El cielo en sus ojos

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Riku, un chico de diecisiete años, alto, atlético, de tez pálida, cabello blanco y ojos aguamarina. Caminaba en una fresca mañana de verano por las calles de Villa crepúsculo, las cuales estaban estaban extrañamente llenas de gente.

Vestía con unos pantalones de mezclilla entubados negros y algo rotos en algunas partes, una playera blanca de manga tres cuartos y una chamarra que parecía ser de cuero negra con varias correas y cierres en ella, para él su vestimenta "casual" aunque muchos jurarían que parecía ser un modelo, esto no solo por su vestimenta, si no también por su buen aspecto fisico, lo cual no pasaba desapercibido ante la mirada de muchos de los transeúntes en aquella pequeña ciudad, algo a lo cual el joven ya estaba acostumbrado, pero ese día en específico no se sentía de humor para lidiar con alguna que otra acosadora, así que decidió apresurar el paso. Aunque realmente tenía tiempo, pero entre más pronto se encontrará con sus amigos en aquella cafetería sería mejor.

Después de unos minutos de caminata, a la distancia logró vislumbrar una cabellera roja, indiscutible a quien pertenecía, porque ¿quien más tenía un peinado así y con ese color de cabello?, tan rojo que tendrías que estar ciego para no notarlo. Axel, ese era el nombre de aquel chico, de solo dieciocho años,el cual se encontraba recargado en una de las paredes de piedra de aquella cafetería.

Axel vestía con una playera blanca, pantalones de mezclilla azul marino, en su cintura una camisa roja a cuadros y un par de botas negras, en definitiva no lucía nada mal, y al igual que Riku logran llamar un poco la atención de los transeúntes.

Riku se sorprendió de que Axel ya se encontrara esperando en aquella cafetería que acostumbraba frecuentar con sus amigos. Donde justamente ese día tres de ellos habían acordado de verse.

-¿Y ese milagro, Axel? - Pregunta Riku después de situarse frente al susodicho.

- ¡Hey, Riku!-Hizo un ademán de la mano mientras se despegaba de aquella pared. Después continuó con su diálogo. - Solo pasé antes para buscar a Roxas a su casa, ya sabes cómo se tarda, pero no estaba allí, así que vine aquí pensando que ya se me había adelantado. - se encogió de hombros y prosiguió ante la mirada atenta de Riku, sabiendo exactamente lo que él peliblanco estaba a punto de preguntar - si preguntas, ya lo llame y dijo que no tardaría en llegar, que una vez llegara nos explicaría el por qué su retraso-Suspiro y volvió a recargarse en la pared de piedra.

-Al menos dejó de reducirse el número para la reunión -comentó Riku.

-Ni que lo digas.-Comento Axel

Después de unos minutos de silencio, antes de que alguno de los dos dijera algo más, escucharon un grito y lograron ver un puntiagudo cabello amarillo abrirse paso entre la multitud.

Se trataba de ni más ni menos que Roxas, su amigo de cabello rubio en punta, ojos azules, delgado y un poco más bajo en estatura que Riku.

- ¡Axel! ¡Riku!-Gritaba alegre Roxas, mientras corría tomado de la mano, más bien dicho, arrastrando consigo a un chico de casi su misma estatura, cabello café (el cual formaba unos picos bastante extraños y curiosos a la vista) y piel ligeramente bronceada , este mismo se notaba que apenas podía seguirle el paso al rubio, quizás no porque fuera muy rápido, si no por tener que esquivar a la multitud de personas que se arremolinaban en aquella calle.

-Lamento la tardanza, pero ...-Roxas trataba de recuperar el aliento mientras recargaba sus manos sobre sus rodillas.

-Hey tranquilo, recuerda respirar primero-bromeó Axel dándole algunas palmaditas en la espalda a su amigo, logrando así sacarle una sonrisa a todos los presentes y un puchero por parte de Roxas, al cual no le dio la mayor importancia y tomando una postura más recta dirigió su vista hacia el chico que estaba al lado de Roxas- Bien, ¿Nos presentaras a tu novio?-comentó con cierto desdén.

La voz de tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora