... mi novio y mejor amigo, Alex, era una persona muy importante para mi pero la noche del día de su cumpleaños de hace 2 años desapareció junto a otros chicos, como lo que probablemente me pasará a mi. Desde aquel día no dejé de buscarle porque no soportaba la idea de pensar que no podría volver a verle, ni notar sus cálidas manos cuando llamaba a mi casa en plena noche para ir a pasear por las calles frías de Nueva York, ni cuando me decía que siempre estaría ahí para protegerme, aunque quizá debería haberle protegido más y ahora estaría aquí y seríamos felices juntos.
En cualquier caso, nunca dejé de buscarle y nunca perdí la esperanza, porque en esos casos la esperanza es lo único que te queda en lo que confiar.
Cuando desapareció Alex entré en una depresión que, poco a poco fui superando con ayuda de Andrew que estuvo siempre a mi lado y me ayudó mucho.
Normalmente siempre estoy con él investigando por la ciudad, buscando algo con lo que distraerme, o simplemente paseando y hablando como personas normales.
Hace 15 minutos me ha llamado Andrew y me ha propuesto ir a La Caja, un lugar que no conoce mucha gente, o eso creemos nosotros, una estructura metálica con forma de cubo a la que nos subimos a ver amanecer.
Está cerca de una nave abandonada a la que nunca hemos entrado, está a 10 minutos andando desde mi casa, y debería salir ya.
Nada más llegar me siento en el borde y veo como va saliendo el sol y pienso en todos los días que he venido y los pocos días que me quedan para disfrutar de las vistas o a lo mejor no, quien sabe.
- Hola Em- Oigo decir a Andrew, le sonrio y le hago un gesto con la mano para que se siente a mi lado. Cuando lo hace veo que tiene ojeras y los pómulos marcados, como si no hubiera dormido bien.
- ¿Estás bien?- Le pregunto, y por la cara que pone sé que está preocupado por algo.
Él niega con la cabeza y vuelvo a preguntar:
- ¿ Qué te ocurre? Sabes que te conozco y que lo acabaré adivinando- él esboza un indicio de sonrisa que vuelve a apagarse y se pone serio.
- Estoy preocupado- Dice por fin- ¿ Y si nos pasa como a los demás chicos y nunca nadie vuelve a acordarse de nosotros?
- También he estado pensando en eso- Respondo- Pero en el caso de que nos pase siempre nos tendremos el uno al otro.
- Em yo he nacido un mes después que tu así que estarías sola en donde quiera que te llevaran, hasta que yo llegara- Dice él, mientras en mi cabeza se forma esa posibilidad en la que si que no había pensado.
- No tiene por qué ocurrirnos eso a nosotros- Contesto, no muy convencida- Mira a Nick, el de los Kensington, por ejemplo, a él no se lo llevaron.
Se limita a asentir con la cabeza y nos quedamos mirando el cielo un buen rato.
- Deberíamos ir a hablar con él- Dice de repente- Igual puede decirnos que hizo la noche que se llevaron a todos menos a él.
No me parece mala idea así que digo:
- Está bien, mañana a esta misma hora y más te vale no llegar tarde o me iré sin ti- Y le doy un empujón.
Él se ríe, la primera vez que le veo hacerlo hoy. Me quedo pensando, quedan seis días, ha empezado la cuenta atrás.

ESTÁS LEYENDO
El misterio de La Caja
RandomUn libro lleno de sorpresas, elecciones y amistad. Muchas veces la historia no es lo que parece hasta el final...