Capítulo 14.

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"No importa el lugar en el que mi alma despierte, solo quiero encontrarte y revivir nuestra historia una y otra vez."

Los días habían transcurrido sin ningún tipo de problemas. Los distritos de aquel pequeño mundo habían atravesado momentos de paz, ningún ataque sorpresa por parte de los titanes, ninguna oleada de vandalismo, todo estaba con una calma un tanto extraña.
Aquello lograba desconcertar al rubio, puesto que en su cabeza lo único que podía oírse retumbar era el pensamiento de que algo malo iba a ocurrir. El comandante tenía la certeza de que en ese mundo del cual eran esclavos no podía ser todo bonito y menos aún dedicándose a defender e investigar sobre aquellas monstruosas criaturas.

Por primera vez en años, Smith pudo sentir su estómago resolverse ante el hecho de una nueva misión. Puede que por la dificultad de la misma o puede que por faltarle su extremidad superior dominante. Sea cual fuese la razón de su constante dolor de estómago, Erwin tenía un mal presentimiento.

08:00 h.

Se encontraba en su despacho, poniéndose el uniforme reglamentario. Aún faltaban 8 horas para aquella salida que haría junto a sus escuadrones de alta clase. Cada posibilidad estaba pensada en su cabeza y detallada en la innumerable cantidad de hojas que conformaban el plan. Cada mísero "pero" o "y si.." que podría venir a la mente de cualquier persona, el rubio iba 3 pasos por delante. Nada podía salir mal, o al menos eso deseaba.

Era una misión difícil, requería una categoría alta y mucha experiencia a la vez que sangre fría. Eso era lo que más preocupaba al rubio, él podría planear una y otra vez las rutas, los ataques, las defensas, las vengalas, pero nunca podría planear las acciones de cada uno de sus soldados en un momento crítico. Trataba de deducir muchas de ellas, mas era imposible lograr un enfoque eficiente.

La cabeza del hombre de ojos azules nunca pensó dudar de sí mismo, no después de tantos años dedicándose su vida a ello.
Se dio a sí mismo unas palmadas en las mejillas para devolverse al mundo real.

"Pensar en ese tipo de tonterías no cambiará nada, solo empeorarás las cosas."

Tomó la taza de café que Mike le había dejado en la mesa antes de dejarle solo a petición de su superior y dio un largo sorbo a este. El calor del líquido le hacía falta en esos momentos, dejó escapar un suspiro y entonces frunció el ceño, decidido.

"Debes comportarte como el comandante de la Legión, Erwin."

Pensó para sí mismo. Salió de su despacho para dirigirse al campo donde estaban preparando todo lo necesario: caballos, carretas, provisiones, armamentos, etc.

10:00 h.

Erwin se había paseado por todo el lugar, hablando con cada recluta que encontraba con el fin de dar ánimos y tranquilizar a sus compañeros. No quería que a ninguno le invadiese el terror, él confiaba en sus subordinados por eso quería calmarles y hacer que sacasen su máximo potencial. Todo marchaba según lo planeado, iban bien de tiempo por lo que la expedición comenzaría a las cuatro de la tarde de ese mismo día.

– ¿Estás mejor? – Interrogó Mike, el cual acababa de acercarse al rubio, acompañado de Hanji.

– Sí, disculpa por haberte preocupado.– Erwin mantenía su firmeza y formalidad, no podía permitirse que la figura autoritaria irradiase nerviosismo.

Mike no respondió a aquello, se limitó a encenderse un cigarro. El rubio no tenía dudas de que aquel gesto era para ahogar su propio nerviosismo. Parecía ser que todos tenían claro lo que se jugaban.

– ¿Ya pensaste qué hacer con eso? – Inquirió la chica mientras limpiaba sus lentes.

– Sí, tú estarás a cargo.– El comandante detuvo sus pasos para mirar con seriedad a su mano derecha.

₊˚.༄: Silent | EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora