Parte única

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Cr. img: a quien corresponda

¡Hola! Este es mi primer OS de esta bella y tóxica pareja *corazoncito*

Tenía en borrador hace un año cerca de la mitad y no sé por qué nunca lo retomé (bueno, sí sé, pero no lo wua decir jajaja)

Espero les guste~

~*~*~*~

Era la última cena. La última fase del plan para atrapar al Destripador de Chesapeake; sin embargo, no podía negar que el ambiente se sentía tenso. Como si alguien (¿Dios?) estuviese conteniendo la respiración.

Hannibal había servido una ofrenda. Su rostro, aunque maestro en ocultar emociones o siquiera imitarlas, tenía tintes de tristeza, decepción, dolor. Y en el momento que le mencionó huir juntos, dejar a todos atrás, de estar con él, sintió que aquella parte oscura de su alma se regocijó, se excitó al saber que había logrado llegar al demonio, al punto de ser tomado en cuenta.

—¿Qué dices, Will? —preguntó el mayor con desespero reprimido, con ojos suplicantes.

Will lo miró unos instantes, su corazón encogiéndose... doliendo a cada latido, a cada respiración.

«¡Sí!» gritó su oscuridad, logrando acallarla con un enorme esfuerzo. Por segundos se imaginó huir con Hannibal a su lado. ¿Cómo sería? ¿Adónde irían? ¿Qué harían una vez establecidos en un lugar? ¿Hannibal y él "cazarían"? El asesino sabía de su anhelo por una familia y quizás buscaría monopolizarlo. Si Abigail siguiera con vida, Will sabía que habría mandado al carajo al FBI y en ese instante habría accedido, porque, de una forma retorcida, sí tendría una familia.

Siguió masticando el delicioso platillo que había servido Hannibal, sin embargo, al recordar a su pequeña todo se volvió insípido y hasta vomitivo. Tomó un sorbo de su vino, percibiendo la intensa mirada del otro hombre.

Tenía que encararlo, mentirle y mentirse hasta el final. Porque se había jurado encarcelarlo y eso lograría. Esta cena sería la última y aunque le doliera, ignoraría el impulso de aceptar su oferta. Esta ofrenda no...

...Ofrenda.

¿Ofrenda?

Su entrecejo se frunció ligeramente. Algo había detrás del platillo. Dirigió su mirada a este y lo vio tan cautivador tan bien cocinado, humeante y con un aroma embriagador que te provocaba salivar. No obstante, el psicópata había mencionado que era un símbolo de perdón a dios. Hannibal se consideraba un dios, uno que jugaba y se divertía de formas torcidas y escabrosas. Y, a pesar de ser un dios, se veía tan vulnerable, buscando una respuesta que fuera la que él quería escuchar.

Anhelaba que Will le dijera la verdad.

¿Acaso sabía de su plan?

Will había preparado todo para llegar a este punto. Desde fingir haber asesinado a Freddie Lounds hasta hacer pasar la carne de Randall por la de ella...

En su interior hubo una revolución. Casi dejó caer los cubiertos de sus manos, pero logró cogerlos con fuerza. Con dificultad pasó saliva y un ligero estremecimiento recorrió su cuerpo.

—Lo sabes —afirmó en un susurro.

Sus ojos seguían fijos en la ofrenda. En su cabeza se había completado el pequeño rompecabezas que había generado Hannibal. Ese hombre usualmente hablaba con metáforas o relatos de textos antiguos. Y en ese momento le estaba pidiendo que confesara su pecado. Un pecado que posiblemente estaba dispuesto a perdonar si Will suplicaba.

Aperitivo - [HANNIGRAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora