Despedidas de soltero.
La última vez que estuvo en una fue hace casi diecisiete años. Solo unos meses antes del origen del conflicto en Irán. Elliot Carter. El nombre del novio todavía resuena en su cabeza casi dos décadas después. Lo conoció durante el servicio militar y fue compañero de trinchera en el frente, pero nunca volvió a casa.
"¿Qué pasa, neno? Menuda cara me llevas. ¡Que estamos de celebración, hombre!"
La voz de Freddy se cuela entre sus recuerdos y lo trae de vuelta al presente, a la sala de bar en la que se encuentran, rodeados de gente demasiado borracha para las horas que son. Conway se da cuenta de que ha dejado la vista fija en un punto indeterminado, cerca de las cortinas que enmarcan la puerta hacia la salida.
Le mira con cierto desprecio — porque es Conway y está convencido que esa es la mejor manera de infundir respeto — antes de dar un trago al whisky que hay sobre la mesa que comparten en este antro de mala muerte. Cada elemento decorativo que intenta dotar al local de suntuosidad, no hace más que evidenciar su falta de gusto. Parece un jodido prostíbulo. Pero estaba cerca. Cerca de la casa de Volkov, cerca de la casa de Conway y... menos cerca de la casa de Freddy, pero todavía a una distancia asumible. Estaba cerca y por eso lo habían elegido como punto de partida para aquella noche.
"Déjate de mierdas y dinos ya qué coño nos tienes preparado para esta noche, Trucazo" responde Conway.
Freddy se encoge de hombros con su habitual actitud despreocupada. "Pensé en strippers pero me dijisteis que no. Para una vez que se casa alguien, neno... Lo único que se me ocurrió que no fuera un plan de geriátrico, es una ruta por los bares de la ciudad. Hasta que sólo quede uno en pie, de puto una."
Volkov se mueve en su asiento, atrayendo la mirada de ambos. "¿Está seguro de eso?" en su voz se percibe la suficiencia de alguien que se conoce ganador de un juego que aún no ha comenzado. "Mire que luego nos llora con que Evans no le contesta a los mensajes"
Freddy responde con una mueca y un sonido sarcástico ininteligible antes de beber de su copa ligeramente avergonzado.
Conway sospecha que Michelle es demasiada mujer para Freddy — demasiada mujer para cualquiera, de hecho —, pero eso no ha impedido que Trucazo la siga como un perro a una chuleta. Es tan digno de admiración como inútil, o eso piensa Conway.
Volkov se limita a beber de su copa con una sonrisa pequeña pero satisfecha y a Conway todavía le resulta extraño verle así. Lo mira y ve a su Volkov, al que conoció demasiados años atrás, pero al mismo tiempo percibe todas esas cosas que han cambiado en los dos últimos años.
Habla más. No mucho, tampoco nos pasemos, al fin y al cabo se trata de Volkov. Pero se hace notar más en las conversaciones. Interviene, comenta e incluso bromea de vez en cuando.
Ya no se sienta con la rigidez que solía hacerlo. Se permite relajarse sobre la silla de su despacho (o sobre la que está sentado ahora mismo). Camina por la comisaría con un aire más relajado. Sus movimientos se han vuelto menos programados, menos robóticos.
Su gesto sigue siendo serio. Indescifrable. Pero a veces sonríe y la ilusión se rompe. Se resquebraja, dejando entrever que existe algo más allá de su figura de comisario imperturbable.
Y ese es el tema. Volkov sonríe más.
No solo con Horacio. Lo ha empezado a hacer con todo el mundo. Conway cree que empieza a vislumbrar de nuevo el Volkov que quedó enterrado junto a Ivanov. Y se alegra. Aunque no quiera admitirlo en voz alta, le calienta el corazón saber que por fin ha encontrado la familia que siempre quiso para él. La que se merecía.
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EPÍLOGO - Between The Devil and the Deep Blue Sea (+18, INTENABO, VOLKACIO)
FanfictionEpílogo del fic "Between the Devil and the Deep Blue Sea" +18 Cover dibujada por @ MoskaFleur Si os ha gustado, decídnoslo y venid a fangirlear con nosotras en nuestras redes sociales. MoskaFleur -- @MoskaFleur (twitter, tumblr, instagram)...