Darril despertó sobresaltado después de sufrir como todas las noches, una apnea que lo estaba enloqueciendo. Eran las 5 A.M. cuando este se levanto de su rechinante cama. Camino descalzo hacia el baño y al mirarse al espejo, pudo notar que tenía derrames muy notables en ambos ojos. Abrió la canilla del agua caliente de la ducha y prosiguió a bañarse. Demasiados pensamientos invadían la cesera de este joven de 35 años, que no lo dejaban dormir hacia ya 7 años. Más tarde se vistió con un atuendo un tanto raro para un día normal. Este fue al garaje, agarro tres bolsos muy pesados, los metió en el compartimiento de su Scania y se marcho.
Eran las 10 A.M. cuando Darril arribo a destino. El joven bajo de su vehículo, abrió el compartimiento y saco 5 botellas de vidrio llenas con nafta y un trozo de trapo en el pico de las mismas. Luego se coloco una pistola 9mm en la cintura y colgó en su torso una escopeta. El sol relucía en la silenciosa mañana de Cristal Beach. El joven se dirigía hacia una pequeña casa que se encontraba al fondo de un gran terreno, escondida detrás de otra construcción. Este encendió las mechas de las botellas y corrió por un pequeño sendero hacia esta vivienda. No obstante, observo que cuatro personas se encontraban en el lugar, lo cual alentó aun más su acto. Se acerco velozmente y arrojo contra la casa tres de sus cinco bombas. La explosión fue muy grande y el fuego se esparcía por doquier. Una de las personas corrió hacia el patio en llamas, y Darril acabo con su sufrimiento, al disparar su escopeta en dirección a él. El impacto lo derribo de inmediato a este hombre de cuerpo robusto. Darril se acerco aun más y tres personas corrieron hacia afuera de la vivienda en llamas. Rápidamente el joven disparo contra otro de los integrantes, en este caso era una mujer de mediana edad con varios defectos que no vale la pena aclarar. El disparo fue directo a la cabeza, destrozándola por completo. Luego, al ver que la tercera de las victimas tenía un arma, Darril se arrojo hacia un costado y se cubrió. Momentos más tarde el se asomo y el aterrorizado contrincante junto con su obesa novia dispararon con una pistola calibre 22 hacia Darril. Este volvió a ocultarse y arremetió tres veces con su escopeta. Una de las esquirlas de los cartuchos rasgo el cuello de su contrincante, lo cual le provoco una fuerte hemorragia. Al suceder esto Darril salió de su escondite y disparo su arma contra la obesa mujer. Este preciso impacto, destrozo la pierna derecha de esta. El joven asesino se acerco a las víctimas, saco de su cintura la pistola 9mm y disparo tras disparo vació el cargador de la misma en el amplio pecho del perplejo novio. Antes de que este callera al frio suelo de cemento, Darril velozmente cargo el arma y nuevamente volvió a vaciar el cargador sobre el moribundo. Luego empuñando un gran cuchillo de caza, se acerco a la joven obesa y después de decirle unas palabras de repulsión, prosiguió con su carnicería. Darril se sentó junto a ella, que se encontraba aterrorizada y enterró completamente el cuchillo en la vagina de la mujer que gritaba desesperada. Una gran sonrisa se podía ver en el rostro del joven asesino, que giro el cuchillo y lo deslizo hacia el vientre, desgarrando todo lo que tocaba la hoja del afilado puñal. Con furia lo deslizo más arriba hasta llegar a su tórax donde freno. Darril abrió el vientre grasoso de la mujer y saco de allí un feto de 6 meses de gestación y se lo arrojo a los perros. La frialdad y la locura enrojecían los pardos ojos del joven. Se seco el sudor de su frente, se limpio la sangre que empapaba su rostro y se marcho del lugar.
Darril temblando de la emoción, se subió a su camión y se fue rumbo a su próximo destino. Sereno y muy concentrado avanzaba por las calles de la ciudad. Cinco minutos más tarde divisó el objetivo, estaciono su Scania, cargo su escopeta y bajo del mismo. Velozmente corrió hacia una precaria casa y disparo su arma contra la cerradura de la puerta, destrozando una gran parte de la abertura. Entro a la vivienda y allí se encontraba un matrimonio con su hijo de cuatro años. El joven asesino disparo al pecho de la mujer y golpeo con la culata de la escopeta en la cara del hombre, aplastándole el tabique nasal. Darril saco un cuchillo con su mano derecha y con su izquierda sostuvo las manos del dolorido esposo. Apoyo forzadamente las manos contra la mesa (una arriba de la otra) y se las clavo a la mesa, atravesándolas con su cuchillo, abrió la destrozada puerta y corrió hacia su vehículo. Este abrió el compartimiento del mismo, saco un objeto y volvió rápidamente a la casa. Al entrar el hombre agonizante se horrorizó cuando vio que Darril cargaba en sus manos, un hacha. Este grito con fuerza pero esto le fue inútil, ya que su agresor levanto el hacha y le corto las manos. Agitado por su locura y con los labios temblando de los nervios, se acerco al niño y lo durmió con cloroformo, lo recostó en la cama de sus padres y se marcho. Luego de esta masacre, se dirigió a su tercer objetivo. El joven desquiciado, reía y se hamacaba en el asiento del camión. Nada detenía la locura extrema que avanzaba en la máquina infernal de seis ruedas. Unos minutos más tarde Darril, llego a un sector municipal de tala de árboles. Su tercer objetivo merodeaba por el lugar, pero varios efectos secundarios, se encontraban estorbando la atroz escena. El observando la situación, se deslizo con calma hacia un costado, donde se encontraban algunas herramientas. Agarro una moto sierra y la encendió. Tanto era el alboroto, que nadie se dio cuenta que una herramienta más, se encontraba en marcha. Agitando el instrumento de muerte, corrió hacia el primer estorbo, y lo corto a la mitad. Así sucesivamente destrozo a cada trabajador municipal que se encontraba allí. Ya nada impedía acabar con su némesis, su objetivo final. El joven y aterrador asesino arrojo la moto sierra y se acerco al surtidor de combustible que usaban los obreros para abastecer sus maquinas. Saco la manguera y abrió el grifo en dirección a un alto aunque poco elegante hombre de unos 35 años de edad. Este, perplejo intento correrse, pero al girar sobre sí mismo para huir, se torció el tobillo y cayó al suelo. Darril sin contemplación, lo roció con el liquido inflamable y lo obligo a levantarse. Luego le ordeno que corriera. El alto hombre corría rengueando y desesperado, sin cesar, mientras que su asesino encendía un cerillo, y lo arrojaba al rastro que este dejaba a cada paso. Lento pero eficaz, el fuego lo alcanzo y murió rostizado. Darril sonrió al ver que su trabajo se encontraba concluido, y se marcho en su Scania.
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Evangeliun Mortis
HorrorQue sucedería si la humanidad quedara sucumbida en el mismo infierno? 6 personas son las encargadas de descubrir lo que nos ocultan. Logias, libros malditos, y lo más espeluznante que se les pueda ocurrir...