PENSAMIENTOS

56 9 11
                                    

LANDERS

En su temporaria oficina de mala muerte, Landers se hallaba sumamente sumergido y concentrado en leer el diagnóstico que Aron escribió acerca de Helena. En su mano izquierda sostenía el papel, y en la derecha su dedo pulgar e índice apretaban un grueso habano. Landers daba largas caladas en cierta cantidad de segundos. Según la información, Helena sufría estrés postraumático debido a la muerte de su madre. Pero eso no fue suficiente hostigamiento. También poseía raros hábitos alimenticios seguido de un extraño comportamiento que eludía gracias a su gran soporte emocional llamado "Ed". Helena evitaba constantemente comer carne, especialmente la roja, y para controlar su apetito por ese alimento solía reemplazarlo por postres. El origen de estos hábitos guardaba una aterradora historia de su linaje nativo. Un hecho ocurrido siglos atrás que ninguna persona de la tribu pudo evadir y sigue siendo un misterio para el mundo.

Marcell, el peor enemigo de Landers y padre biológico de Helena, se encargó de hacerle la vida imposible a su propia hija de sangre siguiendo una ambición que trataba de apoderarse del linaje. Es aquí donde se reúnen varios datos interesantes. Primero, Helena jamás conoció a su padre pero este sí a ella. Segundo, cuando Marcell se enteró de la existencia de Helena, su hija, intentó raptarla en el hospital pero fracasó miserablemente gracias a Landers. Tercero, Angrboda, difunta madre de Helena, era la última de su linaje hasta enterarse que estaba embarazada, razón suficiente para entender por qué ocultó dicho embarazo de Marcell. Cuarto, todos sabían que Helena es mestiza; sin embargo, la sangre nativa predominó más que la española, convirtiéndola en la última descendiente. Por ende, no cabe duda que Helena se llevaría consigo a la tumba el gran dominio que cualquier ser humano sería capaz de encontrar.

Cada renglón valía oro para Landers. A pesar de haber ayudado innumerables veces a Angrboda, todavía la extrañaba y sentía su ausencia. Cada día de su vida lamentaba no haber intervenido en la muerte de la madre de Helena pero esa noche tuvo que elegir salvar a la madre o a la hija. Obviamente tanto él como Angrboda no dudaron en sus elecciones.

Landers admiraba la resiliencia de Helena y lo mucho que se parecía a Angrboda, tanto física como sentimentalmente. Helena era la viva imagen de su madre. Seguía sin creer como una niña soportó tanto sufrimiento desde nacimiento ya que jamás mostró actitudes de querer acabar con su vida. 

No obstante, el informe dio paso a lo macabro: La maldición del linaje nativo. Angrboda, antes de morir, le advirtió a Landers que controlar las actitudes de Helena no serían una tarea fácil de desempeñar. El ritual de Helena aparecía una vez por mes y duraba una, dos o más semanas, dependiendo del apetito que su cuerpo demandaba. En ese lapso es considerada demasiado peligrosa hasta el punto que la única solución de tenerla bajo control, asegurando la vida de terceros, era enterrarla y dejándola en penumbra hasta que todo acabe.  Previamente a ese ritual Helena empieza a tener comportamientos que la delatan, tales como aislarse, perder el apetito, dejar de hablar, soportar bajas temperaturas bajo cero, mirar un punto fijo, jugar constantemente con sus uñas y dedos, tararear cosas inteligibles entre otras. Pero cuando todo finaliza es ella misma quien rompe el silencio y ordena ser liberada.


— Esto es interesante —masculló Landers, expulsando humo de su boca—. Cualquier ordinario se asustaría si la conociera. Recuerdo que Angrboda sabía dominar a la perfección la maldición de su linaje pero a Helena le falta mucho entrenamiento para lograrlo.

No cabe duda que, después de la muerte de Angrboda, las dos únicas personas que controlaron los rituales de Helena fueron Eric y Ed, especialmente este último. Si bien Ed estuvo para tranquilizar a Helena todos esos momentos cuando ella no tenía control de sí misma, él ya no formaría parte de la vida que Landers estaba dispuesto a darle a la joven. A partir de ahora, la secta en conjunto debían cuidar que Helena no asesinara a nadie en el proceso. Los únicos miembros, incluyéndose, que Landers pensaba que eran los más capacitados eran Steffan y Aron. Pero todo dependía de la relación que ella estableciera con los dos.

𝐒𝐀𝐍𝐆𝐔𝐈𝐍𝐀𝐑𝐈𝐎𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora