Capítulo Uno

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Cuando Kuroko cumplió cuatro años sus padres se separaron. Kaoru y Haru Kuroko ya no se soportaban cada uno consiguió una nueva pareja y se dividieron, todo fue silencioso hasta el día en el que se marchaban de la mansión Kuroko en Tokio.

Tetsuya fue sentado en uno de los sofás que su madre adoraba tanto, sus padres se sentaron frente a él y lo hicieron mirarlos. Kuroko sabía, a pesar de lo silencioso que fueron él lo supo, sus padres ya no se querían.

–Tetsuya – comenzó su madre con su característica voz fría – ¿Sabes porque queremos hablar contigo? – asintió y su madre lo miro con aprobación.

–bien, eso hace las cosas más fáciles, entonces. Tu madre y yo ya no nos queremos... Hace mucho tiempo que no nos queríamos, incluso antes de que nacíeras, no es tu culpa y tampoco te culpamos por nada –su padre hablo mientras tocaba su hombro, Tetsuya asintió.

–ambos nos enamoramos de otras personas y queremos estar con ellos... Pero no podemos llevarte... ¿Tetsuya sabes que te amamos verdad? – asintió de nuevo.

–eres un Kuroko y un Hibari así que debes saber que debes mantenerte fuerte ante todo– su padre hablo una vez más, él sabía, debía ser fuerte.

–si ustedes se van... ¿Que pasará conmigo? – pregunto, no se concentraría en pedirles que se quedarán... Eso seria cruel para ellos, obligarlos a pesar de que debían quedarse por él, pero no le enseñaron a ser egoísta.

– Tendrás una niñera de tiempo completo contigo, ella tomara nuestros lugares así que no estarás solo. Tetsuya sabemos que estarás bien, siempre haz sido tan inteligente, realmente heeredaste la inteligencia de los Kuroko... Y los Hibari –su madre comento dudando de lo último, su padre frunció el ceño pero no dijo nada.

–confiamos en ti y siendo un Hibari sé que serás leal a la familia... Cierto y un Kuroko – su padre regreso con una sonrisa a su madre, Tetsuya se rió por las peleas silenciosas de sus padres, podrían odiarsé pero nunca pelearon a gritos como los demás, siempre eran tranquilos y discretos así que solo asintió.

–bien, Tetsuya, siempre responderemos a nuestros teléfonos así que si necesitas ayuda puedes llamarnos, no dudes en que vendremos a ayudarte. No olvides que te amamos.

Eso fue lo último que sus padres dijeron antes de irse y formar nuevas vidas.

Kuroko estuvo solo durante un tiempo, se encargó de acostumbrarse a qué él ya no tenía padres, solo dos personas que lo tuvieron y se fueron, solo dos desconocidos que lo amaban y que él amaba a pesar de todo.

Una semana después su niñera apareció, ella era Oga Misaki una mujer ruidosa y ruda, Tetsuya se oculto en su cuarto y se negó a salir.

–vamos Kuroko sal de ahí, tenemos que conocernos y contigo encerrado allí no podremos hacerlo– su niñera siguió tocando la puerta, como en los seis días anteriores, si era sincero estaba asustado de la mujer, ella era aterradora. Estaba oculto debajo de sus sábanas justo cuando escucho la puerta ser abierta, grito de terror por dentro, incluso más fuerte que cuando sus primos Hibari llegaban de visita y se mordían hasta la muerte entre si.

Tetsuya grito muy bajo cuando lo cargaron y lo pusieron sobre un hombro femenino con músculos.

–vamos al patio pulga – su niñera se rió estruendosamente mientras corría por la mansión hacia el gran patio de su hogar.

–Oga-san por favor no quiero ir, yo... Yo...

–¡No digas tonterías Tetsuya, nos divertiremos, ya lo verás! – Oga grito contenta mientras arrojaba a Tetsuya en el patio.

––

Kuroko estaba muerto, metafóricamente muerto.

Se aferró a un árbol mientras Oga intentaba alcanzarlo

Kuroko Tetsuya Y El Secreto de las sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora