su incumbencia. Si es tan amable, haga el favor y retírese.

━J-joven...

Jimin dio un fuerte golpe contra la pared, rompiendo en llanto de nuevo sin poder evitarlo y con el ceño fruncido como nunca.

━¡QUE SE VAYA!

La señora tembló con una expresión desfigurada en perplejidad, yendo hacia la puerta de salida sin rodeos.

━S-sí, lo siento.

Jimin se arrepintió al instante y volteó, pero cuando quiso disculparse ya no había rastro de la mujer. Las lagrimas se volvieron más gruesas conforme se iba hacia la escaleras con rapidez, abriendo la puerta de su cuarto y tirándose sobre el colchón de forma estruendosa. Golpeó la almohada innumerables veces, deseando que todo fuera diferente y para empezar, no entendía cómo las cosas se habían desarrollado de esa forma. Dolía saber que una parte de sí mismo era tan egoísta y cínica, sentía que estaba cambiando, y lo peor era que sus sentimientos no desaparecían, no importaba cuanto se esforzara en eliminarlos, seguían ahí. Desde el primer suspiro, desde la primera mirada e incluso, desde el primer roce. Se colocó boca arriba y tocó la comisura de sus labios resecos, cerrando los ojos con fuerza e imaginando qué hubiera pasado si no los hubieran interrumpido en el cubículo del baño, imaginó un beso fuerte y lleno de pasión, esas prominentes manos recorriendo su cuerpo entre caricias que lo harían suspirar, el anhelo, lo picante de lo prohibido y la adrenalina de ser descubiertos. Tocó su cabello y enrolló un mechón en su dedo índice, dándole pequeñas vueltas con la respiración entrecortada.

Que era muy joven y que quizá estaba confundido, que lo olvidaría o que posiblemente solo había caído en las redes de un hombre mayor que contaba con mucha experiencia, aprovechando de las mismas para envolverlo. No era así. Taehyung desde el primer momento fue amable, galante y respetuoso. Completamente correcto. No lo juzgaba por su edad como los demás. En cada minúsculo aspecto se entendían bastante bien, el apoyo, lo cálido en su hablar le hacían cuestionarse por qué a sus ojos él parecía ser tan... tan perfecto.

Perfección que en ese momento debería estar acompañándolo, justo ahí, en el hueco que se formaba al otro lado de su colchón. Suspiró tembloroso, con la mirada cansina. Estaba tan molesto. Tan, pero tan molesto... ¿Por qué era?