Prologo: El Prometido

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[Levi narra]:

— La Familia Jaeger. La Familia Jaeger, ah.

Exclame con las piernas cruzadas y moviendo una pierna con un tacón fino, color negro y de punta aguja contra el suelo. Todo en una muestra propia de mi impaciencia y la molestia que me causa que me tengan en la sala de espera, llena de tanto misterio.

Esta maldita familia era poderosa, hasta puedo decir que cagan dinero por el costoso mueble y la puta alfombra que estoy arruinando con mi tacón. Todo a mi alrededor parece bañado en oro y propio de un decorado de antaño, típico de esos de películas y cuentos. Si. De cuando una maldita doncella es traída de su barrio pobre y mugriento a un maldito castillo, donde tienen un millón de sirvientes para atender hasta sus más mínimos caprichos.

—Tks.

Escupí de entre mis labios ese chasquido, voy girando un tanto la cabeza de un lado y provocando que los largos aretes que trago me cosquilleen las clavículas. Fue así despinte un poco el color del labial rojo de mis labios. Verme en la posición humillante, de ser una protagonista de "cuento de hada" no me satisface, es más ¡me fastidia!

—Señorita.

Se acerca avanzando un paso, una mujer de unos 20 años y que es parte de la servidumbre. Por su detrás se hallaban paradas como la primera mujer otras 10 mujeres.

—Agua -rezongue mientras volvía preguntar por mi "dichoso prometido", quien ahora se la de misterioso y me deja esperando.

Esta familia sin duda tiene algo raro. Pensé al momento de volver a cruzar mis brazos por debajo y la altura de mis senos, elevándolos un tanto de forma indirecta. Yo había sido bañada, perfumada y hasta arreglada, por no decir violada...Minutos antes de llegar aquí. Donde estoy sentada con un molesto vestido apretado, corto y de color azul marino y no, de un celeste marino que era lo que yo hubiera preferido para combinase con el color de mis ojos, pero al diablo.

Me maquillaron, me hicieron las uñas y hasta arreglaron mi cabello en un moño alto, recogido y armado con unas trenzas alrededor. Tengo un par de mechones en hilillos sueltos, en la división de mi cerquillo. Era clásico peinado de bodas, aniversarios y creo que hasta lleva el nombre "Queen" en el estilo.

—... -Sople por delante de mi nariz, apartando con ello un mechón suelto de mi vista. Como decía esta familia es poderosa, magnate, millonaria y hasta dueña del maldito instituto donde estudio y la cafetería donde trabajo medio tiempo.

Si, eran un maldito monstruo. Toda la cuidad es suya y eso creo que hasta el mundo no tardara en ser conquistado, por las empresas "FUNDADOR JAEGER'S". Gire los ojos. Fuera de broma, esta maldita Mansión donde estoy es más que basta en construcción y de paso tiene sumas hectáreas. Lo digo porque hasta vi a caballos y ponis...cuando tenían un maldito estacionamiento de Ferrari's, Porsche's y limosinas en la entrada. Una entrada de kilómetros que nos tomó cruzar casi una maldita hora, ¡Es una maldita locura! Este lugar es igual de grande, que si fuera un maldito museo y una casa. La vista por fuera, era panorámica y lo vi todo o casi todo, desarticulando la mandíbula desde el carrazo en el que me trajeron-secuestraron. Por si deseaba saber, me dijeron que era un Lamborghini Veneno Roadster, en color plateado y el interior rojo con olor y fragancia perfumada de pétalos de rosas. Si, si... todo romanticón y eso, pero aquella estupidez de cuatro ruedas costaba entre 7 y 8 millones de euros, ¡Ni siquiera dólares!

El conductor parecía ser un anciano, de esos tipos parecidos al ayudante-mayordomo de Batman. No dijo una palabra en trayecto, solo me trajo y me despacho en la puta entrada como si fuera un recado más. Luego aceleró el hijo de su desdicha. Tenía años preparándome para esta usurpación, pero no creí que seria a tal grado. Esta familia hacían... bien, lo que se les deba la regalada gana. Sustento, fama y poder... Los tenían todos, eran dueños de una cadena de hoteles, de restaurantes, teatros, museos y hasta estaban metidos en la política, con esto de que un "supuesto familiar" era el presidente de este país.

MI ESPOSA ¡ES LEVI!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora