Capitulo 4

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Narro yo

Tal vez paso solo una hora o mas pero un rubio al interior de una cueva oscura, fría y lúgubre comenzaba a despertar, apretó con fuerza los parpados de sus ojos para luego abrirlos por completo y darse cuenta que aun seguía boca abajo, pero no se escuchaba totalmente nada a excepción del sonido del viento eso lo asusto, por lo cual estiro su cuerpo y apoyándose en la punta de los dedos de sus pies y frente, utilizo el peso de su lado derecho y moviendo este varias veces hacia el lado contrario como una especie de circulo logro quedar boca arriba, apenas lo logro cerro los parpados de sus ojos pero mas relajados y tranquilizo su respiración para luego como si fuera a realizar abdominales, sentarse pero apenas logro esto la expresión que hizo de terror y horror su rostro fue increíble, todos pero absolutamente todos estaban muertos mas específicamente quemados.

Meliodas:p-pero....¿ yo lo hice?

Se pregunto gracias a que lo ultimo que recordaba era los gritos de aquellos hombres y los de ¡Su Amada Albina! rápidamente con la mirada y moviendo su cabeza hacia todos los lados que esta se lo permitía comenzó a buscarla pero nada no encontraba rastro de ella y eso lo desesperaba, así que busco un piedra o algo afilado para poder liberarse...¡bingo! uno de los cadáveres que estaba cerca tenia en su mano un cuchillo mas bien una navaja el problema es que estaba en dirección atrás a su espalda.

Meliodas:maldición...mmm ya se

Dijo y comenzó a mover su trasero y piernas primero una y luego la otra pero hacia atrás, logrando ir hacia atrás hasta que choco contra el cuerpo muerto y cuando lo miro sobre su hombro se dio cuenta que sea lo que haya echo o no logro hacer que todos murieran quemados e irreconocibles y también que sufrieran, tanto que quiso vomitar pero resistió y trago su propio vomito para hacer una expresión de asco y respirando de una manera rápida coloco su manos entre el cuchillo haciendo que las sogas quedaran frente de la parte filuda de este para luego comenzarlas a mover de arriba hacia abajo de forma rápida has que escucho un crack, sus brazos se sintieron libres y los comprobó cuando pudo llevar estos hacia el frente y moverlos un poco, para luego levantarse y comenzar a caminar entre los cadáveres los cuales le producían nauseas y mas el olor de estos que era indescriptible, por lo cual tomo una parte de su capa y se cubrió tanto boca como nariz y siguió revisando hasta que noto una cabellera albina entre los cadáveres ,lo cual lo provocó que un sentimiento de miedo, tristeza y preocupación le llenará mente y corazón, sus piernas se movieron solas y comenzó a correr sin impórtale si llegaba a tropezar o pisar algún cadáver corrió hacia esta y por fin la encontró a su amada albina sana y salva

Meliodas: gracias dios

Dijo para agacharse y poner dos dedos a escasos centímetros de las fosas nasales de la albina y comprobar que seguía viva y que todos esos sentimientos negativos de hace un momento se dispersaron y fueron reemplazados por una gran tranquilidad, para luego comenzar a moverla ligeramente hasta que vio como esta comenzaba a apretar los parpado sus ojos y movía ligeramente su cabeza así los lados hasta que comenzó abrir sus ojos al principio veía borroso pero poco a poco sus ojos se adaptaron a la oscuridad de la cueva y vio a su amado rubio lo cual le hizo formar una sonrisa en su rostro y levantara su mano hacia el rostro del rubio para luego con una gran gentileza como el beso de una mariposa lo comenzara acariciara a lo cual el rubio correspondió inclinando la cabeza hacia la mano de la albina y cerrando los ojos para luego soltar unas que otras lagrimas y finalmente tomar la mano de su amada entre las de el y llevársela a sus labios y comenzar a besar esta con mucha adoración

Elizabeth:Mel amor ¿que ocurrió?

Pregunto esta finalmente después de ver el panorama completo los cadáveres de aquellos hombres rodeándolos al igual que el indescriptible olor que también provoco nauseas en ella

 MELIZABETH UNA NAVIDAD PARA RECORDAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora