perdonar en la oscuridad

362 34 5
                                    

Remus está temblando entre las mantas de aquella cama de dos plazas.

El frio parece abrazar su cuerpo, morder su piel, alojarse en sus huesos y cerrarle la garganta a base de latigazos helados.

El castaño toma las sábanas para arrebujarse en ellas e intentar quitarse aquella sensación interna que amenaza por terminar de congelar su corazón.

Mientras se acomoda su mano palpa, sin quererlo, una mano de dedos largos y fuertes, con piel aterciopelada. Se permite sonreír por una milésima de segundos hasta que los recuerdos de días anteriores llenos de gritos inundan su mente, provocando que aleje su mano rápidamente con una mueca desagradable.

Puede sentir como Sirius se remueve a su lado y una exhalación fuerte que logra ponerle los cabellos de la nuca tensos, está alerta por si tiene que gritar de nuevo. Pero ya no quiere, no quiere vivir así, fingiendo que Sirius (el amor de su vida) no existe porque los dos prefieren ignorarse antes que hablar como los adultos que son.

-Lupin -susurra Sirius en la oscuridad, con una voz tosca. Remus quiere llorar, joder, su apellido es Black porque ambos así lo quisieron y firmaron un papel que lo certificaba. Sin embargo, cuando habla, no deja salir sus emociones entre sus palabras masculladas con rabia.

-¿Qué pasa, Black?

Pero no obtiene respuesta, tan solo un silencio incómodo desde la otra mitad de la cama. El castaño suspira, suponiendo el porqué de su exabrupto.

-Lo lamento, te toqué la mano sin querer -y se voltea entre las mantas, dándole la espalda a su esposo, poniéndole fin a esa charla que no inició.

-De hecho... yo... mmm -parece que sus palabras se atoran en su garganta, por lo que suspira y solo dice-: Puedes tomarme la mano, si quieres.

-¡NO! -exclama-, no quiero tomarte la mano, Sirius, porque mañana vas a volver a gritarme y acusarme de ser algo que no soy como es tu maldita costumbre últimamente.

-No quiero que estemos así, Remus. No quiero dormir sin haberte besado, no quiero acostarme sin abrazarte y, mierda, no quiero mirarte y saber que me odias porque soy un idiota -es como si cada palabra lo destruyera poco a poco, porque termina hablando en un susurro y con su voz quebrada por el nudo en su garganta.

-¿Y a ti te parece que me gusta? -pregunta, con algunas lagrimillas acumuladas en sus ojos color caramelo-. ¿Te parece que disfruto estar así contigo? Claro que no, Sirius, pero solo quiero que entiendas una sola cosa -hace una breve pausa en la cual aprovecha para girarse-. ¡NO SOY UN TRAIDOR!

-Yo...

-¿De verdad me crees capaz de traicionarte? ¿de traicionar a James, Lily y Harry, a mi familia?... ¿y sabes una cosa? Quisiera odiarte por creerme capaz de todo eso, pero al mismo tiempo te amo tanto que no me cabe en el pecho todas estas emociones.

-Yo... yo solo tengo miedo.

-Y te entiendo, realmente, porque yo también lo tengo. Pero yo no tengo la culpa de todo lo que está pasando -ambos se quedan en un silencio que Sirius rompe luego de algunos largos segundos.

-Lo siento -susurra tan bajito que Remus debe hacer un esfuerzo para entenderle-. Yo... Remus, yo no desconfío de ti -gracias a la débil luz de la luna menguante que ingresa por la ventana, el licántropo puede apreciar algunas lágrimas rodando por las mejillas de su pareja-. Es solo que estoy asustado, y... y me desquité contigo solo porque El señor Tenebroso está reclutando hombres lobos... y... no -niega rápidamente con la cabeza-. Soy un estúpido, ¿cómo se me ocurrió eso? -susurra entre hipidos que el llanto le provoca.

Se cubre el rostro con las manos para intentar contener las lágrimas. Mientras que Remus solo lo mira, intentando que sus propios sentimientos no se desborden por sus mejillas.

-¿Puedo abrazarte, Sirius? -pregunta, suavizando el tono de su vos. Su única respuesta son las manos de Sirius aferrándose a la tela de su camiseta con desesperación, como no queriendo que se vaya, y su cabeza apoyándose sobre su pecho.

-Shhh -silencia, envolviendo con cuidado el torso del otro chico entre sus brazos.

Y allí, mientras se abrazan y lloran sobre una cama que a ambos pertenece, no necesitan las palabras. Tan solo una mirada de ojos turbulentos, una caricia en el cabello, una sonrisita tímida y algún que otro beso dejado caer sobre la cabeza del otro es suficiente como para decirse todo aquello que no pueden expresar con palabras, porque estas nunca serán suficientes como para abarcar todos sus pensamientos y emociones.

Remus sube las manos y deja que sus dedos se pierdan entre la mata de cabello negro que ahora le cosquillea el cuello, y sonríe. Sonríe porque ese es el Sirius que conoce, quien le gusta que le hagan caricias tras las orejas cual chucho, el que sabe que es tan malditamente atractivo y sabe aprovecharse de eso. Ese Sirius es al que extrañaba, al Sirius que sabe hacerlo sonrojar con cada cumplido, por más bobo que sea.

-¿Sabes una cosa, Black? -interroga, dibujando constelaciones invisibles con su dedo en la espalda del joven.

-¿Qué? -levanta la cabeza de su cuello para conectar sus ojos.

-No tienes idea de lo que extrañaba esto.

Y esa sonrisa. Esa sonrisa torcida, de labios tan apetecibles y dientes blancos que contrastan con la oscuridad que lo inunda todo. Esa sonrisita es la que el pelinegro le dirige, porque sabe muy bien que hace temblar sus piernas.

-¿Sabes una cosa, Black?

-¿Qué?

-No tienes idea de lo mucho que te amo -y, finalmente se rompe. Se deja acurrucar entre los brazos de Sirius, quien le sigue murmurando aquellas dos palabras que hace tanto no oía salir de aquella boca. Y pasados algunos minutos:

-Yo también te amo, como no tienes idea.

Se besan con desesperación, añorando aquel sentimiento que solían disfrutar cada día. Y solo existen ellos en un universo que se ha paralizado para verlos. Sirius, sobre el cuerpo de Remus, con sus manos a ambos lados de su rostro; y el castaño, sin quedarse atrás, aferrando la cintura de su pareja mientras aquel beso lo transporta a otro mundo.

Otro mundo donde no es 29 de Octubre de 1981.

FIN.



**********

Palabras: 1040

perdonar en la oscuridad, Wolfstar [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora