Capítulo 1

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Domingo, 23 de marzo 2014.

Me despierto por la mañana, medio sorda por los intentos de mi madre para levantarme.

- ¡¡¡¡ Coral, despierta yaaa !!!!

Con pelos de bruja he bajado a desayunar y a abrir mis regalos, ya que hoy es mi cumple. Pero tampoco estoy muy ilusionada que digamos. La mayoría son regalos que, para que mentir, no me gustan mucho pero yo pongo sonrisafalsa y todo solucionado. Los únicos regalos que más me apetece recibir son el de mi madre y el de Gabi.

De repente he escuchado la puerta de la entrada y a mi madre tan encantadora, como siempre, saludando a el invitado. He tenido que dejar de escribir en mi diario, porque la mañana se me ha pasado volando y ya se ha hecho tarde.

Bajo las escaleras corriendo y por cierto, casi me mato en una de ellas y ahí está él tan guapo como siempre. Cuando veo que me empieza a mirar mal, me doy cuenta de que llevo demasiado tiempo mirándole y se me enrojece la cara como un tomate << ¡Coral saludale! >> me digo a mí misma pero el se adelanta y me dice:

- Hola Coral - saluda poniendo una de sus mejores sonrisas. - Felicidades guapa y que yo esté ahí siempre para ayudarte.

- Gabi! Gracias por pasarte no tenías porque hacerlo. Y si, siempre que podamos lo celebraré contigo. - << No quiero celebrarlo con otra persona en mi vida y te quiero besar cuando sonríes de esa manera.>> Añade mi subconsciente.

- ¿Quieres que vayamos a dar una vuelta por tu barrio?- Dice él acto seguido, como si me estuviese leyendo el pensamiento.

- Claro, espera a que me cambie- entonces me doy cuenta, de que sigo con mi pijama de mickey mouse y de lo ridícula que estoy.

Subo a mi habitación y cojo lo que siempre llevo; mi sudadera de OBEY, mis mallas negras y unas vans blancas.

Bueno a lo mejor no esta tan mal estar un día con él y pasar tiempo a su lado, estoy deseando ver su regalo.

Vamos paseando por la calle dando un paseo largo. Y entonces me coje de la mano y en corazón me va a mil por hora. Intenté no ponerme roja porque eso es un poco.... En fin me temblaban las piernas porque... Era tan perfecto! Cuando íbamos andando, no sabia que decir así que se me ocurrió la típica pregunta tonta que luego te arrepientes. Le dije que qué le gustaba hacer y él me contestó que le gustaba mucho el fútbol, le gustaba leer y que le gustaban mucho gatos y que tenía un gato negro (...mi chico ideal....).

Cierro mi diario pensando en la perfecta tarde que hemos pasado. Para algunas chicas como yo no sería el 16 cumpleaños perfecto, pero para mí ha sido de los mejores. Su regalo, a mí me ha encantado; aunque me hubiera regalado algo súper feo, me habría encantado. Pero me ha regalo una preciosa pulsera de charms plateada con un infinito, un pequeño libro y un corazón. Me encanta, nadie me había regalado algo así. ¿Y si Gabi siente también algo por mí? No, es imposible que alguien como el esté por alguien como yo.

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora