❦Dernière Danse (YoonKook) [OneShot]❦

Dernière danse

La fría noche caía sobre esa pequeña ciudad y las personas se encontraban plenamente en los brazos de Morfeo.

En una pequeña casa, el sonido del reloj era lo único que se podía escuchar, la chimenea iluminaba levemente una sala de estar adornada con tonos rojos y Burdeos, combinando todo con los fríos colores de la noche que se colaban por pequeñas separaciones de las cortinas de terciopelo.

Sentado en uno de esos sillones, con la mirada perdida en el fuego se encontraba un hermoso chico de ojos verdes como un par de esmeraldas, una mirada hermosa para cualquiera, pero que guardaba un gran dolor en ella, pequeñas lágrimas escapaban de ese par de bellas joyas y se deslizaban por sus mejillas regordetas.

Mientras más miraba el fuego más irreal se sentía todo, sentía que poco a poco todo ese peso qué llevaba años en sus hombros desaparecía, comenzaba a sentirse ligero de nuevo y el aire parecía cada vez menos pesado, ese nudo en su garganta que lo había torturado cada día durante los últimos dos años poco a poco parecía desenredarse y, al fin, se sentía liberado de esa agonía...

—¿Por qué lloras amor mío?—.

A las espaldas del joven un chico pálido, de mirada y cabello oscuro como la noche, le susurro con dulzura estás palabras.

Con miedo y asombro el oji-verde se levantó de su asiento y giro en dirección al otro chico.

—Yoongi...—.

Sentía como si su corazón hubiera comenzado a latir nuevamente.

—Aquí estoy cariño—. El pelinegro le dedicó una hermosa sonrisa al oji-verde, esa sonrisa que tanto había deseado ver durante todo este tiempo.

La oscura mirada lo observaba con cariño y el hermoso pelinegro extendió su mano en su dirección con elegancia.

—Ya nada importa Jungkookie, ven... Concédeme este último baile—.

Lentamente Jungkook se acercó a Yoongi, con delicadeza acaricio la mejilla de su amado y no pudo aguantar esas gruesas lágrimas y gemidos lastimeros que hace tiempo querían escapar, con cuidado Yoongi acaricio la mano que descansaba en su mejilla, la beso y termino dejándola en su hombro, con su mano libre agarro con fuerza la cintura de Jungkook y comenzó a cantar una dulce melodía que revolvió con fuerza la memoria del oji-verde...

—Et dans le bruit, je cours et j'ai peur
Est-ce mon tour?
Vient la douleur...—.

Jungkook apretó con fuerza el hombro de Yoongi y le sonrió con dolor, mientras en su mente se repetían los momentos que pasaron juntos, ambos comenzaron a mecerse al son de la voz de Yoongi y con algo de vergüenza el oji-verde lo acompaño en su canto, tal cual los viejos tiempos.

—Dans tout Paris, je m'abandonne
Et je m'envole, vole, vole, vole, vole, vole—.

La luz de la luna iluminaba los rostros de ambos, mientras estos se perdían en la voz del contrario.

—No sabes cuánto extrañe tu voz, conejito—.

El oji-verde solo se apoyó con cuidado en el pecho de su esposo y, aún con lágrimas deslizando por sus mejillas, pudo sentir esa paz, ese calor, ese amor que tanto había extrañado.

—Yo también te extrañé—. Levantó la cabeza y junto su nariz y frente con la de Yoongi, lo atrajo hacia él con cuidado y aferró sus manos a su uniforme, con miedo a que fuera a irse de nuevo, a desaparecer, no quería estar otra vez solo.

—No te preocupes cariño, está vez no me iré... no sin ti—. Hablo con dulzura sellando todo con un beso, el oji-verde se sintió volar, se sintió amado, sintió paz, parecía que todo ese dolor que guardaba su corazón lo abandonaba de una vez, al fin se sentía libre...

—¿Oíste lo que pasó con Jeon?—.

—Sí, es una lástima, de todos modos él ya estaba medio loquito desde lo de Yoongi—.

—Bueno, lástima, era muy joven, pero como dices, se notaba que después de que asesinaran a Yoongi se le chifló un tornillo, algunos dicen que en ocasiones se ponía a hablar solo, o que aún lavaba la ropa de Yoongi y le servía un plato de comida—.

—De todos modos, yo creo que sí a ti te matan a tu esposa pues también te pondrías mal—.

—Obvio, cualquiera se pondría mal, pero no sé si para tanto, yo creo que Jeon tenía problemas desde antes—.

—Mira, en cierta parte lo entiendo, ya sabes con eso de que eran una pareja de hombres, pues se nota que la tuvieron difícil... Pero bueno, ya nada se puede hacer—.

—¿Sabes cuándo lo entierran, o si se apareció algún familiar?—.

—No, pero Chae, la de la panadería, y su esposo dijeron que van a pagar el entierro, creo que lo pondrán al lado de Yoongi—.

—Bueno, al menos podrán estar juntos de nuevo, ¿no?—.

Una risa incómoda salió de ambos vecinos, los cuales se habían levantado con la noticia de que Jeon Jungkook, el viudo del policía Min Yoongi, se había suicidado en la madrugada.