2. El Comiendo de mi Plan

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Narra Marina:

Me levante y me dirigí al baño, entre en este y me despoje de mi ropa, entre a la ducha me bañe un buen rato y salí, busque en mi gran armario y me puse esto (Multimedia) y después comencé a hacer mis maletas, hoy me iría al lugar donde comenzaría mi plan, Storybrooke, después de hacer mis maletas baje a desayunar, al llegar a la cocina vi a mi sirvienta Amelia preparando el desayuno

-Buenos días señorita- dijo Amelia

-Dios Amelia cuantas veces le he dicho que me llame Marina- dije con el ceño semi-fruncido

-Ok seño- la vi con una cara asesina por local ella rio- digo Marina

-Mejor-dije con una sonrisa-y que haces

-Tu platillo favorito, hot cake de chocolate con crema batida y fresas

-Súper

-Tome- dijo dejándome el desayuno frente a mí- buen provecho

-Gracias-ella se retiró a lavar los trastes-Amelia- ella levanto la cabeza

-dígame

-Yo me voy de viaje, hoy así no tienes más trabajo hasta nuevo aviso- y comencé a comer

-Pero se va hoy y el avión, ya tiene los boletos me imagino- dijo terminando de lavar los trastes y secándose las manos, para luego acercarse a mi

- en realidad no- dije terminado de comer- sabes que tengo magia y puedo utilizarla cuando y donde yo quiera – dije con una pequeña sonrisa malévola

-mm ok, y se puede saber porque vas y por cuanto tiempo- dijo sentándose frente a mi

-bueno voy porque quiero encontrar a mi verdadera madre y hacerla pagar por abandonarme y no sé por cuánto me quede supongo lo necesario

-ok, pero no creo que la venganza sea muy buena

- a no, no vayas a comenzar con tu sermón de que la venganza-dije  levantándome para poner mis plato en los trastes

-no es un sermón Marina, es por tu bien, que pasa si en realidad Regina no te abandono, te conozco bastante bien, te vas a arrepentir y lo sabes

- ya deja de decirme que hacer o no con mi vida- dije gritando- ese es mi problema no es tuyo, así que ya basta si quieres ve y dales sermón a otros no a mi

-Marina- dijo con vos asustada

-que- volví  a gritar  

- tu… tus manos- volvió a decir con una cara de susto

- que tienes mis ma…- dije y pude ver que en mis dos manos había dos bolas de fuego-lo siento-dije apagando el fuego de mis manos- solo que sabes que no me gusta que me traten de controlar-dije un poco más tranquila

-  ok pero sabes que solo te quiero aconsejar y quiero lo mejor para ti

- lose y te lo agradezco- dije acercándome a ella y abrazándola- bueno mira la hora- me separe y vi al reloj que estaba en la pared- me tengo que ir-

- ok pero cuidado, no sabes que es lo que te espera allá en…-dijo como para que yo le dijera a donde iba

-Storybrooke, vamos que no quiero llegar tan tarde- caminamos hacia la sala he hice aparecer mis maletas con magia-bueno me voy espero que estés bien y cada semana te estaré mandando dinero

-ok- m vio con unos ojos que no me gustan mucho- mi niña cuídate no me dejes de contar como vas en tu búsqueda, te quiero- me abrazo

- y yo a mi Amelia pero ya no quiero llorar así que adiós- me aparte un poco voltee la cara, la mire y ella solo me miro y me dijo

-hastaluego te quiero- sonreí, agarre mis maletas, cerré los ojos y desaparecí en una nube de humo violeta.

Cuando abrí los ojos me encontraba en una carretera vi a todos lados tratando de recordar donde estoy y solo tenía que avanzar unos paso y entraría a Storybrooke, lo bueno es que no tengo que esperar que nadie me invite pasar, con mis maletas en mis manos camine maso menos medio kilómetro hasta que sentí que entraba a una especie de barrera de protección y vi un letrero que dije bienvenido a Storybrooke, mi sonrisa no podía estar mejor ahora que comience mi plan

La Hija de la Reina MalvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora