Estaciones

Primavera - Lena

Lena había despertado con una sonrisa, la noche anterior había acordado con Kara que su primer picnic del año tomaría lugar ese mismo día. Ansiaba ver el claro cubierto de flores, ver las hojas en los árboles, el lago brillar con el sol, sin embargo, había tenido que cancelar la cita temprano ese mismo día. Apenas llegar a la empresa esa mañana, Jess le había entregado su agenda del día antes de informarle que la junta de miembros había convocado una reunión para hablar sobre el nuevo proyecto en el que la CEO estaba trabajando. No es como que necesitara el permiso de ellos para llevarlo a cabo, pero a los inversionistas les gustaba saber en que se estaba empleando su dinero y que ganancias podían obtener.

A pesar de todos los cambios que había hecho y de haber demostrado que era más capaz que su hermano de dirigir la empresa, los hombres -que de acuerdo con ellos mismos llevaban más tiempo en el negocio- aún le veían como una niña inexperta a la cual le habían asignado un rol demasiado grande. Tres de los seis hombres que conformaban la junta tenían ese pensamiento y lo único que les interesaba realmente era obtener ingresos sin importar el medio. Los otros dos, un poco más jóvenes, poco a poco habían cambiado su punto de vista, acoplándose al de ella. El último -no pasaba de los treinta y cinco y recién había heredado la empresa- solo iba con la mayoría, demostrando que ser CEO no había sido su decisión.

Una llamada interrumpió el ambiente, dándole un momento para respirar. No pudo evitar sonreír al ver el identificador y se disculpó con los miembros antes de atender.

— Siento interrumpir, sé qué estas ocupada — escuchó la voz de Kara al otro lado del auricular —. Sé que es algo tonto, pero solo quería preguntar si estás bien.

— He estado mejor — dijo Lena sin ánimos.

— ¿Vienes a mi casa esta noche? Podemos hacer algo que te ayude a relajarte.

— Me encantaría — sintió sus mejillas sonrojarse.

— Bien, te veo está noche, entonces — la sonrisa en la voz de Kara era evidente.

— Muy bien — suspiró.

— Dejé tu almuerzo con Jess. Tú puedes con ellos, Lena — con eso, la llamada terminó.

— Una disculpa — dijo la ojiverde a los hombres sentados en la sala de conferencia —, un asunto urgente, pero ya está todo resuelto. ¿Continuamos?

...

Hacía casi tres horas que estaba metida en la sala de juntas, hablando sobre las finanzas de la empresa. El que L-Corp adquiriera la compañía de Jack había abierto las puertas a proyectos más ambiciosos que requerían un poco más de capital y no todos los inversionistas estaban de acuerdo. En honor a la memoria de su amigo, había retomado uno de los proyectos que Jack había dejado inconclusos, aún faltaba mucho por hacer, pero ella quería continuar con él. Esa tarde, había expuesto sus ideas a la junta y cómo ayudaría a mejorar la calidad de vida de las personas. Todo había ido bien, hasta que el tema de las ganancias se había tocado. Lena quería que fuera algo rentable, accesible para todos, tres hombres pensaban en obtener más de lo que ella había planeado, lo cual había desatado un pequeño debate.

— ¿Qué les parece si terminamos esto con una votación? — preguntó uno de los hombres, sonaba cansado —. Hemos estado demasiado tiempo aquí, votamos o dejamos esto para otro día.

— Hagamos eso — secundó otro.

— Aquel que crea que la señorita Luthor debe continuar con su proyecto levante la mano — Lena y los dos hombres que le apoyaban levantaron la mano.

— Muy bien, quien...

— También estoy de acuerdo — dijo el más joven levantando su mano —, si ayudará a la gente, ¿por qué no hacerlo?