||Capítulo uno||

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RIIING, RIIING, RIIIING

Uff es la tercera vez que suena el despertador.Las dos ultimas veces que ha sonado lo he apagado de un golpe,pero como me conozco demasiado bien lo tengo configurado para que suene varias veces. Mis ganas de ir al instituto son entre cero y ninguna,pero como dice mi madre,es mi obligación. Lo mejor es que salga ya de la cama,o volveré a llegar tarde.Me dirijo a mi armario para vestirme y, como todas las mañanas cometo el error de mirarme en el espejo del armario mientras me desvisto. Ayer no curé bien las heridas de mis antebrazos y tengo sangre seca por todo el brazo. Miro hacia mi estomago y sonrio,parece mentira que en solo un par de días ya se hayan curado lo hematomas producidos por el "pequeño accidente" que tube en clase. Mierda menos cuarto como no salga ya no llego. me meto en el baño y corriendo me visto y arreglo minimamente, cojo mi mochila que por suerte ya tenía los libros dentro y salgo de casa.Mis padres estaban durmiendo asique no hay problema con el desayuno que no me he tomado.

Una vez en la calle me coloco la chaqueta y lo cascos,pongo la música a tope y empiezo a andar en dirección al instituto. la verdad es que a estas horas las ganas de escuchar música no son muchas pero es eso o escuchar las idioteces de mi veino y sus amigos,que siempre salen detras de mi. Su afición favorita es meterse conmigo,ya sea dentro o fuera del instituto,aunque no son lo peor de mi dia a dia.Lo peor de mi día a día es él, el tio bueno del instituto,al que todas la tias quieren.Su nombre es Carlos y me odia. Va a mi clase desde... bueno la verdad es que hemos ido a la misma clase toda la vida. Cuando eramos mas pequeños no nos llevavamos muy mal, pero desde que un día le dije que me gustaba,cosa que siempre había sido cierta,decidió hacerme la vida imposible.Una vez llegamos al instituto él se hizo el mas popular y todo el mundo le hacía caso.Ahora no hay una sola persona a la que yo le caiga bien gracias a él.

-Señorita Cáliz llega usted tarde

Le asiento al profesor y con un gesto me disculpo.No puedo decirle que he llegado tarde porque me he dormido,otra vez.Miro hacia mi sitio habitual de ultima fila donde siempre estoy sola,menos hoy.Para mi gran suerte,nótese la ironía, junto a mi mesa estaba Carlos.Me siento sin mirarle *evita el contacto visual* pienso,pero no sirve de nada.Mientras el profesor explica él coge una silla y se sienta a mi lado.

-Que tal van esos moratones princesa?- Dijo apretando mi estómago,él sabía de sobra que aun me dolían los hematomas,él era el que los provocaba siempre

-Dejame- No me atreví a mirarle a la cara,tenía miedo

-Mírame cuando te hablo estúpida,si te hago una pregunta es para que me contestes vale?

-Intento atender en clase,por favor Carlos- Una lagrima resbaló por mi mejilla izquierda,ya no del miedo a lo que pudiera decir,era del dolor que me producia su mano apretando mis moratones

-Mira, gorda asquerosa, tu obligación es contestarme a una pregunta cuando te la hago,yo que había venido sin estar cabreado.Cuando toque el timbre te esperaré en la puerta,como no aparezcas atente a las consecuencias.

Antes de irse me propinó un arañazo en el brazo,provocando asi que se abrieran mis recientes cortes.También sabía de sobre que me cortaba.Sabía demasiado de mi. En este momento solo podía llorar.Ahora si que era de miedo.Cada vez que queria verme en la puerta era para pegarme una paliza.Una paliza que apareciera o no iba a darme. Pero este no era el momento de pensar en el chico rubio que me esperaba en menos de una hora para pegarme.Ahora era momento de centrarme en la clase si no quería volver a suspender,aunque iba a ser dificil ya que en poco mas de un minuto ya había manchado las mangas de la camiseta con la sangre de mis cortes abiertos,no sabía como cerrarlos,no sabía como huir,no sabía. De vez en cuando notaba la penetrante mirada de carlos sobre mi,y yo no podía evitar mirar esos ojos color miel verdoso.... Me odiaba por mirar esos ojos,porque cada vez que lo hacía me enamoraba un poquito mas de él.Me odiaba a mi misma por amar esos ojos,esa piel blanquezina,ese tupé rubio que salía por encima de la bandana de su frente.Me odiaba por amar al mismo chico que me maltrataba,el que era culpable de mis males.

Te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora