I. Leave out all the rest

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POV Annie

La recuerdo claramente, como si fuese ayer y estuviese nuevamente en el umbral del salón, vestida de negro, con una playera a rayas blanco y negro, unas botas de casquillo con múltiples cinturones hasta las rodillas, con el brillante cabello, tan obscuro como su ropa, atado en dos coletas a los lados de su cabeza, que le daban un aire infantil. Pero su mirada no tenía nada de infantil. Sus ojos de acero no parecían inocentes en absoluto. Parecían casi negros. Vacuos.
No parecía fijar su vista en nadie en especial. Al menos no hasta que apareció Eren Jaeger.

Por alguna razón, me irritó.

De pronto, parecía como si todos hubiesen desaparecido y su atención solo se enfocó en él. Le pasó una cerveza y lo presentó con el resto de la banda, como si cualquier cosa. Eren ni siquiera sabía de música, pero allí estaba ella, desplegando todo su encanto, dejando de lado la actitud indiferente y sin interés del inicio, para hacerlo sentir más cómodo entre los extraños.

Supongo que se preguntarán cuál es mi papel en todo esto o por qué estaba yo allí entonces.

Yo cantaba en la banda. Mikasa tenía poco tiempo en ella. Yo ensayaba mucho y apenas si lograba seguirle el paso. Mikasa, en cambio, tenía un talento natural. Su voz es soprano. Yo soy mezzosoprano. Hay una enorme diferencia, aunque pareciera casi imperceptible. Mikasa puede alcanzar notas muy agudas en sólo segundos, segundos que para mí son oro y que me representan el triple de esfuerzo.

Mi capacidad es enorme, no voy a negarlo tampoco y solía acabar con las cuerdas vocales destruidas para el final del día. Solía practicar hasta 6 horas para conseguir una voz que pudiera igualar la suya, aunque finalmente, el líder de la banda decidió conservarla en ella porque podía hacer todas las armonías que quisiera con destreza y trató de facilitarme la situación. Todos ensayábamos con la finalidad de entrar al Conservatorio de Música  y entre mejor sonáramos en conjunto, mayores serían nuestras posibilidades de ingresar como grupo y no que eligieran solo a uno o dos. Claro que Reiner jamás pensó que su decisión pondría a Mikasa en el mapa en primer lugar. Estúpido.

Sin embargo y a pesar de su talento, Mikasa tenía un problema y solíamos discutir bastante.

A la princesa no le gustaba la competencia.

Teníamos que hacer equipo. Cantar no es fácil si no tienes disposición ni disciplina y a ella simplemente aquello no se le daba. Parecía más rebelde de lo que cabría esperar. Con su talento no iba a avanzar si no se disciplinaba. Pero parecía tan pagada de sí misma cuando cantaba, que era imposible penetrar su coraza. Reiner le exigía, pero al mismo tiempo reforzaba más su actitud permitiéndole cosas que a los demás generalmente no. Como aquello. Su novio inútil en el ensayo.

Es verdad que todos sabíamos de la existencia de Eren Jaeger, porque Armin, el baterista, era su mejor amigo y solíamos verlos seguido en la universidad. Pero también era verdad que una cosa es que tengas que ver a alguien circunstancialmente y otra era tenerlo bebiendo cerveza y haciendo chistes idiotas en las dos horas de ensayo, que además nos costaban a todos, pues pagábamos el tiempo del salón.

Aquella tarde, luego de terminar la práctica, salí especialmente molesta, sin saber realmente por qué.

Esa chica ni siquiera me miraba.

Y eso me irritaba.

Me irritó de tal modo, que me dirigí directamente a Reiner en el estacionamiento, solo para decirle que saldría de la banda y me presentaría sola en la audición si se me permitía, para el proceso de la beca en solitario que me sería prácticamente imposible ganar por el volumen de participantes en el proceso, en vez de entrar como grupo, con la beca asegurada, pues en nuestra universidad no había mejor grupo que nosotros.

ObviousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora