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Asher...

Me detuve un momento a pensar en todo lo que estaba pasando y no podía asimilar todo esto

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Me detuve un momento a pensar en todo lo que estaba pasando y no podía asimilar todo esto. La Bruja no me había mentido en lo de mi loba, en verdad ella estaba aquí.

—¿Tú eres mi loba? —pregunté. Ella suspiró nuevamente.

—Ya te lo dije, soy tu loba, Blake.

—¿En dónde estuviste todo este tiempo?

—¿No lo recuerdas verdad?

—¿Recordar qué? ¿Qué debería recordar?

—¡Todo!

—Mis padres me dejaron en una casa hogar cuando yo tenía siete años.

—¡Eso es una completa mentira!

—No, tu estas equivocada, yo lo recuerdo perfectamente.

—Sabes... Fui encerrada aquí hace veintiún años, por suerte podía ver y oir todo lo que pasaba a mi alrededor. Recuerdo muy bien ese dia... el día en el que todo comenzó.
Estuve en ti desde el principio y seguiré en ti hasta el final. Ahora escucha con atención mi querida niña, te diré lo que realmente pasó con tus padres y quien realmente eres tú —la loba se sentó frente a mi y aclaró su garganta, recordé ligeramente a Giselle, la extraño.— Hace veintiún años, tus padres, el Alfa Coin y su Luna vivían felizmente en el castillo del Norte. Cuando tú naciste se llevó a cabo una gran fiesta, pero al ser una mujer primogénita trajiste mucha controversia en todas las manadas, los brujos decían que no había problemas pero Bala comenzó todo. Ella dijo que tú eras una maldición, que ibas a traer desgracia al mundo de los Lobos y que debían acabar con nosotras, así pues, tus padres nos protegieron con su vida y fueron llevados a la hoguera por la rebelión, nuestro destino era ser quemadas con ellos pero Bala sabía que ni el fuego podría contra ti y contra mí, así que en lugar de asesinarnos nos envió a la Tierra y lanzó un hechizo sobre mí encerrándome en este lugar, cuando cumpliste 17 años mi deber era aparecer y guiarte pero no podía salir de aquí, veía todo lo que ocurría a tu alrededor, gritaba y trataba de salir de aquí pero no podía. Cuando me diste la pócima del rey desperté pero aun están lo débil, no era tiempo de salir aún, sí lo hacía Bala podría darse cuenta además, le dijiste que no habías bebido la pócima y eso me complicaron las cosas, pero ahora ya he recuperado mi energía  y debo salir, debes de ayudarme a salir de aquí, tus padres te nombraron dos días después de que naciste, solo ellos y yo conocemos tu verdadero nombre. cuando vivías con los Aráoz te llamabas Mira, Bala te convenció de que tu nombre era Dalhia pero eso no es verdad, al decir tu verdadero nombre, tus verdaderos recuerdos regresarán a ti ¿Quieres que lo haga?—me miró a los ojos fijamente como hace un instante—¿Quieres que te diga tu nombre real? ¿El nombre que te dieron antes de morir? —mi corazón se aceleró.

—Dime mi nombre real.

—Esperaba escuchar eso... Dayana Coin —Dayana Coin, en el momento que escuché ese nombre, por mi cabeza comenzaron a pasar varias imágenes como si se tratara de un canal de televisión. Vi entonces al hombre de la pintura del castillo de freya, era Francis Coin, el alfa del Norte, pude ver un recuerdo o tal vez alguna visión de aquel cuadro cubierto por el Lino negro siendo mostrado ante mí y revelandome la imagen de mi madre Laiza Coin, los vi arder en el fuego y vi también como Bala me llevaba entre sus brazos, sentí como colocaba recuerdos en mí, como era ella quien me dejaba en el orfanato después de ser criada en la manada de la Tierra, como hizo que mi padre adoptivo me comprometiera con Chris y como me cantaba la canción de cuna para que volviera a la aldea. Una lágrima cayó de mi ojo derecho, no podía creer lo que estaba viendo o lo que estaba recordando, nunca fui Mira, ni Dalhia. Soy Dayana, soy Dayana Coin.

Luna Perdida (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora