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—¡No lo entiendes! —Jungwon gritó en voz baja. Estaba bastante avergonzado, pero también se sentía se sentía entusiasmado por conocer a ~J~

—Vamos, no será tan malo. Por lo que el chico da a entender, es muy bueno. Estoy seguro de que será todo un caballero —Lo ánimo Ni-ki.

—Puede ser, pero no sé que haré cuando lo vea —Masculló frunciendo su ceño con un adorable puchero.

Sus ojos cafés se posaron en el reloj que marcaba las nueve con veinticinco, era cuestión de esperar unos minutos para que la campana sonará, y su encuentro se realizará.

¡Era tan ridículo!

Ya sabía su identidad y que era un chico con buenas intenciones; las notas y las veces que participaba en clases se lo dejaban claro. Pero, incluso sabiendo todo eso, su corazón se removía como loco al recordarle que estaría más cerca que nunca de ver esa encantadora sonrisa que, en ocasiones, pudo contemplar al ser provocada por otros.

¡Ah, la emoción y la vergüenza lo estaban consumiendo!

El pelirrojo bufó por la indecisión de su amigo de su pequeño amigo, acarició su cabello y lo abrazo por los hombros.

—Solo deja que las cosas pasen, no te comas tanto la cabeza con esto, ¿si?

Jungwon lo volteó a mirar y dejó escapar el aire retenido en sus pulmones.

El timbre retumbó en el salón, y el mundo de Jungwon se detuvo.

—¿Y si mejor...?

—¡Anda ya, hombre! ¡Solo sé tú mismo!

Soltó una risa por la voz forzada de Ni-ki y, con las mejillas rojas y los nervios algo controlados, dió marcha hacia la cafetería.

Jaywon || Sweet notesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora