Ahora, medito si recibir otra maldita copa y tener una resaca mañana, me gusta la sensación de estar mareada y así que me inclino por ella.
- Bebe, bebe —gritan los demás apoyando y fomentando, mi decisión de un trago me tomo la copa de tequila
- Así es Shaira —dice Ronald—. Es hora de que comience la carrera
Estamos todos de la universidad y de tradición los viernes hacemos unas carreras, no son de carros ni de motos, son solo competencias y carreras de parkour y sobre todo de resistencia. Algo que es inevitable entre nosotros es el alcohol, el ejercicio y una que otra droga (en mi caso no es necesario las drogas), todos nos divertimos con música y un poco de diversión entre todos.
Vi pasar un par de carros negros cerca de la avenida, voy en camino con mi amigo Nico a las escaleras desde ahí podemos ver muy bien todos los obstáculos que pasan los competidores. Nico y yo somos amigos desde hace 8 años y hemos pasado por muchas cosas juntos, lo conocí cuando finalizaba mi bachillerato y desde ahí nos hicimos amigos, él me cuida y me quiere, así mismo lo cuido y lo quiero.
Mientras caminamos pasan de nuevo unos carros negros y una camioneta vans, me inquieta un poco, pero seguimos caminando.
- Oye Shai, ¿no se te hace raro esos carros que ya han pasado como tres veces está noche? —dice Nico
- Si, se me hacen raros y la verdad solo he contado dos veces, no sabía que había pasado tres veces —respondo y comienzo a caminar rápido para salir de la avenida y llegar a las escaleras, en donde estamos no hay casas cerca ya que nos encontramos en un cerro dónde no hay muchas personas que transiten.
De nuevo pasan los carros, la única diferencia es que se detienen y se bajan con un arma, inmediatamente nos devolvemos con Nico para correr, pero otro carro nos cierra.
- No nos haga nada —suplico
Estos se acercan hasta dónde estamos y empiezan otros a apuntarnos, tengo miedo, creo que lo mejor hubiera sido quedarme en casa está noche, pero me negué porque hoy competía él chico que me gusta y saber que al final de todo estoy a unos minutos o quizás segundos de morir.
- Arrodíllense —dice un señor, hacemos caso y con Nico nos miramos
- Te quiero ¿vale? —digo
- Cállate —me grita y bajo la cabeza, mis lágrimas se asoman y lloro—. Espósenlos
- No —dice Nico y un señor le pega un puño
- Dije que en silencio —repite de nuevo. Yo guardo silencio y sigo llorando— pónganles una cinta a estos dos
- No, no, no, ¿por qué nos hacen esto si no hemos hecho nada malo? —me agarra del cabello él señor que ha pedido silencio, mientras que a Nico le han puesto la cinta y aunque se rehúsa le pegan otro puño.
- Eso no te interesa, ahora cierra la boca o tu amigo será el culpable de tus actos
Dicho esto, guardo silencio y sigo quejándome mientras lloro, pegan la cinta a mi boca y me siento frágil y débil, nunca me había sentido así ni mucho menos me habían raptado. Nos levantan y a Nico lo arrastran mientras que a mi me jalan del cabello como si fuese un perro.
Tengo miedo, no sé porque nos han capturado y a la vez me siento boba por no haber tenido cuidado mucho antes, sobre todo cuando empecé a ver los carros rondar como si hubiese esperado con ansias que nos descuidáramos para que nos abordarán.
Avanzamos por toda la avenida y vamos directos a una casa con seguridad, ya he dejado de llorar, pero veo que es pura fachada la casa, por fuera se ve humilde y sencilla a pesar de que es cuidada, se aprecia que tiene muchas cosas que cuestan más que mi semestre. A penas llegamos, nos hacen bajar del lugar y me asusto de nuevo, hay dos personas que están esperándonos o eso creo. Un hombre un poco robusto y lleno de tatuajes al lado de una mujer, ésta es de estatura baja y con algunas perforaciones.
- Los hemos traído a este lugar, para entrenarlos y sobre todo para que realicen unas misiones, se olvidarán de que tienen mamá y papá, no saldrán de este lugar a menos que lo requieran por unas misiones —nos quitan la cinta.
- No entiendo —dije
- Cállate niña bonita —se miran, entre él robusto y la chica—. Ésta será muy difícil de entrenar, toda débil —dice y se ríen
- Es hora —dice la chica y nos adentran a la casa, en está hay más personas y tienen sacos de boxeo, entre otras, máquinas para entrenar—, los observamos y vimos que ustedes asisten a todas las carreras. Los hemos seleccionado para ser parte de nosotros, de ahora en adelante ustedes están bajo nuestras manos, por ende, deben hacer todo lo que les digamos
» Primero, tendrán que hacer ejercicio y pasar todos los obstáculos que les pongamos, nosotros somos las Capas Rojas y quiero que sepan que somos personas muy buenas, los hemos seleccionado para que hagan parte de nosotros. Les explicaré las misiones que hacemos —mueve las manos mientras habla—, nosotros limpiamos la ciudad. Hay personas que roban, matan y violan, nosotros investigamos y le pagamos con la misma o incluso con la muerte.
- Algo que deben saber también es que no pueden renunciar a nosotros, si se quieren ir... tendrán que pagar, pero con la muerte —dice él chico y siento pánico. Lo mejor será seguir todo lo que ordenan.
Han pasado unos meses, me he ganado la confianza de todos, he cumplido con todas las misiones, aunque lo deteste he notado que la ciudad está mejor. Hoy es el día para poder escapar, una misión en otra ciudad es algo que no puedo desaprovechar para largarme de este país de una vez, luego de tantas torturas y todo lo que tuve que aprender solo me queda una cosa.
Buscar libertad por mi propia cuenta, Nico se volvió más leal a todos, débil y fuerte a la vez. Mientras voy en rumbo a la misión, beso al jefe con intensidad y en un descuido, le apunto con el arma y le obligo a chocar sin sentido alguno. Antes de bajar me despido de él y lo mato en seguida, quiénes nos seguían pido auxilio y les disparo de un tiro, subo en la camioneta y avanzo hasta el terminal, haya encuentro a una niña que llora.
- ¿Quieres un dulce? —le digo
- No, quiero a mi mamá que acaba de morir —me señala el auto y veo a su madre, pobre niña. La observo de nuevo y le digo que corra y se coma el dulce.
Minutos después llega Mina (la chica perforada) y me dice:
- Muchas veces nosotros creamos nuestro propio destino
No entiendo lo que dice, hasta que veo el peluchito, maldita sea, era mi yo de niña y ahora tendrá el mismo destino que el mío...
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Cuentos
RandomPodrás disfrutar de diferentes historias de cualquier género, narrado en primera o tercera persona. Fantasía, terror, política y demás.