Capitulo 6

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Los brazos del alfa sostenían cariñosamente en un abrazo cálido el cuerpo del menor.
Sus cuerpos encajaban de una manera tan buena y correcta que el alfa sintió orgullo y su corazón se llenó.

Nine mantenía su cuerpo pegado al del mayor, sus labios estaban dando besitos en el cuello del alfa.

Nine empujaba su cabeza al cuello del alfa demandando atención, Joong río y como el buen alfa que siempre se juró ser, le dió lo que quería.
La necesidad era palpable, podría jurar que el necesitaba más él omega que el omega a él, algo extraño y que a la vez  le hacia demasiado feliz.

Joong acomodó el cuerpo del menor y dirigió sus labios al cuello del pequeño, justo donde la marca relucía espectacularmente. Besos cálidos fueron dados justo en ese punto, suspiros placenteros eran emitidos por el omega quien tenía sus manitas en el pecho del mayor.

Un gruñido de disgusto fue emitido, Nine se alejó con un puchero, el más tierno que jamás creyó ver el alfa.

—Tengo que ir al baño —declaró con pena y en voz baja.

—Ahí —apuntó el mayor a la puerta correcta, Nine salió de los cálidos brazos del mayor con disgusto y se adentró en la habitación.

Los orbes mieles se abrieron con sorpresa la enorme habitación tenía una división, había una regadera de gran proporción, una tina grande, dos lavabos, tocador y área de almacenamiento. Lujoso a demasía, tanto que se sintió fuera de lugar, con algo de temor a ronper algo o ensuciarlo realizó sus actividades de aseo personal para después disponerse a salir.

Joong sonreía mirando la puerta del baño mientras el aroma dulzón inundaba sus fosas  nasales, el omega olía como el mismísimo paraíso, escuchó los pasos del menor acercarse a la puerta y con rapidez fue a donde ella.

Nine podía sentir el calor tanto dentro como fuera de sí, el necesitaba transformarse, pero aún era muy torpe en su forma lobuna y entre tanto lujo lo que menos quería era destrozar algo.

Joong sonrió ante el rostro del menor, éste le miró y una sonrisa apareció rápidamente en su rostro, las manos del mayor fueron a las mejillas del más chico, sintió la piel bajo sus palmas caliente, su ceño se frunció y apoyando una la llevó a la frente confirmando la temperatura.

—¿Te sientes mal? —preguntó llevando sus manos ahora a la cintura del menor abrazándolo.

Nine bajo la mirada y movió su cabeza de un lado al otro.

—No, estoy bien —susurró sintiéndose feliz por el abrazo de su alfa.

La mirada del menor se mantenía baja, mordía su labio inferior y trataba de respirar lo ma profundo posible debido al aroma del alfa.

—Mírame —ordenó el alfa.

Nine hizo una mueca y levantó su rostro, sus miradas chocaron y sonrió.

Joong lo miró, sabía que algo más pasaba, pero el menor no se atrevía a decírselo. Eso le molestaba, mas lo entendía, su naturaleza omega lo hacía tímido y más ante su alfa.

—Vamos a salir pequeño —anunció, el menor le vio con curiosidad —, tengo que comprarte ropa —Nine quiso protestar pero la mirada del alfa se lo impidió, ya que reflejaba felicidad.

Sintió un rose en su mano y después un agarre, bajó la mirada encontrándose con la mano del alfa tomando su manita, sonrió feliz.

Una hora después, Nine y Joong estaban en una tienda de ropa demasiado lujosa y cara, el omega se sentía intimidado. En el lugar habían en su mayoría alfas de poder, el olor le picaba en su recientemente sofisticado olfato. Por instinto, se acercaba al cuerpo del mayor, su mano sostenía la del más alto y daba ligeros apretones cuando la mirada de algún alfa se posaba en él. No le gustaban.

Joong tomaba prendas para el omega, su omega, ya había escogido demasiadas, pero se sentía feliz comprándole lo que necesitara a su pequeño y éste se había negado a escoger al ver los exuberantes precios. Joong por su parte, se sentía feliz, además de que el dinero le sobraba y que mejor que gastarlo con su omega.

Todos los que estaban ahí se le quedaban viendo ya que el omega tenía su marca pero no su olor, por la falta del acto sexual o marca de olor de mínimo.

Después de muchas prendas de todo tipo y zapatos para toda ocasión, Joong llevó al menor a comprarle un teléfono para uso personal.

De vuelta en el carro, camino a casa Nine sintió su cuerpo más caliente, una opresión en su pecho. Su lobos quería salir pero él no sabía como decírselo a su alfa.

Después de quince minutos ya no podía soportarlo más, se sentía al borde de la locura, vio un lugar más adelante, los árboles se mostraban frondosos y su cuerpo se relajó ante la vista.

—Joong —susurró con sus mejillas rosadas, el mayor bajo la velocidad y le miró de reojo.

—Dime, pequeño —contestó.

—¿Puedes parar? —pregunto tímidamente mientras sus manos se movían una con otra de nervios.

El mayor se sorprendió pero extrañado detuvo el coche a la orilla.

—¿Puedo salir? —volvió a hablar el menor viendo hacia afuera por la ventanilla, necesitaba transformase de inmediato.

—Sí —respondió el mayor seguro, aunque extrañado.

El menor no demoró en salir del coche, sus piernas se movieron rápidamente y se adentró en el bosque, corriendo.

El alfa se asustó, salió del vehículo  y corrió detrás del menor.

Frente a él estaba un lobo pequeño, de pelaje blanco que olfateaba la hierba, era muy pequeño, se acercó teniendo la atención del lobo quien lo miró con unos llamativos ojos azules y se aventó sobre él, tumbándolo y lamiéndole la cara, sonrió.

Joder que era un omega hermoso, ya fuera humano o como lobo.

Era su omega, el menor se volteó viendo una mariposa volar, sin previo aviso corrió tras ella, ese lobito necesitaba ser educado.

Sonrió, era su hermoso pequeño y él se en cargaría de enseñarle.

Continuará...

Marqué (Adaptación J9)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora