Capítulo XI

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Han pasado dos meses desde que Emma y Lis nos han dado la gran noticia de que la familia crece. He de decir que están enormes, bueno no tanto pero siendo que solo tendrán que aguantar tres meses más , parece hacerse una eternidad.

Las veo muy felices y me alegro por ellas, aunque son insoportables "Oh mira qué bonito" "Este me gusta más" "los tobillos fatal" .

Me agobian muchísimo con otras cosas como "Oye Morgan quieres tocar" "Y tu para cuando"... Solo de pensar que me pondré así de insoportable se me quitan las ganas.

Además estoy muy bien con Liam para que lo vamos a estropear. Aunque los dos estamos ocupados, yo estoy enseñando defensa en la escuela y a parte de eso Alec mi gentil hermano y querido alfa me ha encargado cuidar de las embarazadas cuando no estoy con mi trabajo real y Liam ayuda a los mediadores de las manadas vecinas.

Hay veces que el viaje se alarga y no llega en la fecha esperada, esa ansiedad se la sumamos a la que me dan las embarazadas y la tenemos el pack completo.

-Alec, porfavor , piénsalo por un momento en serio- le suplico apoyando mis manos sobre su escritorio.

-Entiendo que es duro Morgan, pero Liam está haciendo un gran trabajo y no me puedo permitir perder está alianza- Dice muy serio intentando hacerme entrar en razón .

-¡Entonces déjame ir con él! - una chispa de ilusión pasa por mi ojos fugazmente.

- ¿Quién cuidará de nuestra hermana y de tu Luna entonces? -sentencia.

-¡Tienes una gran manada Alec, joder! - Su mirada se vuelve severa pero no me voy a callar - Tu no tienes ni puta idea Alec, eso es lo que pasa. ¡No has tenido que pasar ni un día lejos de Emma! -Digo mientras me lleno muchísimo más de rabia.

-Morgan, escúchame no quiero fastidiarte en serio pero eres la mejor en lo que haces y por lo que parece Liam en lo suyo. Solo quiero que las cosas sigan en su curso normal. -Dice tranquilo

- Vale genial, y ¿de qué infiernos me sirve ser la mejor en lo que hago? Aah sí ya me acuerdo ¡para que tu estes seguro que alguien protege a tu mate! ¡Valgo para mucho más que ser niñera!

-No lo veas así, también cuidas de Lis y no es por eso que te pido que estés con ellas. Tu ya has demostrado que darías tu vida por las suyas y eso significa mucho para mí que estén a tu cuidado. -Me mira he intenta abrazarme.

-Ni se te ocurra tocarme- gruño.

-Morgan , no es para tanto enserio- Esas palabras me han desbordado el vaso de la poca paciencia que tengo ahora mismo.

-¿No? - me río histéricamente - Vale entonces yo voy a ser el alfa de esta manada y solo por capricho mio voy a mandar a tu mate a tomar por culo para yo estar en los brazos del mío cuando acabe el día. ¿Qué te parece?

-Morgan, por favor-Él me mira con pena he intenta acercarse otra vez.

-¡Te he dicho que no me toque!- Grito ya al borde de la hiperventilación.

Aparece un preocupado Jack por las puertas, yo me abro paso sin importar quien esté en el medio.

-Oye ¿Estás bien?  - dice pero le respondo con un portazo de la puerta principal.

Salgo de esa casa de locos donde todo les parece ir súper bien a todos menos a mí. Claro un alfa contentísimo por su primogénito a costa del trabajo de los demás para así poder sostener a su mate , a la puñetera Luna de esta manada que sigue en pie gracias a mí ¡Joder! Yo soy quien entrena a las tropas que están al mando del imbécil de mi hermano. ¡Yo! Y ¿cómo me lo paga? Alejándome de mi mate.

Sacudo mi cabeza para dejar de pensar en eso y dejo a Kyara tomar el control. Mis huesos se rompen para unirse de nuevo, mis colmillos están asomando , las garras ya están clavándose en el suelo y mi pelaje blanco acaba de cubrir mi cuerpo. Suelto un gran gruñido para que el imbécil que hay en el gran despacho sepa que me voy.

Salgo corriendo sin rumbo fijo, por el camino rompo algún que otro árbol que se mete en mi camino sin siquiera pestañear o notar dolor. Llego al límite de nuestro territorio esperando a ver si algún que otro iluminado se atreve a cruzar para darme el placer de destrozarle la yugular.

Sigo corriendo cerca del limite hasta dar toda la vuelta a nuestro territorio, y acabo de percatarme que el sol ya está saliendo. Aún siento mucha irá hacia el imbécil del alfa y me he pensado seriamente cruzar el límite pero no sé que puede haber al otro lado, y ponerme en peligro solo porque estoy enfadada con Alec no vale la pena si puedo preocupar a Liam, pensándolo bien no vale nada la pena.

Me doy la vuelta y pongo rumbo a mí casa sin dejar de soltar poderosos gruñidos. Vuelvo a mi forma humana a unos pocos kilómetros de casa.

Cuando llego veo sentada en la entrada a una enorme Lisandra, me estaba esperando.

-¿Una larga noche? - pregunta mientras me invita a sentarme a su lado.

-Eso parece- digo haciendo lo que me pide.

-Morgan, no sabía que tanto daño te hacíamos... -empirzan a caerle lágrimas por el rostro. -Lo siento, de verdad que lo siento.

-Tu no tienes la culpa Lis - la abrazo intentando tranquilizarla.

-Alec solo intenta hacerlo todo lo mejor que puede...

-No lo defiendas Lis, ahora mismo no tiene razón para comportarse así. - digo dejando un beso en su cabeza.

-No sabemos lo que pasa por su cabeza, tengo la habilidad de saber lo que pasa por tu cabeza pero para mi sorpresa no me dejas utilizar nuestro vínculo.

-Lis no quería hablar con nadie, sabía que posiblemente te diría algo que te haría enfadar o poner triste. Y eso no es lo mejor que puede sentir una futura madre. - acaricio su enorme barriga, ella sonríe cuando me impresionó cuando el pequeño cachorro me da una patada.

-Va a salir guerrero y valiente como tú - Dice sonriendo segura.

-Por esa patada te vas a enterar como tenga que entrenarte yo pequeño. - digo soltando una risa que contagia a Lis. Nos reímos fuertemente hasta quedarnos sin aire, después nos vamos quedando en silencio.

-Lo echas de menos me imagino...- sentencia Lis haciendo que una sonrisa amarga se dibuje en mi cara.

-Cada vez está más lejos y tengo miedo Lis- se me escapa una lágrima que ella limpia rápidamente.

-Igual es sólo una sensación debida al cansancio. Necesitas descansar, llevas toda la noche corriendo no sé por dónde. Además de que hueles mal... -Dice tapándose la nariz.

-Genial ya te comportas como madre -digo levantándome para poner rumbo a mí habitación.

-¿Quieres que te suba algo para comer?

-Si digo que no,¿ sirve de algo?

-Pues claro que no Morgan- empiezo a reír.

Entro en la ducha me siento mientras dejo que el agua caiga sobre mí. Oigo a Lis dejando una bandeja en la habitación. Sigo un buen rato viendo cómo cae el agua , hasta que empiezo a llorar desconsoladamente.

Cuando considero que ya me he desahogado un poco me visto con una camiseta de Liam, cuando me miró en el espejo me río amargamente viendo lo grande que me queda. Acerco el cuello de la camiseta a mi nariz para sentir su olor. Lo hecho tanto de menos... Estallo en llanto otra vez.

Me dirijo a la cama y me tumbo intentando imaginarme a Liam a mí lado, pero no funciona. Nada parece funcionar ahora mismo.

Solo lloro hasta quedarme dormida.

Omega, te necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora