Epilogo

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"Quien te ama en la oscuridad"

"Barbatos"

No sabía cómo había pasado, simplemente me di cuenta muy tarde. Estaba incluso anonadado ante la más mínima idea, pero, sin duda era la única forma en la que se podrían expresar mis sentimientos por ti, por más loco o descabellado que sonara era una realidad irremediable; Estoy perdidamente enamorado de ti. Loco seria poco y un gran insulto para mi estado actual, pero si, no hay alguna palabra que pueda referirse al grado en el que me has enloquecido, a menos no en ningún dialecto de tu raza, mi pequeña y dulce humana, pero sí. Estoy locamente enamorado de ti.

No, no temas mi pequeña humana. Mi amor no es tan simple como el amor de un amante, a pesar que ese amor es en sí muy difícil de explicar, más para alguien como yo, más para algo como yo. No, yo te amo, te amé y siempre te amaré con la misma dulzura que un padre ama a su hija, porque eso es lo que tú eras para mí. Una niña, una criatura pequeña, preciosa y perfecta ante mis ojos, una hermosa muñequita blanca que no debía corromperse y que debía ser feliz hasta que la llama de tu vida se extinga por completo, pero yo estaré aquí, velando por tu descanso eterno, esperando que tu vida haya sido tan maravillosa como pudo ser.

Lo sabía, siempre lo supe, incluso antes de que nacieras, ya sabía cómo sería tu vida, qué harías, que amarías, que odiarías, cuando llorarías, cuando reirías, cuanto amarías. Es mi maldición y don a la vez. Eso significa que poder ver todas las veces que quiera tu sonrisa deslumbrar en el día de tu casamiento, tu primer hijo y saber exactamente como será de ahí en adelante, pero también vería tu desgracia, siempre, persiguiéndome por no poder evitarla.

Sabía cuánto, y como seria de miserable tu vida, también con aquellos pequeños pedazos de alegría que te mantuvieron cautiva en tu cuerpo hasta ese día en el puente en donde no quisiste sentir más, y con felicidad habías aceptado la idea abrazadora de tu muerte. Pero no, aún es muy pronto para eso. Aunque ya sabía que era lo que pasaría a continuación, siempre se me hace un nudo en la garganta de solo pensar en la remota posibilidad de no llegar a tiempo, en un pequeño percance en la línea de tiempo y que tu murieras de esa manera tan lamentable incluso me quitaba el sueño.

Hubo una época en la que no me importaba en lo más mínimo que era lo que podría llegar a sucederte, pero por las ordenes de Lord Diavolo, debía mantenerte con vida, solo eso, solo viva y que aún le sirvieras para su propósito.

Pero ¿realmente tú, que eres humana, puedes llamarle vida a ir con la corriente? Despertarte todos los días, sin ganas de levantarte de la cama y con la única meta a alcanzar cuando este día finalice volver a meterte en tu pequeño santuario de algodón y olvidarte de todo para volver para hacer exactamente lo mismo mañana. Para ustedes los humanos ¿eso es realmente una vida? Si, estabas viva o ¿simplemente caminabas para no morirte? No es lo mismo, y eso me di cuenta la primera vez que ti vi, pero en la vida real.

No fue un pequeño vistazo a tu pasado, presente o futuro, no. Quien debía irte a salvar no era nada más y nada menos que yo.

"¿Yo? Salvar a un mero humano."

Fue lo que vi en ese pequeño tramo de la historia, incluso cuando se lo conté a Lord Diavolo se sorprendió, pero de buena gana y con esa sonrisa en el rostro me dijo - ¡Bien! En ese caso tu deberás cuidarla hasta que llegue a Devildom, pero respeta bien la línea de tiempo, no quiero que esta fluctué y mi plan no salga tal y como quiero. - Sus deseos era mis más preciadas órdenes, aunque me parecía ridículo.

7 notas y un silencio [¡Obey me! (Todos los hermanos y tu)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora