Extremadamente celoso

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Esta historia no me pertenece, fue creada por un gran escritor de FanFiction.Net, y la publicaré para puedan leerla y conocer una de sus grandes historias...

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Era un día como todos en Berk, frío, húmedo y más frío y húmedo. Todos hacían lo que les correspondía hacer, los dragones sobrevolaban por las nubes, Valka convivía con ellos en la Academia de Dragones, Patapez daba clases en ella cómo si les mostrará la octava maravilla del mundo -y tal vez lo hacia- los gemelos peleaban por cualquier idiotez, Patán trataba de coquetear con Brutilda, Eret -hijo de Eret- trataba de acostumbrarse a su nuevo dragón RompeCraneos, Bocón peleaba con su dragón, Astrid caminaba hacia la academia dispuesta a moldear a niños con sus conocimientos sobre Nadders y Hipo llevaba de la mano a un niño de aproximadamente once años hacia esta, era hora de comenzar sus clases sobre dragones con referencia a Nadders.
Si, un día normal.

Bueno, nadie garantizaba que seguiría así.

–¡Miren, es el jefe de Berk!– chilló una niña de once años con trenzas pelirrojas hasta las rodillas.

–¡Hipo, que alegría verte por aquí!– lo saludó Patapez mientras se acercaba al castaño– Astrid no ha llegado, ¿de puritita casualidad sabes donde esta?

– No– negó el jefe de ojos verdes– creí que estaría aquí.– Hipo miró al niño que miraba asombrado la academia– En fin, tengo un nuevo alumno para ella– Patapez miró al niño– Se llama Gunther Hamish, y creo que esta ansioso por aprender sobre los Nadders ¿No es así, chico?– le preguntó amistosamente a Gunther.

–¡Ooohh claro que si!– exclamó Gunther con ojos soñadores.– ¡Me muero por saber más sobre los dragones!

Gunther le llegaba a la mitad del estómago a Hipo -nadie lo culpaba, Hipo había crecido más de la cuenta- tenía un cabello rubio que a la luz del sol podías jurar que es blanco, unos ojos grises que parecían centellear cada vez que los mirabas, una piel blanca y pecas sobre sus sonrosadas mejillas -sin dejar de ser masculino- era adorable, muy adorable, tal vez demasiado como para ser un vikingo, pero eso se vería cuando llegará la pubertad, la cual hace maravillas con los vikingos de Berk.

– Genial, porque...
Astrid irrumpió en la Academia con cara de preocupación y enojo.

–¡Llegue! ¡Lo siento, lo siento! ¡Tormenta no quería llevarme y tuve que pedirle ayuda a casi todos y nadie quería ayudarme, entonces le pedí ayuda a Valka, pero no estaba en casa! ¡Ni tampoco Hipo! ¡Y entonces llega Tormenta y la señorita me carga para llevarme! ¡Entonces llegó y resulta de que ella tiene hambre! Entonces me encontré con Valka y me dijo que le diera pescado ¿¡Acaso esa mujer esta loca!? Sin ofender, Hipo– agregó a modo de disculpa– ¡Tormenta no come pescado, come pollo! ¿¡Sabes que pasaría su dejara de comer pollo!?

– ¿Iría más... Lento?– aventuro Hipo asustado por el estado emocional crítico de su prometida.

– ¡Exacto! ¡Tormenta iría más lento y perderíamos contra Chimuelo y eso sería horrible! No te ofendas– agregó cariñosamente para Hipo– En fin...Tuve que ir al Gran Salón a buscar pollo para Tormenta y por eso me retrase– terminó de explicar Astrid– Oh, hola– saludo a Gunther– Eh... ¿Quien es?

– Gunther, tu nuevo alumno– respondió Hipo, pero Gunther no dijo nada. Se había quedado embobado.

Era la chica más hermosa que había visto en su corta vida.
Con tan sólo fijarse en su rostro te quedabas congelado, sus hermosos ojos azules parecían dos pedazos de cielo, tenía unos rasgos casi angelicales que hacían a cualquiera volar sin necesidad de un dragón, pecas -bueno, eran demasiado pequeñas para considerarlas como lunares- que solo aparecían si prestabas tanta atención como Gunther, y ese cabello dorado...
Era una valkira recién caída del Valhalla en todo sentido.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2020 ⏰

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