Pesadillas

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Era todo como un sueño o... quizás no. Estaba todo en completa oscuridad, pero seguía su paso al frente; de la nada un relámpago señaló el inicio de una fría noche lluviosa. A lo lejos se podía escuchar el inconfundible sonido de dos espadas chocando en un duelo. El aceleró su pasó, siendo ahora una carrera hacia el lugar donde el sonido provenía.

Diluc solo podía pensar que sería la misma pesadilla que lo agobiaba la mayoría de las noches: Oscuridad, lluvia, sonidos de una pelea con espada, al final su padre muriendo en sus brazos y él cubierto en sangre.

Pero está vez había algo mas, el tenía un mal presentimiento, sentía que algo peor estaba por ocurrir, su corazón latía desbocado y dolía... dolía como si mil dagas de hielo lo atravesarán.
Conforme se acercaba al lugar pudo divisar quien tenía esa lucha, y grande fue su sorpresa al ver que el que peleaba esta vez era ni más ni menos que...

Diluc: ... Kaeya!!

Conforme se aclaraba la imagen y se acercaba, podía notar a su "hermano" cansado, como si por cada minuto que pasaba perdiera la pelea y de un momento a otro un fuerte relámpago iluminó el cielo dejando ver una segunda sombra que llegaba por detrás de Kaeya provocado que éste se girará para cubrir el golpe, pero el otro tipo que parecía inconsciente en el suelo se levantó con una rapidez inaudita atravesando el pecho de este con su espada.
El grito ahogado de Kaeya mas la sorprendente pero fuerte activación de su Visión provoco una onda de hielo congelando a ambos enemigos y fracmentandolos en varias partes.
Diluc llegó a tiempo para atrapar el cuerpo de "sir Kaeya" como el solía llamarlo, después de la muerte de su amado padre. Pero esta vez no era el cuerpo de su padre, era el de su hermano y eso lo estaba lastimando tanto que podía sentir su corazón salir por su boca...

Diluc: H-hey!! Kaeya aguanta, te llevaré de regreso y estarás bien.

- tratando de convencerse a si mismo -

Kaeya: H-he he, tardaste un poco en llegar, p-pero mira, puede vengar a nuestro padre... y-ya no tendrás que andar *tose* c-con ésa cara de gruñon por toda la taberna.

- Diluc presionaba con su mano la herida tratando de para el sagrado -

Diluc: Vamos aguanta, déjame llevarte cargando.

Lo cual Kaeya rechazo...

Kaeya: Luc *acarició la mejilla de este* a-ambos sabemos que no lo lograré... *susurro * no pongas ésa cara sunshine, te prometo que todo saldrá bien.

Diluc no podía, el no quería estar bien, el solo quería despertar... que esto fuera una horrible pesadilla... ver a su hermano con su hermosa y estúpida sonrisa, molestando, tratando de obtener vino gratis y quizás... solo quizás, dejar de ser un egoísta cabeza dura y confesar sus sentimientos.

Diluc: no digas esas tonterías Kae, no me digas que te dejarás vencer por esto? Vamos, te prometo una semana de mi mejor vino gratis... *el nudo se formo en su garganta* t-tonto, quédate... porfavor...

- Las lágrimas de Diluc ya se mezclaba con la lluvia-

Kaeya: w-wow Luc, tentadora propuesta h-he~~

-su hermosa voz se desvanecía cada vez más-

Kaeya:... sólo déjame dormir un momento Luc, estoy algo cansado *su respiración se hacía mas cortada*...

Y de pronto silencio... doloroso silencio...

Diluc se aferró al cuerpo de Kaeya, lo abrazo con fuerza, mientras su llanto se volvía mas fuerte, casi agónico... Sentía que moriría en ese lugar también, la persona que lo mantenía emocionalmente vivo yacía inerte en sus brazos.

El Comienzo De Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora