sexta pieza

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Y en una leve charla, aclaramos muchas cosas, me senti muy emocionada, como cuando un niño quiere abrir ya su regalo de navida, sentíamos lo mismo.

En una pequeña muestra de afecto te di lo que a nadie le había dado. Eramos dos personas acostumbradas al dolor y con miedo a volvernos a caer, pero dispuestos a dejar todo aquello atras y darle paso al querer amar, tener una nueva oportunidad y volver a juntar las piezas aunque estuvieran muy rotas.

Unirlas doleria, pero el resultado valdria.

de un corazón de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora