Edge of the Abyss

Capítulo 1

Después de que acabara la batalla de Hogwarts y que "el niño que vivió y ahora venció" derrotara al mago tenebroso y encerraran a todos los mortifagos prófugos, donde, Alissa Staylight, resulto absuelta de todo delito, al revelar que cumplía el papel de espía, pasándole mensajes encriptados con su teléfono celular a la nacida de muggles y heroína de batalla Hermione Granger, dándole una orden de Merlín de primera clase. Ahora se encontraba en el aeropuerto, junto a sus amigos, esperando que salga su vuelo hacia Washington para reencontrarse con su madre- no se olviden de escribirme o llamarme, si necesitan ayuda con los aparatos muggles no duden en preguntarle a Hermione.

-Aún me cuesta creer que seas amiga de Granger, Ally.

-Oh vamos Pans, no es tan malo, si ignoramos lo mandona que fue en su pasado es pasable.

-¿Regresaras a Hogwarts cuando lo acaben de reconstruir?

-No, me tomare un tiempo lejos de la magia, aunque eso no quiera decir que deje de hacer magia sin que nadie vea- le comenta la peli-verde a su mejor amigo- are mi último año en una escuela muggle así pasare tiempo con mi madre.

-La idea de irte es que pases desapercibida pero con ese color solo llamas más la atención- comenta Theo con una sonrisa divertida en su rostro, señalando el cabello verde fluorescente de su amiga.

-Jaja que chistoso Theo...- "pasajeros con destino a Washington por favor de abordar hacia la pista n°2" – bueno ese es mi llamado, mándale mis saludos a Tory y Dragón cuídala ¿me has oído? Y díganle a Hermione que es una idiota- se despide de sus amigos abrazándolos fuertemente para marcharse hacia su vuelo de 8 horas. Después de un largo viaje y que registrara su varita en la MACUSA para no tener problemas, emprendió camino hacia su otro vuelo que la llevaría hacia Seattle y de ahí tomaría un taxi hasta la casa de su madre, en Forks, al llegar a su destino observo que en la casa de enfrente se estacionaba una patrulla de policía donde bajaba un hombre acompañado de una chica, que resultó ser la misma que se sentó a su lado en el vuelo, escuálida, de cabello castaño y vestida de muy mal gusto. Restándole importancia decidió tocar la puerta de la casa, sabiendo que su madre hoy tendría el día libre en su trabajo, para darle una sorpresa a su querida madre, quien al verla parada frente suyo se largó a llorar para abrazarla fuertemente.

-E-e-st-as co-n vi-da...mi niña...no...sabías lo preo-cupada que estaba al saber que estabas envuelta en todo eso....

-Ya... tranquila, todo termino al fin...- devolviendo el abrazo escondiendo su rostro en el cuello de su madre- no sabes la falta que me hacías mamá y más en esos días... perdón, lo siento, no me odies... me obligaron a formar parte de ellos después de que mataran a papá, era eso o que te atraparan a ti y no podía permitir que te mataran a ti también....- revela la chica derramando unas lágrimas involuntariamente, mojando la camisa de la mujer.

-Ya, ya no tienes que pedir disculpas, lo entiendo Allisa, eran tiempos difíciles e hiciste lo que considerabas correcto para mantenerte con vida- le consuela acariciando su larga cabellera verde- ahora pasemos a la casa para que te instales- dice entrando a la casa- por lo que veo no has cambiado mucho, sigues disfrutando pintando tu cabello de colores y eso me alegra demasiado de no perder a mi hija con sus peculiares gustos- comenta sirviendo dos tazas de té para ponerse al día con la menor.

-Si... eso con los discos y el reproductor de música que me regalaste antes de que vinieras para aquí eran mi salvación, para no darme por vencida... en la batalla tome el papel de espía, todo movimiento del que me enteraba le pasaba la información con mensajes codificados a Hermione a través de versos de las canciones que escuchaba... pero para eso tenía que demostrar que demostrar que era útil a su causa y tuve... tuve...tuve que matar a inocentes...-murmura derrumbándose al volver a escuchar los lamentos y las plegarias de los que fueron sus víctimas- Draco y los demás fueron obligados por sus familias a unirse también así que nos apoyábamos los unos a los otros en los momentos difíciles.