Narra Narradora
Ikki: Hermano!! Tienes que despertar!! -Grito Ikki sosteniendo la cadena de Andrómeda con su mano derecha, la cadena apretaba fuertemente su brazo al punto de casi volverlo morado - Shun!!
La llegada al castillo de Hades fue fácil, demaciado para ser verdad, los caballeros esperaban alguna trampa, algun oponente, algo que les impidiera llegar a su destino, pero se equivocaron, al menos eso pensaron, si, no había obstáculos en el camino y justo eso era lo malo.
Al entrar a la sala principal del castillo fueron recibidos por dos de sus compañeros, recibidos por sus hermanos del alma, pero algo tenían de diferente, sus ojos, no mostraban brillo alguno sus movimientos eran distintos a los que usaban siempre, incluso la manera en la que caminaban era extraña.
Los tres caballeros intentaron acercarse a sus hermanos, pero al intentar tocarlos estos se pusieron a la defensiva atacando sin ton ni fa, solo teniendo un objetivo, matar a los caballeros que tenían delante de ellos.
Golpes iban y venían, Nada parecía poder despertarlos, miraron a Hades quien solo se había quedado estático ante aquello, el antiguo dios del inframundo parecía querer moverse para ayudarlos, pero aparentemente estaba paralizado, siguieron en aquella pelea en la que ninguno quería participar ¿Como participar en algo en donde solo uno viviría? En ese lugar en donde tendrían que matar a un miembro de su familia.
Ikki: ¡¡Hermano despierta por favor!! -Volvio a gritar tirando sin poner resistencia a los ataques, no quería lastimar a su hermano, no queria dejarlo o mejor dicho, no quería que el lo dejara.
Pero algo interrumpió aquello, unos leves aplausos y unos pasos se escucharon cercanos a ellos, al escuchar eso tanto el caballero ee Andromeda como el caballero Dragón dejaron de atacar, quedando estáticos como si de muñecos se trataran
Leviatán: Felicidades, lograron llegar al castillo, esto amerita una celebración- Hablo el demonio delante de ellos con una sonrisa cínica delante de todos
Ikki, al ver a aquel hombre de dejo ir contra el intentando darle un golpe, acto que el ser delante de él esquivo, iba a intentarlo de nuevo pero algo lo detuvo, un grito de dolor pero no cualquier grito, era el grito de su hermano.
Se giró para poder mirar que era lo que le ocurría, por lo cual un nudo en la garganta se formo, Shun, estaba mirando el techo con una marca de quemadura en su cuello, lagrimas caían de los ojos del peli-verde, la quemadura se hacía notar en un tono rojo vivo.
Leviatan: Intenta ponerme un dedo encima y esa cosa que tiene tu hermano en el cuello... se encenderá y no quedará nada de el - Dijo un una leve sonrisa hipócrita en sus labios
No podían hacer nada, no podian golpear a leviatán, no querían dañar a sus compañeros, a su familia
Amargas lágrimas se dejaron ver en los ojos del Fénix, se quizo acercar a su hermano pero cuando este lo sintió cerca atacó con sus cadenas, como si lo tomara como una amenaza, como si el fuera el enemigo
Ikki: Hermano, soy yo, Ikki, tu hermano mayor - Hablo un poco desesperado acercándose a el pero de nuevo la cadena se le dejo ir un un ataque defensivo.
El chico apretó las manos, miró de nuevo al demonio que veía divertida aquella escena, sentado en el trono que anteriormente le pertenecía a Hades.
Rabia, eso es lo que los caballeros presentes sentían, ¿Cuanso podrían ser felices? ¿Cuando podrían vivir sin preocupaciones? ¿Cuando?.
Ikki: ¡Hermano por favor despierta! - grito acercándose corriendo a el, importandole una mierda las cadenas, las cuales esquivó, pero al llegar a él un fuerte golpe le fue dado en el estómago lanzandolo al otro lado de la habitación- ¡Hermano! - Volvió a llamar.
Hyoga: ¡Shiryu por favor! - Se escucho del otro lado, llamando la atención de Ikki, el caballero dragón no estaba en mejores condiciones, dolia, joder dolía mucho ver a sus hermanos así.
Intentando acercarse de nuevo fueron detenidos por Seiya, quien miraba la situación con enojo, no le gustaba este lugar, le traía recuerdos que preferido olvidar, su amigo en ese trono en el que actualmente se encontraba Leviatan, miró a Hades, quien actualmente estaba a su lado, recordando cómo había tomado el cuerpo de su amigo, quien ahora era inconciente de lo que estaba ocurriendo.
Seiya: ¡Devuelvelos! - Susurro con rabia mirando el suelo, ese no era el, y lo sabia, pero no podía seguir recordando todo lo que vivió en ese lugar, en el lugar en el que casi mataban a Shun, en el lugar en el que casi se manchan las manos de la sangre de su amigo.
El demonio solamente los miraba divertido mirando a sus ahora "Marionetas" más no hizo nada, solo re río mirando a su lado a Zeus quien se mantenía con los brazos cruzados.
Hades: ¡Hermano! Hablemos porfavor- Pidió intentando acercarse pero fue detenido por un campo creado por rayos.
Zeus: ¿Ahora si quieres hablar? ¿¡Después de encerrarme por más de mil años en esa cosa?! ¿¡Después de traicinarme?! - Pregunto mientras se acercaba hasta quedar frente a frente con su hermano mayor - No, ahora soy yo quien no quiere hablar.
Los ojos de Seiya se prendieron aún más acercándose a Leviatan, estaba furioso, sentía su cosmos arder, sentia su ira crecer, no le importaba en lo más mínimo aquel campo que desgarraba su piel, el solo quería a su familia bien.
Seiya: Dije... ¡¡Devuelve me a mis hermanos!! - Grito agarrando de la túnica a Leviatan mirandolo con algo que pensó nunca sentir, con algo que creyó jamás experimentar, con un sentimiento que incluso se había jurado nunca sentir.
Si, anteriormente tuvieron que pasar por eso, si anteriormente tuvo que perder a sus compañeros pero estaba cansado, cansado de la hipocresía que había experimentado en la tierra, estaba cansado de ser el niño bueno, ese niño se había roto cuando Shun había muerto.
Se habia quebrado cuando miro y sintió el frío cuerpo de uno de sus mejores amigos, no lo perdería otra vez por el capricho de otro idiota.
Si, estaba mirando a Leviatan, a ese demonio que los había retado, con odio, con más odio del que alguna vez creyó experimentar.
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Nos Volvemos a ver
ПриключенияSegunda temporada de No es un simple adiós Después de la muerte de Shun los caballeros decidieron separarse, la vida era tan monótona y triste, o eso pensaron... Un nuevo enemigo... Pero no un Dios... sino un demonio Leviatán... El nuevo enemigo qu...